Mi entrevista a la inversa
Hoy aparezco en otra página en este diario. Para una entrevista que no viene al caso, que me hace visitar la Redacción y valorar qué ... supone ser periodista. Mientras 'mi periodista' escribía su pieza conmigo, yo he pergeñado la mía con él. He palpado esa tirana dicotomía que supone que, aunque el periodismo busque la Verdad, en tu periódico además has de encontrar la noticia.
Antes de amanecer, 'mi periodista' habrá leído todo lo publicado este día por el resto de la prensa. Casi con un miedo atávico a encontrar algo en otro periódico que al tuyo se le haya escapado. Después, habrá llegado a Redacción y todos se habrán puesto a repasar la actualidad, con unos directores que no pueden permitirse pisar sus despachos porque o bajas a la arena o te pierdes estar en el barro. Todos juntos para preparar el día, asignar noticias, perseguir contactos o pensar en incómodas llamadas a puertas frías… o ya demasiado calientes (no sé qué es peor).
Cuando llego, veo todo parecido a como sería hace un siglo. Sin sombreros en las perchas, sin tanto humo, sin el repicar de máquinas de escribir, ni lápices en la oreja. Pero con la misma urgencia e ilusión.
Después de nuestro encuentro, me imagino el curro que conllevará desgranar la grabación y pulir las estupideces que habré dicho. Y, además, 'mi periodista' tendrá en cola toda la actualidad económica… porque mientras sea de día en algún lado del mundo, siempre pasan cosas. Y supongo que por la noche se marchará derrengado, con demasiada información en la cabeza, esperando no haberla cagado demasiado. Con el consuelo o la maldición de saber… que todo volverá a empezar mañana.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.