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Escena habitual de la Feria del libro.
Una cita con el producto local

Una cita con el producto local

La Feria del Libro de Bilbao propone acercarse a la obra de escritores del entorno, que este año copan el cartel frente a otras ediciones más internacionales

Elena Sierra

Viernes, 27 de mayo 2016, 12:34

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Me parece imprescindible que se nos dé cabida a los locales en la Feria. Junto con la Azoka de Durango, para muchos es el único escaparate que se nos permite a lo largo del año. La mayoría no tenemos la oportunidad de ir a las grandes plazas, como Madrid o Barcelona, porque nos publican en editoriales pequeñas y con tiradas cortas», dice la escritora Esther Zorrozua, que estos días disfruta de que su última novela, Marcas de agua, vea por fin la luz en la editorial Baile del Sol tras varios años de buscarle casa a esta historia de pérdidas, acosos y sueños. «Todos sabemos que, por desgracia, este sector se ha convertido en una actividad económica más y es triste que, cuando se hace balance de cómo ha ido cada edición, solo se manejen cifras de ventas. En esa carrera siempre van a ganar los que tienen músculo para grandes tiradas y grandes campañas de promoción, a las que pocas veces llegamos los locales y que a menudo venden tanto por razones extraliterarias, pero eclipsan con muy poco esfuerzo a los foráneos», se duele.

Este año la Feria del Libro de Bilbao tiene como objetivo luchar contra esa tendencia y quiere ser, más que nunca, una de esas plataformas que hacen posible que los libros de autores más cercanos encuentren su sitio entre la barahúnda de ejemplares de todas las procedencias. Será entre los días 2 y 12 de junio, en una edición de la Feria que los organizadores aseguran que no va a perder su carácter de universalidad, que si algo tiene la literatura es precisamente eso, pero que sí pretende darles más visibilidad que nunca a los autores vascos y las editoriales locales. «Es una seña de identidad de la Feria, algo que venimos haciendo desde hace muchos años», explica Asier Muniategi, el coordinador. «Así que no faltarán los nombres internacionales ahí estará por ejemplo la escritora noruega Janne Teller y los escritores españoles, como Lorenzo Silva, Reyes Calderón y el famoso Blue Jeans, pero un año más vamos a ofrecerles una plataforma a los de aquí».

La expresión los de aquí incluye a la nómina de autores que publican dos editoriales literarias bilbaínas Muelle de Uribitarte y El Gallo de Oro y muchos de los escritores que han lanzado sus libros recientemente en otros sellos, vascos o no, y que tendrán uno de sus primeros cara a cara con el público bilbaíno a lo largo de los diez días por los que se extiende esta cita cultural. Es el caso de la propia Esther Zorrozua, Gonzalo Garrido, Alex Oviedo, José Javier Abásolo, Inma Roiz, Jon Arretxe, Alaine Agirre (Premio Zazpi Kale en esta edición), Jon Bilbao Tendrán una gran presencia también quienes optan por la autopublicación de la mano de Ediciones Beta, que tiene programados un buen número de actos estos días.

«Saber que existimos»

En palabras de Alex Oviedo, que publicaba hace poco Cuerpos de mujer bajo la lluvia (Arte Activo), «las ferias suponen visibilidad, permiten que los lectores nos pongan cara, conozcan nuestras obras y en muchos casos sepan que existimos como escritores. Normalmente lo que ocurre es que acaban apareciendo los autores de siempre, ya sean locales o no, y los medios de comunicación que son la otra pata que puede permitir que a un escritor se le conozca tampoco brindan muchas oportunidades a autores menores. El público, además, lo que verdaderamente agradece es que aparezca un escritor televisivo o un superventas se llame como se llame», añade, consciente del tirón de los rostros famosos . Y hasta le ve el lado bueno: «No deja de ser una cura de humildad que estés firmando libros y se te acerque un lector preguntándote quién eres o si tienes el último libro de Mónica Carrillo».

Tal vez un programa como el de la Feria del libro de Bilbao ayude a luchar contra eso. Zorrozua dice que «no se suelen oír comentarios sobre la calidad literaria de los locales (los otros ya cuentan con muchos altavoces), que podía ser un parámetro a considerar». Y cambiar, por un tiempo, de temas de debate y ampliarlo. «Todos hablan de la industria del libro y del ya estomagante debate papel vs. electrónico. Ya ha quedado claro que su futuro es convivir, igual que la tele y la radio. ¡Pues dediquemos ese espacio a los locales, entre los que siempre se hacen descubrimientos interesantes!», anima.

Hagámoslo, pues. Estos días en el marco de la Feria vamos a poder escuchar a autoras como Inma Roiz, que publica su segunda novela. Se titula Oro verde (Ttarttalo) y, en la línea de su debut literario, con el que echaba la vista atrás en nuestra historia reciente de migración, Roiz acompaña a quienes abandonaron sus aldeas para ir a buscarse la vida. Es el caso de Roque, que deja Liébana para dedicarse a la tala de árboles en el País Vasco, una actividad que fue muy importante en los años 40 y 50 del siglo pasado, en plena posguerra. Tradición y modernidad son los dos ejes de la historia, que se presentará el día 3 en la carpa de la feria.

Otro que no faltará será José Javier Abasolo, que hace muy poco publicaba una nueva aventura (o desventura) de su personaje Goiko, ese ertzaina retirado reconvertido en detective. Demasiado ruido (Erein) nos lo muestra, primero, regentando un bar en el Casco Viejo de Bilbao y más tarde víctima de un apuñalamiento que lo vuelve a llevar a lo que sabe hacer, investigar.

Gonzalo Garrido tiene una trayectoria literaria más corta que la de Abasolo, uno de los máximos representantes de la novela negra vasca, pero no va por mal camino. Hace solo cuatro años que debutó con Las flores de Baudelaire y ahora presenta su tercera novela. Se titula La capital del mundo (Alrevés), y sí, la capital del mundo viene a ser Bilbao. Quien quiera enterarse de cómo y por qué, solo tiene que acercarse a comprar el libro, charlar con el autor y pedir una firma los sábados en el stand de Etxean y los domingos en el de Elkar.

Editoriales próximas

Beñat Arginzoniz estará en la Feria en calidad de editor y de autor, con proyectos distintos. «La venta directa, sin intermediarios, supone cierto alivio para nuestras finanzas. Este tipo de ferias son las que dinamizan el mundo del libro, creando lazos entre lectores, libreros, editores y autores. Son días de encuentro que nos hacen sentir alegría y, por qué no, cierto orgullo por nuestro trabajo». Como socio de El Gallo de Oro, una de las muy pocas editoriales bilbaínas que existen (y que tiene su propio stand), el día 12 a la una del mediodía será responsable de la presentación en la carpa de Rubaiyat Pessoa, canciones para beber, un acto muy musical en el que Marco Borge y Miguel Suaña, integrantes del proyecto Words&Wine, llevarán a escena textos del libro del portugués recientemente publicado por la editorial. Y como autor, explicará a los interesados qué es El libro de los espantos, una colaboración con Pablo Gallo en la que éste pone las fotos (de susto) y él los textos. Firmarán ejemplares.

Muelle de Uribitarte presentará en un acto conjunto el día 7 los últimos títulos de su colección Bilbaínos Recuperados, entre ellos Pilar de Zubiaurre. En la penumbra familiar, de Miriam Alzuri Milanés, y Aurelio Arteta. Los trabajos y los días, de José Fernández de la Sota. «Para nosotros, estar presentes en la Feria supone dar a conocer ésta y las otras dos colecciones que publicamos, Muelle Narrativa y Gerión de Poesía, en la que están casi todos los poetas vascos vivos y hasta alguno de fuera», sonríe el editor José Ramón Blanco. «Estaremos en el stand de nuestro distribuidor y eso no es poca cosa, porque a las editoriales pequeñas a menudo nos cuesta mucho encontrar el hueco, sale muy caro ir en solitario y llegar a los lectores en las ferias. No todas pueden afrontar ese gasto», explic.

Y los muchos autores que trabajan con Ediciones Beta presentarán propuestas casi todos los días. Ejemplos: Un maldito caso para el inspector Adel, de Andrés Galán; Los amores de Eloísa y Abelardo. La sonrisa de la filosofía, de José Ramón Arana; La herida de los diferentes, de Itziar Laborda; Los campeones del cuatro y medio, de Santi Agirre; La Guerra civil en Barakaldo: Once meses de resistencia, de Koldobika López; Desde la montaña de la memoria, de Agustín Bilbao; El cuerpo, extraño. Dos formas de entender el cuerpo: medicina y psicoanálisis, de Lierni Irizar; El ayalés. La historia de Elías de Aldama (Edición XV aniversario), de José Luis Urrutia... Ensayo o ficción, todo cabe. Y todo, producto cercano.

Tributo a Blas de Otero

Si algo va a invadir la Feria este año será la poesía, porque para conmemorar el centenario del nacimiento del poeta Blas de Otero (la fecha concreta fue el pasado 15 de marzo, pero se están organizando actos durante todo 2016) su figura va a estar muy presente en el entorno de esta cita con los libros. La sala de exposiciones que desde hace unos años es punto central del tinglado de El Arenal estará ocupada estos días por una dedicada al poeta bilbaíno, con un repaso a toda su obra en reconocimiento a su valor. La muestra es parte del legado que protege la Fundación Blas de Otero, en cuyo patronato está el presidente de Euskaltzaindia, Ander Urrutia, que fue traductor al euskera de muchos de sus versos y que recibe, por ese motivo, el premio Pluma de Oro.

La que fue (y sigue siendo) una de las voces más destacadas de la poesía social de los años 50 y uno de los autores más representativos de la literatura contemporánea en castellano será también la razón del más que probable trasiego del Arenal a la Biblioteca de Bidebarrieta en esta edición de la Feria. Y es que durante la próxima semana será en el centro cultural del Casco Viejo donde se den cita muchos grandes poetas en el marco de la programación específica diseñada por la Fundación con el Ayuntamiento de Bilbao.

Del 31 de mayo al 4 de junio, los encuentros literarios Cien años con Blas de Otero 1916-2016 reunirán en torno a la figura de Blas de Otero a una docena de los poetas más relevantes del momento, como Pere Gimferrer, Antonio Martínez Sarrión, Antonio Colinas (premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2016), Manuel Rivas (que en la Feria recogerá uno de los dos premios Atea Laboral Kutxa, el otro será para Anjel Lertxundi), Elena Medel, el argentino Andrés Neuman y el cantautor Paco Ibáñez.

El lunes a las 19.30 horas, para abrir boca, podrá verse el cortometraje Caballero Bonald, recuerdo de un poeta, con guión y dirección de José Fernández de la Sota. En sus 35 minutos, el poeta andaluz premio Cervantes 2013 contará su relación de amistad con Blas de Otero, con quien coincidió durante su estancia en Cuba.

A partir del martes, será el turno de los recuerdos de otros poetas: el objetivo de las charlas es que los invitados compartan con el público su primer contacto con la obra de Otero, la influencia que pudiera haber tenido sobre su propia obra, el retrato humano del poeta y las anécdotas de quienes le conocieron personalmente, además de la lectura de algunos de sus poemas. El día 1, el protagonista será el premio Nacional de Poesía y Nacional de la Crítica Antonio Colinas y el jueves Felipe Juaristi, Manuel Rivas y Marta Sanz, que aparte de ser conocida como novelista es experta en poesía española durante la Transición.

El viernes habrá un recital, Expresión y reunión, con las voces de Xuan Bello, Amalia Iglesias, Andrés Neuman y Elena Medel, acompañados al piano por Iñaki Salvador. Lo curioso de esta cita es que el repertorio se basa en los gustos del poeta homenajeado, seguidor de The Beatles y amante de la música de Bach. Y más música: la del cantautor Paco Ibáñez, el sábado a partir de las ocho, que incluirá versiones cantadas de poemas de Blas de Otero como aquel Me llamarán que se convirtió en grito de libertad en los setenta. El concierto contará con la presencia de Mario Mas a la guitarra y Joxan Goikoetxea al acordeón y será la única actividad del programa que no el de acceso libre (la entrada cuesta diez euros).

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