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Hedy Lamarr, en 'Éxtasis'.
Hedy Lamarr, del escándalo erótico al wifi

Hedy Lamarr, del escándalo erótico al wifi

Acaba de publicarse en España 'Éxtasis y yo', la autobiografía que la actriz, diosa del cine entre los años 40 y 50, escribió hace 56 años

Boquerini .

Jueves, 23 de marzo 2017, 19:50

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Esta semana se ha editado en España y con la friolera de 56 años de retraso la autobiografía de la mítica Hedy Lamarr titulada 'Éxtasis y yo', motivo más que suficiente para mirar a la que fue la gran diosa del cine de los años 40 y 50, desde sus aspectos más desconocidos: la Hedy Lamarr protagonista del primer orgasmo en el pantalla, la Hedy Lamarr que conoció a Hitler y Mussolini, la Hedy Lamarr que logró huir de la Alemania nazi en una aventura digna de película, o la Hedy Lamarr inventora, responsable de creaciones tan imprescindibles en la actualidad como el wifi.

Hedy Lamarr (1914 1997) había nacido en Viena con el nombre de Hedwig Eva Maria Kiesler. Era hija de un banquero ucraniano y una pianista de origen judío de ascendencia húngara, y su primera vocación no fue la interpretación, sino la ingeniería. Pero tras tres años de estudios de ingeniería, los abandona para dedicarse a la interpretación, aunque nunca abandonaría su curiosidad por las ciencias. No le costó demasiado convencer a su padre para estudiar arte dramático y a finales de los años 20 comienza a trabajar en un teatro berlinés a las órdenes del legendario Max Reinhardt. En 1930 debuta en el cine con 'Geld auf der Straße'. El año siguiente hace otras tres películas, utilizando los nombres de Hedwig Kiesler y Hedy Kiesler, pero su gran momento no llega hasta 1932 en que protagoniza uno de los grandes escándalos de la historia del cine.

Es en ese 1932 cuando viaja a Praga llamada por el director Gustav Machaty para protagonizar 'Éxtasis', donde interpretaba por primera vez en la pantalla un orgasmo además de contener uno de los primeros y más famosos desnudos de la historia del cine, en la que por espacio de diez minutos aparece completamente desnuda, primero al borde de un lago y luego corriendo por la campiña checa. La película causa un escándalo monumental y es prohibida en numerosos países, pero Hedy ha logrado alcanzar la fama de forma instantánea.

Atraído por la película, el magnate Friedrich 'Fritz' Mandl arregla con sus padres un matrimonio de conveniencia y es prometida en matrimonio en contra de su voluntad. Hedy calificaría posteriormente esa época como de auténtica esclavitud. Fritz, su marido, que había suministrado armas y municiones a las tropas de Mussolini durante la ocupación de Abisinia (hoy Etiopía), intenta, tras la boda y afortunadamente de forma infructuosa, hacerse con todas las copias existentes de 'Éxtasis' en que su esposa aparecía desnuda para destruirlas y que no quedase vestigio del escándalo. En realidad, Fritz era un celoso compulsivo que mantenía bajo estricta vigilancia a su esposa, encerrada en su casa y sin posibilidad de proseguir su carrera cinematográfica, limitándose a ser una simple comparsa de su marido y debiéndole acompañar en todos sus viajes de negocios. Según contó sólo se podía bañar o duchar cuando su marido estaba presente acechándola.

Pero Hedy supo convertir su necesidad en virtud y prosiguió sus estudios de ingeniería, logrando además sonsacar a los fabricantes de armas que visitaba como acompañante de su marido, a base de ingenio, los pormenores de la tecnología armamentística de su época. Mientras que su marido era un patán que no se enteraba de nada, ella preguntaba y se instruía en los detalles técnicos de las armas que estaban fabricando los nazis. Como acompañante de Fritz conoce a Hitler y a Mussolini, y llega a la conclusión que se debe escapar inmediatamente no solo de su casa sino de Alemania.

Huida de la Alemania nazi

Durante su enclaustramiento, se convierte en amante de su doncella. Con ella traza un plan y consigue la infraestructura necesaria para preparar un completo plan de fuga y escapar para siempre de las garras de su marido. Hedy, vestida con las ropas de su doncella, y haciéndose pasar por ella, logra escapar por la ventana del baño de un restaurante, huyendo en automóvil hasta París, con los guardaespaldas de su marido pisándole los talones. Ya en París, consigue viajar más tranquilamente a Londres pero tampoco en la capital británica se siente segura. Finalmente y gracias a su fama, puede viajar a Hollywood, donde será protegida por Louis B. Mayer, (de la Metro Goldwyn Mayer) que además de protección, le da un nuevo nombre inspirado en la actriz Barbara La Marr, antigua amante de Louis muerta en trágicas circunstancias. A partir de ese momento es Hedy Lamarr.

Lamarr alimentaba un profundo rencor por el régimen nazi, por lo que una vez que estalla la Segunda Guerra Mundial, ofrece al gobierno de los Estados Unidos toda la información confidencial que disponía gracias a los contactos de su exmarido. Pero, además, Hedy consideraba que su inteligencia podía contribuir a la victoria aliada. Así que se puso a trabajar para la consecución de nuevas tecnologías militares. Hedy Lamarr, que obviamente conocía algo sobre armas, comenzó discurriendo una idea sobre los torpedos y la forma de guiarlos al blanco por medio de la radio.

Sabía que los gobiernos se resistían a la fabricación de un misil teledirigido por miedo a que las señales de control fueran fácilmente interceptadas o interferidas por el enemigo, inutilizando el invento o incluso volviéndolo en su contra. La actriz inventa un sistema de comunicaciones nuevo y secreto que recibe el número de patente 2.292.387. Se trata de una versión temprana del salto en frecuencia (una técnica de modulación de señales en espectro expandido) usaba un par de tambores perforados y sincronizados (a modo de pianola) para cambiar entre 88 frecuencias y se diseñó para construir torpedos teledirigidos por radio que fueran imposibles de detectar por los enemigos. En la patente del 11 de agosto de 1942 puede leerse la inscripción H. K Markey et al. Las iniciales H. K. son las de Hedwig Kiesler (Hedy Lamarr), siendo Markey su apellido de casada de la época, porque en estos pocos meses Hedy se había vuelto a casar con un músico. La actriz se casó seis veces.

El hecho de que sus patentes fueran concedidas con el nombre de casada y no por el nombre artístico impidió que la actriz fuera reconocida hasta hace muy pocos años. Poco tiempo después, el 1 de octubre de ese mismo año, aparecía en el 'New York Times' la primera mención pública del invento, a pesar de lo cual, las autoridades de la época no consideraron la posibilidad de su realización práctica inmediata.

Mientras tanto, Hedy Lamarr triunfa como actriz y pronto se convierte en una de las reinas del technicolor. Sin embargo su carrera en Hollywood está llena de errores. Renuncia a protagonizar 'Casablanca', con el personaje de Ilsa que después haría Ingrid Bergman y sus películas no alcanzan el éxito esperado. Solo 'Sansón y Dalila', dirigida por Cecil B. de Mille en 1949 alcanza un notable éxito y ya en los 50 Hady Lamarr abandona el cine progresivamente. En los 60 era pobre y olvidada, y se empieza a hablar de ella en las páginas de sucesos de los periódicos como cleptómana. En 1966 Lamarr volvió a ser noticia cuando fue arrestada por la policía por robar artículos en la tienda por departamentos May de Los Ángeles. Fe declarada inocente por decisión del jurado que votó 10 a 2.

Su éxito como inventora

En 1961 publica su controvertida biografía 'Extasis y yo', que ahora se publica en España. Aunque firmada por ella, poco después la actriz negaría tajantemente haberla escrito, lo que le reportó que el libro se vendiese muy bien y que obtuviera pingües beneficios.

El primer uso conocido del famoso invento de Hedy Lamarr llega con la crisis de los misiles de Cuba en 1962. El motivo de la tardanza era el necesario paso de un sistema mecánico a uno electrónico. Dicho paso fue realizado en 1957 por Sylvania Electronics y es de agradecer que el equipo de ingenieros reconoció en su totalidad la patente de Lamarr. Durante la crisis de Cuba de aquel año se usó con este sistema el control remoto de boyas rastreadoras. Después de Cuba, la misma técnica fue incorporada en alguno de los ingenios utilizados en la guerra del Vietnam y, más adelante, en el sistema estadounidense de defensa por satélite (Milstar) hasta que en los años ochenta el sistema de espectro expandido vio sus primeras aportaciones en ingeniería civil. Así, con la irrupción masiva de la tecnología digital a comienzos de los años ochenta, la conmutación de frecuencias pudo implantarse en la comunicación de datos wifi. Lamarr fue una adelantada de la tecnología wifi y la visión que no tuvo para elegir sus películas, la tuvo como visionaria de lo que iba a significar internet. El 12 de Marzo de 1997, fue honrada por la Fundación Frontera Electrónica, por su gran contribución a la sociedad. Su hijo Anthony Loder, recibió el premio en nombre de su madre y reprodujo una cinta con las palabras de Hedy, después de 20 años de no haber concedido entrevistas. El Día del Inventor se celebra el 9 de noviembre (fecha de su cumpleaños), en su honor.

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