Semanasanta
Es una época menos lúgubre, y el mundo lo es más por detrás del brillo y el jolgorio
La Semana Santa es cada vez más popular y cada vez menos santa, cada vez más un fenómeno cultural y un producto turístico. Es una ... reliquia del pasado, como podrían ser las justas medievales si aún se celebraran en alguna parte (que sí se celebran en alguna parte). Mientras la iglesia y la taberna fueron el único consuelo del pueblo (ahora tenemos el fútbol y también internet, con todo lo que se aloja ahí), la Semana Santa rebosó de fervor popular, el cual venía a ser una forma muy distinta de popularidad. La que se va generalizando ahora tiene más que ver con YouTube y TikTok, los saraos de la tele, los paquetes turísticos y el alquiler de balcones.
Un nuevo interés por la semanasanta (que es como solemos pronunciarlo) ha venido a combatir lo que hace poco era desinterés creciente. Cuando dos palabras se juntan y el significado que tenían antes se diluye (a veces del todo), y así pegadas la una a la otra hacen una palabra nueva, con otros matices, tenemos una metamorfosis que los lingüistas llaman 'lexicalización'. Semanasanta, todo junto y seguido, ha entrado en el léxico nuestro de cada día dejándose por el camino unas cosas y adquiriendo otras, pues a medida que pasa el tiempo se va soldando más y alejando de la Semana Santa católica, apostólica y romana.
Claro que todavía hay gente que la vive como un acontecimiento religioso. Por ejemplo (es de suponer), esas personas que se han indignado mucho en Sevilla porque un nazareno de la Hermandad del Amor se ha paseado en monopatín por la ciudad con todo el equipo: hábito, capirote, cíngulo y zapatos reglamentarios. Qué falta de respeto. Habría escandalizado a pocos si el video del paseo no se hubiera vuelto viral en las redes sociales, lo mismo que el de el señor López Miras, presidente de la Región de Murcia, que ha tenido una notable participación en los festejos de Lorca. La Semana Santa (o semanasanta) de Lorca es bien peculiar y desde luego toda esa actividad de teatro y circo (romano) que despliega la población por estas fechas entra más en la categoría de 'festejos' que de celebración solemne. Mientras en el mundo pasan cosas horribles, la gente se entretiene opinando sobre si el video está hecho con IA o no, que resulta que no.
Otro entretenimientos de estos días es apostar si la palabra cuadriga es llana o esdrújula cada vez que se pronuncia, en vez de consultar la página de la Real Academia e ir sobre seguro (casi todo el mundo pierde la apuesta y dice 'cuádriga' a pesar de que se escribe cuadriga). No se puede estar todo el día pensando en cosas trágicas, y así, Lorca ha convertido su semanasanta en un festival que ya fue declarado de interés turístico en 2007 y la gente está enganchada al circo (romano) de las redes sociales. Y, poco a poco, la semanasanta es cada vez menos lúgubre y el mundo lo es más por detrás del brillo y el jolgorio.
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