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Alice Guy.
Alice Guy, la primera directora de la historia

Alice Guy, la primera directora de la historia

Ahora que se acerca el Día Internacional de la Mujer, recordamos a la primera cineasta, que además fue la primera persona que contó una historia de ficción detrás de las cámaras

Boquerini .

Jueves, 2 de marzo 2017, 20:04

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Este 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, un buen motivo para recordar a la primera mujer directora de cine, Alice Guy Blaché. Algunos historiadores afirman incluso que, probablemente, no sólo fue la primera mujer cineasta, sino que es posible que fuera la primera persona que contó una historia a través de la cámara, la primera en realizar cine narrativo, incluso antes de que lo hiciera el gran George Méliès, superando el cine como muestra de escenas de la vida cotidiana de los hermanos Lumière y sentando las bases de lo que en el futuro se ha considerado ficción. Alice Guy fue una francesa coetánea de los hermanos Lumiére que trabajaba para la casa Gaumont y que viajó por todo el mundo filmando diferentes escenas. Pasó por España recogiendo con su cámara diferentes escenas, entre ellas 'Danses gitanes', un repertorio de cortometrajes sobre diferentes bailes andaluces. Durante muchos años Alice Guy permaneció en el olvido, muchas de sus películas se han perdido y otras suprimieron su nombre para poner los de un hombre. En las últimas décadas del siglo XX, con el auge de los movimientos feministas se empezó a reivindicar su nombre y su trabajo, auténticamente colosal. En 2012 la Academia de Cine española le dedicó un homenaje en su memoria con la proyección de algunas de sus películas.

Alice Guy Blaché había nacido en Saint-Mandé (Francia), el 1 de julio de 1873. Su infancia la pasó entre Francia, Chile y Suiza. Su padre era dueño de una cadena de librerías, tanto en Santiago de Chile como Valparaíso y vivió ahí su niñez, rodeada de libros. Después de estudiar secretariado en 1894, en su regreso a Francia obtuvo el puesto de secretaria en la Compañía General de Fotografía de Max Richard. En 1895, Léon Gaumont, se asoció con varios nombres ilustres (Gustave Eiffel, el astrónomo y geógrafo Joseph Vallot y el banquero y filántropo Henry Besnier), compró la Compañía General de Fotografía y creó la Compañía Gaumont. A principios del año 1895, un joven Georges Demenÿ (ayudante de Étienne-Jules Marey, y ambos entusiastas experimentadores y perfeccionadores de las primeras cámaras) realizó en el Comptoir una demostración del 'fonoscopio'. Una vez adquirida la propiedad de la empresa, Gaumont comprará los derechos de las patentes de dos aparatos perfeccionados por Demenÿ: el citado 'fonoscopio' y el 'biógrafo'. Guy trabaja en la compañía desde sus inicios, como secretaria. El 22 de marzo de 1895, Louis Lumière invitó a Gaumont a una demostración privada de cómo funcionaba el nuevo invento que había construido, una cámara que hacía que las fotos fijas se convirtieran en movimiento. A Alice Guy le fascinó el aparato y estuvo presente en la primera proyección de cine que realizaron los hermanos Lumière en el Boulevard des Capucines de París el 28 de diciembre de 1898. En aquella primera proyección pública del Cinematógrafo Lumiére, además de Alice Guy se encontraba también George Méliès, pero mientras a Guy le cuesta el reconocimiento, Méliès lo logra de inmediato.

Sus primeros trabajos como directora

Dotada de gran curiosidad y viva imaginación, y segura de su capacidad para organizar las tareas de un rodaje, en 1896 Alice pide permiso a Gaumont para rodar esas películas que se realizaban con una intención puramente comercial, que no respetaban ningún tipo de propiedad intelectual, y cuyos argumentos se copiaban sin tapujos entre las empresas pioneras de esta industria: Lumière, Pathé y Gaumont. En este medio, la entonces secretaria hallaría un campo virgen para la experimentación.

Con la cámara Demeny-Gaumont, Alice Guy, gozando de total confianza de Gaumont, comienza a combinar imágenes en movimiento y teatro con una primera película titulada 'La fée aux choux'. Además viaja fuera de Francia, como tantos operadores de los Lumière. En España filma en los primeros años del siglo XX, las 'fonoescenas', aspectos de danzas típicas españolas. Fascinada por las posibilidades del medio, a lo largo de sus primeras películas, y al igual que George Méliès o, posteriormente, Segundo de Chomón, Alice va incorporando a sus filmes algunos trucos que dejaban perplejos a los espectadores y que fueron utilizados hasta la extenuación, buscando más el asombro efectista que la profundidad argumental: doble impresión del negativo, reproducción hacia atrás, etc. Y Alice Guy comienza a realizar breves películas argumentales, de no más de 3 minutos, compitiendo directamente con Méliès.

Posiblemente su obra más importante, así como su primer largometraje, fue 'La Passion ou la Vie de Notre Seigneur Jésus-Christ' ('La Pasión o la vida de Nuestro Señor Jesucristo'), realizada para Gaumont en 1906, para cuya realización empleó veinticinco decorados diferentes y unos trescientos extras, algo inaudito en la entonces naciente industria.

En 1907, Alice Guy se casa con Herbert Blaché, un camarógrafo que trabaja para la Gaumont británica, al que conoció en un viaje de promoción en Nimes; Herbert se convierte en director en los Estados Unidos en la década de 1910 y en coproductor y socio de varias empresas de producción cinematográfica. La pareja tiene dos hijos, Simone y Reginald Blaché Bolton.

Vida en EE UU

Alice y su marido recorren los Estados Unidos durante dos años para promover Chronophone Demeny-Gaumont, en espera de la apertura de una sucursal Gaumont en Flushing (Nueva York) que dirige Herbert. Alice utiliza los estudios Gaumont, para sus realizaciones, sin embargo muchas de sus películas las firma Herbert Blanché, En Estados Unidos rueda westerns, dramas, espionaje, fantasía, policíacos... Lo hace con actores estrellas de la época del cine mudo: Darwin Karr, Blanche Cornwall, Lee Beggs o Billy Quirk. Su éxito es abrumador y le permite invertir y crear un estudio en Fort Lee (Nueva Jersey), Solax Company, que se convierte en la década de 1910 en un lugar importante en el mundo del cine. Es la primera mujer de la historia en dirigir un estudio cinematográfico. La Metro Goldwyn Mayer distribuye sus realizaciones hasta 1918. Aunque fundó otras dos compañías cinematográficas, a partir de 1919 se hizo imposible competir con Hollywood, y comenzó a trabajar para compañías más poderosas. Fue el comienzo del fin de su etapa en la industria independiente. Finalmente su compañía terminó por caer. Solicitó el divorcio en 1917 y trabajó para William Randolph Hearst, antes de regresar a Francia en 1922 con más de ochocientas películas realizadas.

En Francia, donde la industria cinematográfica ya había decaído por la influencia del cine norteamericano, no encontró financiamiento para volver a rodar en su país. En 1964 regresó a los Estados Unidos junto a sus hijas, donde quiso buscar y recuperar sus películas y fue a la Biblioteca del Congreso y a otros archivos de cine y filmotecas pero no encontró casi ninguna y las que pudo recuperar se escondían bajo nombres ajenos. Estaban firmadas por su exmarido o por los técnicos que habían trabajado en ellas. Esto explicaría, en parte, el gran desconocimiento existente sobre ella hasta hace relativamente poco tiempo. En 1949, cuando había cumplido 76 años, Alice Guy regresó a París, donde la Cinemateca le rindió un gran homenaje por ser la primera mujer directora de cine en el mundo. Tuvo gran repercusión en los medios y recibió más tarde las insignias de Chevalier de la Legión de Honor. La directora regresaría después a su casa de Nueva Jersey donde fallece el 24 de marzo de 1968, a los 94 años.

Fue en Estados Unidos donde Alice rodó la mayor parte de su obra desde su estudio de Nueva Jersey. Llegó a competir con Hollywood, como productora y directora independiente y se adelantó a sus contemporáneos y a su tiempo. Alice Guy fue pionera en usar grabaciones con un gramófono al mismo tiempo que las imágenes y la productora de una de las primeras películas a color, la primera en utilizar efectos especiales, usar la doble exposición del negativo, las técnicas de retoque, la cámara lenta y rápida, y el movimiento hacia atrás. Sin embargo hasta fechas relativamente recientes, Alice Guy era una completa desconocida.

Hace un par de años se estrenó en Estados Unidos un documental producido por Robert Redford y narrado por Jodie Foster, sobre ella, titulado 'Be Natural', que es la frase que Alice decía siempre a sus actores antes de rodar: 'Se natural'. El filme lo firman Pamela Green y Jarik van Sluijs.

En 1913 Alice Guy había escrito en la revista 'Woman's Place in Photoplay Production', una denuncia en donde lamentaba la exclusión que estaban teniendo las mujeres en el mundo del cine paralela a la conversión del cine en un negocio rentable y medio de comunicación masivo por excelencia. En este texto, tal y como proclamó Riccioto Canudo en 'El Manifiesto de las Siete Artes', Guy fue pionera en considerar el cine como arte, un cine que había dejado de ser el entretenimiento de las clases populares para pasar a contar historias. Nada mejor que recordarla en este próximo 8 de marzo.

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