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Olivia Havilland, posa en una imagen promocional de 'Lo que el viento se llevó'.
La última gran leyenda de Hollywood

La última gran leyenda de Hollywood

Olivia de Havilland, ganadora de dos Oscar e impulsora de largas batallas contra los grandes estudios, cumple un siglo

Boquerini .

Miércoles, 29 de junio 2016, 18:05

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Es la última superviviente del elenco de 'Lo que el viento se llevó' y este viernes, 1 de julio, ha dado de cien vueltas alrededor del sol. Es Olivia Mary de Beauvoir de Havilland, pero más bien la conocenos como Olivia de Havilland. La vida de Olivia es un repaso a la época dorada de Hollywood, pero también es la historia de una rivalidad legendaria, la que mantuvo con su hermana menor, la también actriz Joan Fontaine. Ambas se ignoraron durante siete lustros. La rivalidad nació durante su infancia, en un intento de atraer la atención paterna.

Olivia nació en Tokio, ciudad donde su padre trabajaba como profesor de universidad. A los dos años y debido a su frágil salud, ella y su hermana pequeña se fueron con su madre, ya divorciada, a Nueva York y después a California después. Fue precisamente ella quien les dio clases de interpretación a ambas. Desde niña, Olivia empezó a actuar como aficionada en pequeños teatros amateur y poco a poco fue afianzándose en el escenario, hasta que fue descubierta por Max Reinhardt.

Su primera película, 'Alibi Ike' (1935), pasó desapercibida, pero la Warner le ofreció un contrato de siete años. Su primer gran éxito fue 'El sueño de una noche de verano' (1935), que ya había hecho en teatro, con dirección Max Reinhardt y William Dieterle, al que siguió 'El capitán Blood' el mismo año, película en la compartió reparto con Errol Flynn por primera vez. La pareja trabajó en varias películas más 'Robin de los Bosques', 'La vida privada de Elizabeth y Essex', 'Camino de Santa Fe'... convirtiéndose pronto en una de las parejas más aclamadas por los espectadores de los años 30. Durante aquellos años Olivia siempre era considerada como la pareja 'oficial' de Erroll Flynn, pero la actriz siempre le rechazó.

Rivalidad legendaria

Cuando su hermana Joan Fontaine regresó a los Estados Unidos, siguió pronto sus pasos. Sin embargo, Joan se vio forzada a inventarse un nombre, dado que su progenitora no le dio permiso para utilizar el apellido de la familia. Primero fue Joan Burfield, después Joan Fontaine, utilizando el antiguo nombre de su madre sobre los escenarios, que en realidad era el apellido de su padrastro, al que ambas hermanas odiaban profundamente. Por supuesto, a Olivia no le hacía ninguna gracia que su hermana pequeña siguiera sus pasos, pero la rivalidad estalló cuando ambas se presentaron a los 'castings' convocados para integrar el reparto de 'Lo que el viento se llevó'. Por supuesto ambas querían el papel de Scarlata O'Hara, pero fueron rechazadas en favor de Vivien Leigh. A Joan Fontaine le ofrecen el de la dulce Melania Hamilton, pero lo considera demasiado menor para su categoría y 'sugiere' que se lo den a Olivia, un hecho que lamentaría el resto de su vida ya que Olivia logró su primera nominación al Oscar por ese trabajo.

Convertida ya en una fulgurante estrella de Hollywood, Olivia de Havilland logra varios papeles de éxito prácticamente seguidos, con los que la actriz consigue demostrar su capacidad para los personajes dramáticos. De nuevo, es nominada al Oscar por 'Si no amaneciera' (1941), de Mitchell Leisen, pero se interpone la sombra de su hermana, nominada ese mismo año por 'Sospecha', de Alfred Hitchcock, que finalmenteque se lo lleva. La mala relación que mantenían quedó patente en la entrega de los Oscar, cuando Joan rechazó las felicitaciones de Olivia al subir a recoger su galardón. Olivia estaba enfadada por un comentario malicioso que Fontaine había hecho sobre su marido, un escritor llamado Marcus Goodrich, casado varias veces: "Está mal que su marido tenga tantas mujeres y un solo libro", dijo. "Nunca me pidió perdón", explicó años después De Havilland en una entrevista radiofónica. Mitchell Leisen volvería a dirigir a Olivia cinco años más tarde en 'La vida íntima de Julia Norris' por la que por fin lograría si primera estatuilla.

En los años 40 Olivia destaca en películas como 'La pelirroja' (1941), de Raoul Walsh, 'Murieron con las botas puestas', de nuevo con Errol Flynn y también dirigida por Walsh (1941), 'El macho' (1942), de Elliot Nugent, 'Como ella sola' (1942), de John Huston, 'Thank Your Lucky Stars' (1943), de David Butler, 'Predilección' (1945), de Max Reinhardt, 'A través del espejo' (1946), de Robert Siodmak, -en la que interpreta a dos gemelas (una hermana 'buena' y otra asesina), que provocó que más de uno pensase en la agria relación entre Olivia de Havilland y Joan Fontaine-, 'Nido de víboras' (1948), de Anatole Litvak, o 'La heredera' (1949), de William Wyler, por la que logra su segundo Oscar y el Globo de Oro. En general personajes humanos y positivos. En esos años le ofrecen encarnar en Broadway a Blanche Du Bois en 'Un tranvía llamado deseo', que rechaza por considerar "demasiado turbio" al personaje.

En esa época, Olivia se pone al frente de una reivindicación destinada a lograr revolucionar las relaciones laborales de las estrellas con los estudios. En 1943, desafió sola a uno de los más poderosos estudios de la meca del cine y demandó a la Warner Bros al amparo de la ley 'anti-peonaje' de California, una ley procedente del código napoleónico que prohibía a los patronos degradar a sus trabajadores a la servidumbre. Fue una lucha legendaria para los actores que lograrían evitar someterse a los tiránicos contratos con los grandes estudios de Hollywood, en donde Olivia de Havilland se convierte en la figura clave en la reivindicación de los derechos de los actores. Tras ganar el pleito, pudo escoger su propio material y realizar los papeles que realmente le interesaban. El juicio sentó jurisprudencia en lo que, a partir de entonces, se llamó 'la decisión de Havilland'.

Su última gran película

Olivia de Havilland protagoniza películas como 'Mi prima Raquel' (1952), de Henry Koster, 'La princesa de Eboli' (1955) de Terence Young, 'No serás un extraño' (1955), de Stanley Kramer, 'La hija del embajador' (1956), de Norma Krasna, 'El rebelde orgulloso'(1958), de Michael Curtiz o 'La noche es mi enemiga' (1959), de Anthony Asquith. Tras haber pasado su adolescencia peleándose con su hermana por los mismos chicos Joan se había casado antes con uno de los novios de Olivia-, en 1946 se casa con el citado Marcus Goodrich, que le dio un hijo, fallecido con 42 años, que acabaría en divorcio en 1953; y en 1955 se vuelve a casar con Pierre Galante, futuro director de 'Paris Match', al que conoce en el Festival de Cannes, con quien tuvo una hija, y del que se separó en 1979, aunque le cuidó hasta su muerte. Este matrimonio le llevó a establecer en Francia su residencia. Actualmente sigue viviendo en París.

Su última gran película es de 1964: 'Canción de cuna para un cadáver', al lado de Bette Davis, bajo la dirección de Robert Aldrich. El duelo actoral entre ambas actrices ha hecho historia. A partir de ese momento su actividad en la gran pantalla comienza a decaer mientras centra su trabajo en el mundo de la televisión. Aún así, en los 70 protagoniza 'Los libertinos' (1970), de Lewis Gilbert; 'La papisa Juana' (1972), de Michael Anderson; 'Aeropuerto 77' (1977), de Jerry Jameson; 'El enjambre' (1979), de Irwin Allen, o 'El quinto mosquetero' (1979), de Ken Annakin, su último trabajo en la gran pantalla.

Pero su trayectoria prosigue en televisión apareciendo en series como 'Vacaciones en el mar' o 'Norte y sur' y en miniseries como 'Anastasia: The Mystery of Anna' (por la que gana su segundo Globo de Oro) o 'The Woman He Loved'. Ya en el siglo XXI manteniendo su residencia en París, espacia cada vez más sus apariciones públicas: en 2003 presenta una de las categorías de la 75 edición de los Oscar; en 2008, recibe la Medalla Nacional de las Artes de Francia y el 9 de septiembre de 2010, a la edad de 94 años, Olivia es nombrada Caballero de la Legión de Honor, una distinción que otorga el Presidente de la República Francesa. En febrero de 2011, Olivia de Havilland aparece en la ceremonia de entrega de los Premios César. Jodie Foster, que también reside en París, fue la encargada de presentarla y De Havilland recibió una ovación con el público puesto en pie que aún resuena.

Antes, en 2006 recibe un insólito premio por su 'longevidad': "Es profundamente gratificante encontrarme en la misma lista (de ganadores) que la Reina Madre, a cuya edad siempre quise llegar, y también en la de otros muchos ganadores de este premio", dijo la actriz, que solo cuando falleció Joan Fontaine en diciembre de 2013 dejó las rencillas a un lado: "Estoy sorprendida y triste por el fallecimiento de mi hermana pequeña. Agradezco las muestras de cariño de la gente".

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