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Palos y astillas

Palos y astillas

Estamos ante un ‘best seller’ de calidad en el que los excesos terminan equilibrándose con algunos pasajes notables

PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA

Sábado, 13 de enero 2018

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Conocimos al noruego Lars Mytting el año pasado, gracias al exitoso ‘El libro de la madera’ (Alfaguara), una mezcla entre el ensayo erudito sobre árboles, fuego y leñadores y el canto a la vida en el bosque al estilo Thoreau. En aquel libro Mytting ya mostraba una evidente habilidad para contar historias, la magia imprecisa del narrador. También una mirada personal que participaba de la ternura y el humor, pero se elevaba hasta la altura concreta desde la que se advierte que el mecanismo del mundo es más indiferente que dramático.

'Los dieciséis árboles del Somme'

  • Autor Lars Mytting

  • Novela Ed: Alfaguara. 467 páginas. Barna, 2017.

  • Precio 20,90 euros (ebook 9,99)

Tras su ‘best seller’ de no ficción sobre la madera, Mytting regresa a la novela y se diría que lo hace aprovechando los vientos favorables que lo sitúan, junto a Knausgard, como el otro escritor de Noruega. ‘Los dieciséis árboles del Somme’ es una novela de intriga canónica, llena de secretos y sorpresas, diseñada para enganchar al lector, en la que la madera sigue teniendo una presencia constante y una importancia decisiva.

El protagonista del libro es Edvard Hirifjell, un joven que se ha criado con su abuelo, cultivando patatas en una granja de un pequeño pueblo noruego llamado Saksum. Los padres de Edvard murieron cuando él tenía tres años, durante un viaje a la región francesa del Somme, al pisar una bomba de gas no detonada de la Primera Guerra Mundial. Junto a su abuelo, Edvard ha tenido una vida sencilla, a su manera idílica, de trabajo, camaradería y pocas palabras. El silencio también concierne a la historia de su familia, que resulta especialmente indeterminada en lo tocante a la propia madre de Edvard –una joven francesa que apareció en Saksum no se sabe muy bien cómo– y a su tío, Einar, el hermano del abuelo, un ebanista genial, superdotado, al que al parecer la guerra y la ocupación nazi alejaron de Noruega y terminó desapareciendo en Francia.

Es la muerte del abuelo lo que hace que Edvard se disponga a enfrentarse a la necesidad de aclarar su pasado. Entre otras cosas, porque en la funeraria le anuncian que en 1979 recibieron un ataúd «digno de un funeral de Estado», con las instrucciones de que su existencia no fuese revelada hasta ese momento. Que la madera del féretro forme «largas lenguas anaranjadas e impredecibles, densas estructuras de formas cambiantes y protuberancias como garras, que parecen diferentes desde cada ángulo de visión» no deja duda de su autoría.

La posibilidad de que el tío Einar siga vivo anima al joven a emprender una búsqueda que lo llevará a Inglaterra y Francia y terminará teniendo que ver con su propia identidad. También con un lote valiosísimo de madera de nogal y con la historia, reciente y bélica, de Europa. La novela se organiza como si fuese un mosaico de historias que diese como resultado el verdadero rostro del protagonista. Lars Mytting administra la información con la pericia que necesita una buena novela de intriga para mantenerse en pie. Al mismo tiempo, los giros en la trama se llevan a cabo con una llamativa naturalidad, aunque eso no quiera decir que no sean demasiados. El libro tiene algo de folletín familiar ennoblecido por una cierta gravedad a la hora de reflexionar sobre el paso del tiempo y las generaciones. Estamos ante un ‘best seller’ de calidad en el que los excesos terminan equilibrándose con algunos pasajes notables, como los referentes, por ejemplo, a los terribles combates en el Somme en 1916.

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