Verán el partido en casa y saben que «habrá nervios, seguro»
Sagrario y Salva han visto al Mirandés en todas, en las duras y en las maduras, y confían en celebrar la permanencia
María Ángeles Crespo
Domingo, 2 de junio 2024, 00:01
Puede decirse que para gustos los colores, y ante una situación como la que se va a presentar mañana, con el Partido, sí, en mayúsculas, ... que se va a disputar en Anduva hay quien prefiere ver el desarrollo de los acontecimientos in situ, mientras que para otros es más positivo ver el choque frente al televisor. Tanto Sagrario Martín como Salva Rueda, que estará acompañado por su mujer, por Begoña Ruiz, preferirían haberse desplazado hasta el municipal, ese campo en el que tantas y tantas veces han disfrutado y también padecido con los rojillos. Les habría gustado pero estos incondicionales llevan ya varios años viendo lo que pasa en Anduva desde sus casas, y así será como verán el Mirandés-Amorebieta que pondrá el punto y final a esta Liga en la que el sufrimiento les acompañará hasta el último minuto.
Sagrario, a sus 96 años, cumplidos el viernes, atesora recuerdos futbolísticos de los rojillos desde hace más de 80 porque como recuerda «empecé a ir a ver al Mirandés cuando tenía 15 años, así que mira si ha llovido desde entonces». Fue la pandemia la que le hizo dar un paso atrás en cuanto a su presencia en el campo, que no en lo de estar siempre pendiente de las andanzas de los rojillos. «Dejé de ir después de la temporada en la que no pudimos ir al campo, pero aunque ahora ya no me acerque a Anduva, porque cada vez me canso más, sigo siendo socia y, por supuesto, veo todos los partidos en la tele.
Ya se prepara para la cita de esta tarde y aunque reconoce que «algún nervio pasaré, seguro», dice también que como ella poco podrá hacer por cambiar lo que pase sobre el césped «me aguantará con lo que pase. Eso sí, lo que espero que ocurra es que acaben ganando el partido y sigamos en Segunda».
Lo verá en familia y no faltará su hermana Matilde, tan futbolera como ella, y el mensaje que quiere lanzar a los jugadores de Lisci es «que tengan suerte y que acierten y que tiren a puerta que, si entra bien, y si no, también, pero que tiren porque si lo hacen tendremos más posibilidades de conseguir algún gol para ganar este importante partido».
Intranquilo
En vilo, así es como está desde hace algunos días Salva, que no sabe si tendrá tila suficiente para calmar los nervios que irán aflorando a lo largo del partido entre el Mirandés y el Amorebieta. «Yo me lo guardo todo para mí, me voy tragando lo que voy viendo y al final acabo nerviosísimo». Si se comiera las uñas reconoce él, y también hace el mismo comentario su mujer Bego que «nos comeríamos hasta la de los pies porque va a ser un partido muy complicado».
Salva conoce bien el Mirandés y sabe que en el espíritu rojillo no entra lo de rendirse, así que confía «en que los chavales lo den todo, pero está claro que el partido va a ser complicado, así lo veo porque el Amorebieta va a ser un hueso duro de roer. Están compitiendo muy bien en las últimas semanas y están haciendo goles en el último tramo de los partidos».
No va a ser fácil y por eso dice que el Mirandés «no podrá despistarse ni un momento y tendrá que estar en tensión hasta el último minuto». Ha visto muchos partidos y ha vivido por lo tanto muchas alegrías y no pocas decepciones y lo que espera que pase es que pueda incrementar su particular estadística de buenos momentos con el Mirandés.
Cree Salva que además de pelear y no rendirse en ningún momento el equipo tendrá que controlar los nervios. «Me parece que el equipo que mejor los domine será el que acabe llevándose el gato al agua y ganando el partido. Es lógico pensar que los jugadores estarán nerviosos porque se juegan mucho, pero tienen que ser capaces de superar todo lo que se les ponga por delante, no les debe pesar la responsabilidad».
Reconoce Salva que no se esperaba haber llegado a la última jornada sin que el Mirandés hubiera conseguido el objetivo de la permanencia y, de hecho, apunta que «lo que yo pensaba es que se iba a cerrar la Liga con una fiesta en Anduva y que si, por ejemplo con un puntito echábamos una mano a un equipo como el Amorebieta, que aquí nos cae bien, pues nada, se le echaba», pero dadas las circunstancias ahora toca ver al equipo vizcaíno «como un enemigo al que no se le puede dar ninguna concesión».
En definitiva con nervios y a la vez con esperanza y confiando en los rojillos es como afrontan el vital Partido en el que el Mirandés se la juega.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.