
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Toni Caballero
Domingo, 25 de mayo 2025, 00:02
Son muchas y diversas las llamadas que han realizado esta semana los medios de comunicación foráneos para interesarse por la situación del Club Deportivo Mirandés ... y la afición rojilla, en particular. Algunas de las preguntas más frecuentes suelen ir enfocadas a si el joven equipo liderado por Alessio Lisci puede llegar a sentir la presión de verse tan arriba a estas alturas de la temporada, si puede hacer aparición el famoso vértigo o mal de altura. La respuesta, sin embargo, proviene directamente del vestuario y es un no rotundo.
Y es que, pese a que la temporada ha transcurrido sin grandes obstáculos deportivos, tales como la aparición de lesiones de larga duración, extensas sequías goleadoras o prolongadas rachas de resultados negativos; el equipo de Anduva siempre ha sabido reponerse a los baches que ha ido encontrando en el camino. Por ende, la juventud del los futbolistas no está reñida con la gran personalidad de la que hacen gala los rojillos para afrontar los momentos más complicados.
Muestra de ello fue el pasado derbi contra el Burgos, cuando el equipo llegaba de cuatro resultados adversos al hilo, con el ascenso directo alejándose y el tren del 'play off' pasando por delante. Entonces, los aficionados más agoreros comenzaban a lanzar sus vaticinios más pesimistas, como «el equipo se tenía que caer» o el famoso «no nos van a dejar subir», pero el conjunto de a orillas del Ebro supo sacar adelante el choque para volver a la senda de la victoria y así reengancharse de nuevo a la pelea.
Casí un mes más tarde, el Mirandés es segundo en la tabla y depende se sí mismo para ascender a Primer División por primera vez. Ver para creer una situación que exige un pellizco para despertarse.
Así las cosas, ELCORREOha podido saber que la plantilla rojilla se encuentra en una nube, sobretodo desde el valiosísimo triunfo en El Arcángel de Córdoba que certificó el billete para el 'play off' de ascenso, y es consciente de que está haciendo historia, no sólo del Mirandés, la cuál está tallando con letras de oro puesto que nunca se ha visto en estas lides, sino del fútbol nacional e incluso mundial.
El equipo de la ciudad de 37.000 habitantes que, con uno de los presupuestos más bajos de su categoría, tiene el ascenso al olimpo del balompié dibujándose en el horizonte. Se cuentan con los dedos de una mano los episodios futbolísticos comparables a esta gesta. Sin embargo, la única realidad palpable a día de hoy es el billete para el 'play off' de ascenso, esa es la única garantía.
Este es el mensaje que el cuerpo técnico liderado por el romano Alessio Lisci ha marcado a fuego en sus pupilos y la única que se ha proyectado desde dentro. Los técnicos también palpan que la afición mirandesista, y la ciudad en general, ha entrado en un estado de éxtasis, de ebullición desbordada con un posible ascenso directo, y no quieren que los jóvenes futbolistas pierdan el foco.
Mesura
Con este contexto, el equipo de trabajo del entrenador italiano es consciente de que, según se acerque la hora del trascendental duelo con el Almería, más importante será bajar los ánimos al suelo para volver a pelear en el barro. La proclama es clara, descender de las nubes por penúltima vez para volver a batallar en el barro de la competición liguera, una superficie y una mentalidad que han llevado al conjunto de a orillas del Ebro a estar donde está.
La tarea no es sencilla, puesto que la ilusión en Miranda ha llegado a un punto de no retorno, pero el organigrama rojillo tratará de aislarse en la medida de lo posible para afrontar uno de los partidos más importantes de la historia del club, sino el que más, en las mejores condiciones posibles.
Las cualidades deportivas están, han brillado durante toda la temporada, puesto que el hambre y las ganas siguen intactas y el jugador número 12 ya calienta motores para una cita vital. Ahora, Lisci y los suyos deben bajar las revoluciones de un equipo que no conoce el vértigo ni el mal de altura, pero que tal vez podría verse influido por las excesivas ganas de llegar a puerto.
El sueño del 'play off' es ya una realidad y el milagro del ascenso directo parece estar cada vez más cerca. El Mirandés se ha ganado por méritos propios el derecho de luchar por tocar el cielo, pero antes deberá bajar de las nubes para pelear una o dos veces más en el barro de Segunda, un campo de batalla que conoce a la perfección.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
María de Maintenant e Iñigo Fernández de Lucio
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.