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El cineasta danés, Carl Theodor Dreyer durante el rodaje de Ordet (1955). Archivo
Carl Theodor Dreyer, el maestro neoclásico

Carl Theodor Dreyer, el maestro neoclásico

Lecciones de cine ·

Su carrera se gestó en el cine mudo hasta 'Vampyr, la bruja vampiro' (1931), su primer película sonora

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Jueves, 25 de enero 2018

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Este 2018 estamos conmemorando los 50 años de la muerte de uno de los grandes cineastas europeos de todos tiempos, el danés Carl Theodor Dreyer, director que vivió el paso del cine mudo y cuya influencia posterior en el cine europeo ha sido enorme. Director ascético y cuasi místico, siempre hizo gala de una gran sobriedad narrativa en donde la frontera entre lo sobrenatural y lo real está formada por una línea casi imperceptible y donde las temáticas de sus películas basculan entre la angustia del miedo, de la muerte, del odio, del misterio, del amor y de la vida.

Carl Th. Dreyer (3 de febrero de 1889 – 20 de marzo de 1968), nació en Copenhague y era hijo ilegítimo, algo inconcebible en la cerrada sociedad luterana de su país, algo que le marcaría toda su vida. Queda huérfano de niño y es recogido por una familia que no le quiere. Una infancia desgraciada en un medio hostil, lo que forma su vida, su psicología y su arte.

Empleado de oficina primero, periodista después, y crítico de teatro, fue contratado en 1912 por la sociedad Nordisk Film para que escribiese los rótulos de las películas mudas. Escribió después varios argumentos para otras tantas películas y pronto ascendió de categoría y comenzó a trabajar como montador. Y aunque no ve mucho cine, las películas de David Wark Griffith y de los suecos, Stiller y sobre todo Victor Sjöström le influyen decisivamente para decantarse por la dirección.

Carl Theodor Dreyer y Nina Pens Rode durante el rodaje de 'Gertrud' (1964).
Carl Theodor Dreyer y Nina Pens Rode durante el rodaje de 'Gertrud' (1964).

Su primera película como director, 'El presidente', un melodrama sobre un preso de conciencia, lo realiza en 1919. Ese mismo año hace 'Las hojas del libro de Satán' y 'La cuarta alianza de Margarita', ésta última en Suecia. En 1922 firma 'Amaos los unos a los otros' en Alemania y 'Érase una vez' en su país natal. Vuelve a Alemania en 1924 para dirigir 'Michael' Dirige en 1925 'El dueño de la casa' y, en Noruega, en 1926, 'La novia de Glomsdal'.

La pasión de Juana de Arco

Pero será en Francia donde es contratado por La Société Genérale des Films, donde rueda su primera obra maestra, 'La pasión de Juana de Arco' (1926), una mirada sobre la 'doncella de Orleans' a partir de las actas de su proceso que le llevó a la hoguera que no tiene éxito y que necesitará años para ser reivindicada como obra maestra. Su primera película sonora, que vuelve a rodar en Francia, es 'Vampyr, la bruja vampiro' (1931), una historia fantástica muy influida por el expresionismo alemán, que tampoco alcanza el éxito esperado y que hoy es considerada como una de las bases del cine fantástico moderno. Como tantas primeras películas sonoras, antes del doblaje, se rueda en tres versiones, francesa, inglesa y alemana.

Tras este fracaso, Dreyer pasa 11 años sin dirigir de nuevo. Vuelve al periodismo, especializándose en crónicas judiciales, y escribe un libro, 'Sobre el estilo del filme', que no publica hasta 1943. Además, tras rechazar trabajar en la Alemania nazi, intenta hacer documentales en Inglaterra y en su país.

Por fin en 1943, en plena ocupación nazi realiza en su país una nueva obra maestra, 'Díes Irae', una historia de brujas ambientada en el siglo XVII: Un viejo pastor protestante que ha salvado de la hoguera a una vieja acusada de brujería, se casa con su hija, que heredará los poderes sobrenaturales de su madre, a la vez que un anterior hijo ddel pastor se enamora de su madrastra. Una película en la que imagen y sonido cobran nuevas posibilidades, que es un canto contra la intolerancia y el fanatismo. Al año siguiente logra realizar en Suecia, un viejo deseo, una película con solo dos personajes, 'Dos seres', que solo está cinco días en cartel.

Ordet (La palabra)

El nuevo fracaso hace que se refugie de nuevo en los documentales, ahora con mayor éxito. Y no es hasta 1955 cuando se aventura con un nuevo largometraje, 'Ordet (La palabra)', otra obra maestra, basada en la obra de teatro homónima de Kaj Munk. En ella combina una historia de amor al estilo de 'Romeo y Julieta' con un examen del destino y un milagro. El personaje central, un teólogo enloquecido por sus lecturas de Soren Kierkegaard, pone en entredicho la presunta fe religiosa de su familia ante la muerte. Sin embargo la persona fallecida que ha dejado llena de dolor a su familia, resucita ante las oraciones del pastor. La película logra el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia en 1955. En ella destaca el ritmo pausado, la práctica ausencia de montaje por corte entre escenas, en las que Dreyer deja que los actores entren y salgan del cuadro al estilo del teatro. Es una película cargada de preocupaciones religiosas.

La última película de Carl Theodor Dreyer es 'Gertrud' (1965), un drama intimista en torno a una mujer. Si bien es muy distinta a las precedentes, resulta una especie de testamento artístico del autor, en la medida en que trata de una mujer que se mantiene fiel a su ideal de amor: amar al otro por encima de todo; incluso, de uno mismo. No se arrepiente nunca de las elecciones tomadas. Todo Todo acontece en un ambiente burgués, donde predominan las relaciones frías y el rigor institucional. No hay espacio para la calidez de los sentimientos. Dreyer lo muestra mediante una puesta en escena que impone un severo distanciamiento entre los personajes, y entre éstos y el espectador.

Dreyer falleció en Copenhague, su ciudad natal, el 20 de marzo de 1968 cuando intentaba levantar un nuevo proyecto, una vida de Cristo. Sus películas han marcado decisivamente a todo el cine escandinavo posterior.

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