El Mirandés quiere meter presión a Elche y Oviedo

Reza un proverbio chino que «el mejor momento para plantar un árbol fue hace veinte años, pero el segundo mejor es ahora». Esta filosofía puede ser perfectamente trasladada al sentir del vestuario del Club Deportivo Mirandés en la actualidad. Conscientes de la inmensa oportunidad perdida con el empate frente al Almería, el equipo liderado por Alessio Lisci no está dispuesto a bajar los brazos y, henchidos de confianza en su propio trabajo, van a llevar sus posibilidades, muchas o pocas, hasta las últimas consecuencias.

De hecho, ningún futbolero puede demostrar que el conjunto de Anduva se haya caído. Los de Lisci encadenan cinco choques consecutivos sin conocer la derrota y, en el último, hicieron merecimientos de sobra para retener los 3 puntos contra una de las mejores plantillas de la categoría de plata.

Así las cosas, tras un pequeño golpe psicológico que dejó a varios jugadores rojillos tendidos sobre el césped al término del encuentro con los almerienses, la plantilla se ha secado las lágrimas para levantarse de nuevo. Según informó este medioa principios de semana, la inteligencia artificial ha pasado de dar a los jabatos más de un 51% de opciones de ascenso directo a otorgarles un 14,8%. Pero este porcentaje hubiera sido inimaginable a principios de temporada y, en el corazón de los cientos de aficionados mirandesistas que viajarán hasta Cartagonova, este dato es aún mayor.

Con este contexto, ELCORREO ha podido saber que el cuerpo técnico ya se ha puesto manos a la obra para recuperar física y mentalmente a sus futbolistas, que ya han demostrado su fortaleza y personalidad en numerosas ocasiones a lo largo de la campaña.

Ya no existe ningún tipo de presión ni foco en el Mirandés, el ascenso directo depende de otros dos equipos y el billete de playoff está asegurado en el bolsillo. La temporada ya es histórica, un éxito rotundo, y el partido de Cartagena, que hace días se miraba de reojo como la cita en la que protagonizar el primer ascenso a Primera de la historia del club y pasó a ser casi un obstáculo después de las tablas con el Almería, ahora vuelve a verse como una ventana de oportunidad por todo el organigrama del club.

Por consiguiente, según ha podido saber EL CORREO, el vestuario mirandesista tiene tatuado en la mente que existen posibilidades de ascender en Cartagena y, mientras haya una mínima opción de que esto ocurra, no está permitido mirar más allá del próximo partido. Toca vaciarse, una vez más, de acuerdo a la religión cholista que ha imperado desde que se consiguieran los ansiados 50 puntos.

Ahora bien, los jugadores tampoco son ajenos a la realidad y son conscientes de que es una contienda complicada, ya que para lograr el ascenso directo este domingo necesitan ganar y que no lo hagan ni Elche ni Real Oviedo.

Una vez asumido que, por ahora, el milagro depende de otros dos equipos que se jugarán la vida en el Riazor de Coruña y en el Carlos Tartiere de Oviedo, los rojillos han optado por la vía más pragmática. El Mirandés sólo tiene en su mano ganar y ver qué ocurre en los otros campos con Elche y Real Oviedo, el objetivo es meter toda la presión que se pueda y obligarles a ganar sus respectivos duelos.

Asimismo, en el vestuario también se deja caer que no estaría de más adelantarse pronto en el marcador de Cartagonova, si es posible, y que esta información viaje rápidamente hasta el norte peninsular. Aunque los equipos traten de centrarse en sus propias citas, el público lo sabrá al momento en un domingo de transistores.

Creado este escenario, los nervios y la ansiedad, como reconocen varios de los periodistas que cubren la actualidad de franjiverdes y carbayones, pueden hacer aparición con el correr de los minutos si los dos candidatos no son capaces de encarrilar sus partidos y ven que los rivales sí lo están haciendo.

De no surgir efecto clasificatorio porque los tres aspirantes son capaces de sacar sus respectivos compromisos adelante, la opción que se antoja más probable, el partido de Cartagena también puede erigirse en una gran opción para que los rojillos cojan confianza de cara al playoff, se reencuentren con su potencial goleador y, de paso, puedan dar minutos a los jugadores menos habituales. El Mirandés quiere sacar su mejor versión en Cartagena para meter presión.

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