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El macho probado Aquiles Zopilote

El macho probado Aquiles Zopilote

Escribió su primer guión de cine para Héctor Mitote, el cual dio base a ‘Amores chapulines’, aclamada ópera prima que le supuso el salto a Hollywood

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Sábado, 10 de marzo 2018

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Irrumpía ayer en los medios de comunicación la luctuosa noticia del asesinato del famoso realizador de cine de origen azteca Héctor Mitote, ganador del Oscar a la mejor dirección en 2015 por su aclamada película ‘21 grumos’, cuyo guión fue escrito por Héctor Zopilote, también mejicano y a la sazón el asesino confeso que ha malogrado la vida de Mitote con un dardo de acero disparado por la ballesta que Zopilote utiliza en sus solitarias monterías de caza mayor. Fue precisamente las desavenencias en torno a la autoría de ‘21 grumos’ la causa del final de la fecunda colaboración profesional de guionista y director (el tándem Mitote Zopilote), de la ruptura de su amistad y es probable que también del asesinato, que ha tenido lugar en Los Ángeles, la ciudad donde ambos residían.

Aquiles Zopilote Mole (México DF, 1957), alias Remacho, ha alternado su carrera literaria con el cine. Empezó a escribir algo tarde. Durante su juventud se dedicó en exclusiva a la lucha libre y al cobro expeditivo por encargo de deudas pertinaces. También hizo sus pinitos como ‘gigoló’ con viejas damas de posibles. Su primera novela fue ‘Historias del pelón’ (Editorial Madriza, 1996), un descarnado retrato del hampa proxeneta en el DF protagonizado por Príamo Pericazo, un chulo desalmado de rara crueldad que marca a sus prostitutas con doble letra ‘p’ mediante un hierro al rojo. Destaca en su producción literaria, por contraste con la bajeza de las relaciones humanas que suele mostrar, la novela breve ‘Pinche cabrón’, un canto a la filantropía y el sacrificio por el prójimo. Obtuvo éxito con el centón ‘El macho probado’, escrito en primera persona y con confesado carácter autobiográfico. El título se refiere a la costumbre en México, practicada por los hombres que van de muy machos heterosexuales, de probar la práctica de un encuentro homosexual para su comprobación personal de que no les gusta el mariconeo y volver con renovado ímpetu al chingado solo con mujeres. En la novela, su álter ego, Agamenón Chichifo, prueba su virilidad con pertinacia durante tres días de orgía ininterrumpida con un nutrido grupo de putos y travestis que al final de la larga fiesta venérea lo aclama a coro.

Zopi, llamado así por sus pocos amigos, conocía a Héctor Mitote, alias Zotaco (el cineasta era de baja estatura y rechoncho; a diferencia de Zopi, que es un tipo enorme), desde chamacos. Ambos crecieron en Tepito, barrio del DF mísero y muy violento. Zopi era el protector del pequeño Zotaco en aquel peligroso hábitat. A Mitote no le gustaba nada la condescendencia con que su amigo advertía que al que se metiera con su chaparrito le partía la madre.

En 1999, Aquiles Zopilote escribió su primer guión de cine para Mitote, el cual dio base a ‘Amores chapulines’, aclamada ópera prima de Héctor que le supuso el salto a Hollywood. Hasta el cisma tras ‘21 grumos’, la colaboración entre ambos se concretó en otros tres títulos, de elevado presupuesto y producción norteamericana, bien recibidos por la crítica y el público. Fueron: ‘Las siete agonías de Menelao Arvejilla’ (adaptación de Zopilote de su propia novela), ‘Ravenman contra Parrotwoman’ y ‘Reblandecido’.

El enfrentamiento entre Zopilote y Mitote se fue enconando película a película. El punto de fricción era que Zopi no reconocía que la autoría máxima de una película es del director, según la asimilada opinión que se remonta a la influyente revista ‘Cahiers du Cinéma’ y a la ‘Nouvelle vague’ francesa. Por el contrario, Zopilote consideraba, y así lo declaró, que el guionista es tan autor como el director, que en realidad la historia que se cuenta es invención del escritor y que el director se limita a ponerle imágenes. El Oscar que recibió Mitote por ‘21 grumos’ y que el guión original de Zopilote no fuera ni nominado, fue el detonante final para la ruptura.

Por qué el escritor y guionista se ha cargado a su antiguo director y amigo tres años después de la separación es un misterio a esclarecer. Aunque quizá Zopilote ya había decidido matarlo cuando, durante el rodaje de ‘21 grumos’ y ante una de sus pataletas autorales, Mitote hizo soltar una carcajada al equipo al recordar a su viejo amigo el chiste de la actriz aquella que era tan tonta que, para intentar medrar, se acostaba con el guionista. Zopi se sintió ridiculizado y le amenazó con que se arrepentiría de esas palabras.

Sea por lo que sea, el caso es que el día de autos Remacho esperó desde el amanecer, agazapado en la espesura del jardín de la villa de Mitote, a que este saliera de casa para ir al estudio. Cuando apareció, apuntó con la mira telescópica de la ballesta a su presa y le atravesó el corazón a más de cincuenta metros de distancia; Mitote murió en el acto. A continuación, el asesino se entregó a la Policía angelina y al hacerlo dijo en la comisaría que no le importaba nada ir a la cárcel llena de bujarrones porque él era ya un macho probado.

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