La luz sobre los compositores actuales

«Nos conocimos hace siete u ocho años», explica Paús. Antes de este álbum, Fernández ya había estrenado piezas del compositor e incluso le había encargado una. Ahora, ambos trabajan codo con codo para poder estrenar el Concierto para piano del castellonense. Mientras tanto, disfrutan de la aparición de este álbum, el segundo dedicado a la obra pianística de Paús. «La elección de las obras responde al intento de completar aquel álbum anterior. Mi idea inicial era haber incluido las tres partituras de lo que yo llamo ‘la trilogía de los pianos’, pero por razones de duración del álbum tuvimos que dejar fuera ‘Piano Nigromante’, una partitura de 2012».

La idea de este álbum surgió de forma paralela a la del anterior. Aquel CD tenía su origen en un encuentro entre Paús y el violista Yuval Gotlibovich, que primero le encargó una obra y luego una segunda. De ahí viene el disco con todo el repertorio para viola y orquesta de cámara. Cuando estaban terminando de grabarlo, «Fernández me dijo que podíamos hacer una continuación con una selección de las piezas para piano», explica el autor. El pianista ya tenía las obras preparadas. «Varias las había tocado en distintos recitales, aunque ‘Piano astrolabio’ se estrena en el disco», comenta Eduardo Fernández. «El trabajo conjunto no ha sido solo el de la grabación, sino también el de la indagación en su obra, y eso me ha gustado mucho», añade.

Los dos álbumes más la inclusión de esas piezas en su repertorio habitual hacen que el pianista madrileño vaya camino de convertirse en el mejor divulgador de la obra de Paús. «No me importaría nada que fuera así, me gusta su música, como me gustan otras, de Bach a Scriabin pasando por Rachmaninov y Prokofiev». A estos últimos los interpretará muy pronto en Bilbao, dentro del Musika-Música.

Hay en ‘Works for piano’ algunos toques de jazz, que es un terreno en el que Paús se ha movido desde sus años juveniles. «Me formé en el Aula de Música Moderna y Jazz de Barcelona, con gente llegada de Berklee que tenía una manera de enseñar que aquí no habíamos visto nunca», asegura. «Ahora queda un recuerdo de aquello. Desde luego, no soy ajeno a una corriente que en la que ha habido grandes pianista que han aportado tanto a la técnica del instrumento».

También hay en su catálogo un puñado de bandas sonoras para el cine, en todos los casos para «directores malditos, gente que concibe el cine con una función estética y no de mero entretenimiento». Es la postura artística de un compositor que se considera «fuera de todas las corrientes. Asimilo todo y luego macero mi propia forma de decir las cosas». Se comprueba en este álbum y en el Concierto para clarinete bajo y orquesta que estrenará la Orquesta Nacional el próximo 23 de marzo, bajo la dirección de Juanjo Mena.