¿A qué suena la libertad?
Hace una semana nos invitaron a un pase especial de la película 'Sound of Freedom'. Cuenta la historia, basada en hechos reales, de un hombre ... que traspasó los límites de lo común y quizá los de la cordura. Lo hizo para dar sentido a su vida, salvando la de otros: la de los niños robados.
La película empezó siendo un fenómeno en Estados Unidos. Ahora es un 'movimiento'. Es dura, sí. Denuncia el tráfico sexual infantil. Casi dos millones de niños son robados cada año y acaban en redes de prostitución. Jamás son rescatados. Jamás vuelven a ver a sus padres. Niños, joder, niños.
Muchas veces he escrito sobre la responsabilidad que tiene el cine. Porque puede hacer más por las ideas que cualquier ideología. Porque las ideas que nos entran por el corazón se quedan allí grabadas y las recordaremos siempre (recuerden la etimología de 'recuerdo', que viene de corazón).
Al acabar, pudimos hablar con el productor americano de 'Angel' y con el responsable de 'A contracorriente': ambos resaltaron la «responsabilidad» de traer esta historia a los cines. Responsabilidad... Al final de los créditos, Caviezel hace un 'speech' mirando a cámara que a mí me interpeló. Decía, citando a Steve Jobs, que «la persona más poderosa del mundo es la que cuenta las historias». Por eso tenían tan claro que, si querían luchar de verdad contra el tráfico infantil, debían lograr ese 'movimiento' que llevara a todos a compartir esta historia. Aquí los que cuentan la historia son los niños robados: queda en nuestras manos hacerlos, por un tiempo y por una vez… los más poderosos del mundo. Con aquellas palabras nos cedía la responsabilidad de dar a conocer esta obra. Yo pongo aquí mi primera piedra.
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