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Boquerini .
Jueves, 7 de abril 2016, 13:17
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Su mirada, entre insolente y tierna, irrumpió en las salas de medio mundo en los años cuarenta y pronto quedó marcada a fuego en el espectador, que no dudó en convertirlo en el actor de moda. Gregory Peck (1916, La Jolla, California), que habría cumplido esta semana cien años, iba para médico -comenzó sus estudios de medicina en la Universidad de Berkeley-, pero su pasión por la interpretación hizo que pronto colgara los libros y se dedicara al teatro universitario.
Hijo de un farmacéutico de San Diego, en 1942 debutó en Broadway y un año después ya estaba en Hollywood, gracias a una prueba realizada para David O. Seltznick. Su entrada en el mundo del celuloide tuvo lugar en el momento adecuado porque la mayoría de los grandes actores de la época se encontraban en la guerra.
Considerado como el mayor héroe americano tras meterse en la piel Atticus Finch, Eldred Gregory Peck encarnó como nadie al estadounidense íntegro, un actor que destilaba sobriedad y sobre todo una ética que le reportaba un aire solemne y tranquilo. Sus cualidades lo condujeron a la consolidación de una carrera sorprendentemente homogénea. Queda para siempre la imagen suya de gran hombre, buen ciudadano y, aunque a él le pesara, la de "apuesto, entre los apuestos", como fue definido. Gregory Peck, que falleció en 2003, a los 87 años, fue ante todo un actor sincero con el público, se preocupaba de elegir bien sus papeles y rehuía el encasillamiento.
En sus 58 películas, ha transitado por todos los géneros y personajes. Sólo el musical se le ha resistido, y eso que ha cantado en algunas bandas sonoras de sus películas, como 'El hombre del traje gris', 'El millonario' o 'Duelo al sol'. Estos son sus diez títulos más representativos, uno por cada género:
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