La agenda y el éxito
¿De verdad es necesario tener éxito? En circunstancias dramáticas, sí. Por ejemplo, al salir de una operación quirúrgica o de un examen en el ... que nos jugamos algo más que un aprobado. No digamos cuando se trata de una guerra -siempre trágica y donde siempre se pierde- en la que se dirime entre vivir con libertad y dignidad o someterse a un poder esclavizador. Importa mucho quién gane. Pero sucede que, en cualquier caso, en las contiendas bélicas lo habitual es que unos y otros traten a los seres humanos como a soldaditos sin sustancia; vidas sin valor.
En condiciones normales, ¿es el éxito lo más importante de la vida, la única salida a considerar? Depende del sentido que se le dé al éxito. Se dirá que es ley de vida: unos ganan y otros pierden. De acuerdo, pero la mayoría pierde. Solo tres suben al pódium, solo uno de los dos finalistas gana la copa. Sin embargo, depende de nosotros sentir vergüenza. Cuando salía a correr, decidí que lo único que me importaba era llegar entero a la meta, a mi ritmo y sin despeinarme. No tenía otro objetivo que estar a gusto, sin más. También hoy renuncio a enfadarme o a hundirme si alguien me dijera que no soy de los buenos. Simplemente sonrío, seguro de mí, y sigo «lo que tengo que hacer», eso significaba de forma literal 'agenda' (palabra de origen latino). Y no me aparto de ahí por una recompensa extra.
¿Y en unas elecciones? He asistido a distancia, y con desdén, al desarrollo de esta campaña. Solo deposito mi voto en quienes tengo esperanza de decencia y claridad, que escuchen con atención y respeto, que no trasmitan miedo y angustia paranoica. Y si no encuentro a nadie, voto en blanco.
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