A la ría
Hay quien cree poseer en el fondo de sus bolsillos una goma de borrar el pasado
Como si la vida no estuviera empeñada en dejar huellas, hay quien cree poseer en el fondo de sus bolsillos una goma de borrar el ... pasado. Lo digo porque en Estados Unidos, en las recientes revueltas contra el racismo, vimos caer algunas estatuas que presidian parques desde hacía décadas, y de las que probablemente los ciudadanos no supieran el currículum de aquel al que le cagaban las palomas. Cervantes, que en paz descanse, también cayó junto a Cristóbal Colón y algún supremacista de aquellas tierras, y la guinda del pastel la pusieron los altos ejecutivos de la plataforma HBO que convinieron en que no se podía exhibir 'Lo que el viento se llevó' por su contenido racista.
Imagino que la cirugía estética, el poder adquisitivo, la eliminación de la miopía y la inmediatez de la fibra óptica (no voy a nombrar las leyes de educación porque me repito mucho) nos han creado un espejismo de sabiduría 'low cost', con un catálogo donde elegir los conocimientos para andar por casa dependiendo si somos blancos o de color, fachas o progres. Mi tío Enrique, un hombre de memoria prodigiosa, me contó que la cabeza de Miguel de Unamuno fue dos veces al río Nervión. Al parecer, el busto estaba en la sala de plenos del Ayuntamiento de Bilbao en 1936, pero su mirada, o más bien su condición de testigo, no era cómoda para todos. Cuando se le retiraron los honores concedidos al escritor, alguien tiró su cabeza a la ría. Según certifica la historia la pieza fue recuperada, y en 1964 hubo un intento de colocarla junto a su casa natal, aunque no se logró acuerdo y finalizó en el Museo de Bellas Artes. Veinte años después, el busto volvió a presenciar la vida bilbaína, pero eran años difíciles y los pensadores no tienen las ideas a la medida de las ideologías, así que en 1999, y según registran las hemerotecas, durante una revuelta miembros de la izquierda abertzale volvieron a tirarla a la ría. La cabeza fue recuperada en enero de 2000 y el alcalde de Bilbao por aquel entonces se la llevó a su despacho.
El trajín del escritor bilbaíno, que padeció de enjuiciamiento pertinaz no solo tras su muerte, sino en vida, es pasado, pero también presente. Las Españas enfrentadas de Machado, esas de las que dijo que «una de las dos Españas ha de helarte el corazón», se han colado en el salón de nuestra casa y ese veneno vergonzoso y vergonzante hará que cualquier día Belén Esteban o quizás un holograma de Jorge Javier Vázquez aparezcan flotando en cualquier río, 'por facha o por comunista'. Agua, fuego, tierra y aire son los cuatro elementos de la naturaleza, las energías que influyen en nuestro existir, aunque los expertos dicen que los reinos elementales son en realidad cinco: agua, fuego, tierra, aire y éter, que representa al espíritu. La educación y el respeto alimentan al espíritu.
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