Dos que se fueron en bici

La historia que sigue es conocida. El PP vasco, tras apoyar gratis et amore al PSE para que Patxi López fuera lehendakari, no consiguió en las siguientes autonómicas los resultados previstos y su líder, que quiso desarrollar una política propia para Euskadi, gran asignatura pendiente en el PP nacional, decidió dejarlo y marchó a México. Era mayo de 2013 y a partir de ahí la mediocridad de un partido que se ha ido arrastrando en todas las convocatorias electorales. Borja Sémper también prometía mucho. Su imagen y sus desmarques indicaban una ambición, unas ganas. Pero siempre se quedaba ahí, sin posibilidad de más, como si no le dejaran, como si nadie de arriba le quisiera. Ahora ha anunciado la dimisión de todos sus cargos a Pablo Casado. No se sabe lo que este le habrá dicho, pero, en cualquier caso, nada que le haya podido hacer cambiar de idea, eso está claro. Ni siquiera teniendo en cuenta que, en la búsqueda de la moderación que parece querer emprender ahora la cúpula de Génova, Borja podría ser un perfecto abanderado.

No hace falta darle muchas vueltas para entender que una multinacional de relumbrón no se ha fijado en Borja Sémper por casualidad, porque sí. Obviamente Borja ha tenido su parte que ver en eso, en forma de hastío, de horizontes nublados, de falta de perspectivas. Tampoco sabemos qué le habrá dicho un Alfonso Alonso que se queda ahora sin su portavoz de grupo parlamentario, sin su número dos en el Parlamento vasco, nada menos. Es un indicativo muy serio de que ahí fallaba algo.

¿Importa la razón verdadera de la marcha? ¿Perspectivas negras para el partido en las próximas autonómicas, que no le permitieran renovar su escaño? En Gipuzkoa tenían dos, ¿tan mal iban a ir las cosas como para no conseguir uno siquiera? ¿O es que no pensaban contar con él como portavoz?

En cualquier caso, estamos ante un auténtico despilfarro de capital político, un despropósito. Dos que se fueron en bici lo demuestran. ¿No hay forma en el PP nacional de que vean de una vez que algo está fallando en la renovación de los cuadros, en la destrucción del capital humano de un PP vasco que no debió atravesar todo lo peor de los años de plomo para esto?

Dos que se fueron en bici. Frivolidad absoluta de un PP nacional donde falla una organización interna que no sabe encauzar malestares en personas como Borja Sémper, que ha dado toda su juventud, media vida, que literalmente se la ha jugado por el partido en los peores tiempos. Gipuzkoa se queda así definitivamente arrasada para el PP. Y Alfonso Alonso cada vez más solo.