Es el momento en el que al Mirandés le tocará demostrar personalidad y orgullo

No hay ningún duelo que pueda considerarse intrascendente porque los dos únicos conjuntos que no se juegan nada, que están salvados pero no tienen opción alguna de meterse entre los que disputarían en 'play off' de ascenso, el Tenerife y el Cartagena, decimosegundo y decimotercero con 52 y 51 puntos respectivamente, se medirán a equipos que sí pelean por sus objetivos.

Los murcianos recibirán al Huesca, un puesto por delante de los rojillos y con los mismos puntos que los de Anduva. por su parte el conjunta canario visita El Plantío ante un Burgos que tras haber desaprovechado las dos últimas jornadas y no haber logrado ninguno de los seis puntos que le habrían acercado al 'play off' de ascenso, quiere intentar la heroica.

Todo este embrollo se produce porque aunque sean muchas las combinaciones que deban darse para que algunos equipos caigan a la zona de descenso u otros se metan entre los seis primeros, mientras las matemáticas den, todo es posible. Ahora mismo la sexta plaza la tiene el Oviedo con 61 puntos, dos más que los que tienen Sporting y Elche, tres sobre el Racing de Ferrol y cuatro más que los que suman Levante y Burgos, así que todos pueden soñar.

Por abajo quien hoy marca el descenso es el Amorebieta, que visitará Anduva en la última jornada. Tiene 44, y sigue por lo tanto manteniendo las opciones de aferrarse a la categoría. Por delante está el Mirandés que con 45 puntos sigue en la cuerda floja, así que le quedan a los rojillos, dos partidos trascendentales.

Nadie dijo nunca que la temporada sería sencilla, pero se confiaba en que el sufrimiento para saber el futuro de los de Anduva, donde estarán en la próxima temporada iba a durar tanto tiempo. La afición va a tener que estar pendiente del devenir de la campaña hasta el último minuto y tanto este domingo, como en la jornada con la que se baje el telón de la temporada 2023/24 tendrán un ojo puesto ya sea en Anduva el último día, como en el Carlos Belmonte de Albacete este domingo, y el otro en alguna de las aplicaciones de sus móviles en las que se les vaya informando de lo que sucede en otros campos. Hace años sería lo que se llamaba jornada de transistores, pero ahora los tiempos han cambiado. Eso sí los corazones de los aficionados palpitarán con la misma intensidad que entonces.

Está claro que el equipo, el cuadro técnico y la afición tienen que ser conscientes que en este tramo final, finalísimo de la temporada hay que remar en la misma dirección. Se dice siempre que «unidos somos más», y ha llegado el momento de hacer demostraciones. Los jugadores tendrán que demostrar personalidad y orgullo. Aparecerán los nervios pero habrá que superarlos pensando en el bien mayor, esas victorias que garanticen al Mirandés su presencia una campaña más en Segunda. No será fácil pero el Mirandés tiene que ser consciente que depende de sí mismo. No se puede pensar en que otros equipos echen un capote, hay que darlo todo y hacer los deberes. Lo que tendrá el equipo será, seguro, es el apoyo de la afición.