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Después de Navidad, siempre hay un regalo que envuelvo con especial cariño: a los dos niños pequeños. Les pongo un lazo enorme para lanzarlos con catapulta al colegio.

Pero hay regalos envenenados. Y el de mi hijo de 3 años lo es. Estas primeras mañanas ... de cole está teniendo episodios sobrenaturales. Se agarra a los barrotes de la cuna con una fuerza de 50 hombres. Y si lo 'arrancamos' de allí, vestirlo es imposible: se contorsiona de tal modo que deja a la niña del exorcista a la altura del betún. Hemos llegado a cogerle un hermano por los dos brazos, su madre estirándole las piernas y yo intentando embutirlo en el uniforme del cole. Sin éxito.

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elcorreo Hoy no me quiero levantar