La valentía del Mirandés no tuvo premio
El conjunto de Alessio Lisci no tuvo la eficacia habitual y deberá reponerse para continuar en busca del milagro
Toni Caballero
Miranda de Ebro
Domingo, 25 de mayo 2025, 23:04
Era un partido de masticar y el mirandesismo lo sabía. El Almería se plantó en Anduva con las ideas claras, proponer un encuentro de guerrilla para sacar algún punto y los locales, por su parte, no supieron aprovechar las mejores ocasiones del duelo para comprar gran parte de su billete a Primera División. Y es que la eficacia que tanto rédito le ha dado al Mirandés a lo largo de la campaña desapareció en Córdoba y tampoco hizo su aparición ayer en un duelo marcado para la historia.
Comenzando por el principio, el encuentro entre rojillos y almerienses contaba con todos los ingredientes de un partido de élite. Las dos aficiones disfrutaron de una jornada soleada en Miranda, compartieron cánticos y ambiente en la previa de una final que tuvo a todos con un nudo en el estomago durante horas. Y ese mismo nudo no se deshizo en toda la tarde.
Un Almería pragmático, coronado en punta con el mejor delantero de la categoría de plata, Luis Suárez, dejó a las claras en los primeros minutos del partido que no había llegado a Miranda para regalar los 3 puntos. Los de Lisci, controlando el peso del choque, tampoco querían volverse locos a sabiendas de que un gol podría bastar para rozar el sueño con los dedos.
Con el transcurrir de los minutos, y los goles que comenzaron a cantarse en otros estadios de Segunda, apareció el nerviosismo. El propio Suárez protagonizó las pocas tentativas de los rojiblancos y Panichelli, el otro killer sobre el césped, bregó durante todo el encuentro en busca de una ocasión que nunca llegó.
De hecho, fue Izeta el que dispuso de la mejor ocasión del partido en el primer tiempo, pero no supo dar con la red. Egiluz, en la segunda mitad, tampoco logró hacerlo a puerta vacía segundos después de estallar un testarazo en el larguero. Las ocasiones se iban a contar con los dedos y el Mirandés tuvo en su mano las mejores del choque, pero no consiguió materializar ninguna.
El resultado de empate desembocó en un Anduva triste pero orgulloso. Nada que reprochar a unos jugadores que, un vez más, se dejaron todo en el fortín de a orillas del Ebro. La grada de animación desplegó una pancarta con el lema 'Historia Rojilla', agradeciendo la labor de sus jabatos durante todo el curso. Pero el rostro de Alessio Lisci evidenciaba que el equipo de la aldea gala había dejado escapar una oportunidad histórica.
La valentía rojilla no tuvo premio, el fútbol es así. Ahora queda viajar a Cartagena en busca de un milagro y, sobretodo, resetear la cabeza de una plantilla de Primera que ayer no pudo ascender al nivel que merece. La tarea se antoja difícil, pero este equipo se ha forjado en imposibles.
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