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Ángel Garraza
Martes, 14 de enero 2025, 23:24
«No nos rendimos, somos jabatos y no nos vamos a dejar vencer por nada». La frase lapidaria que pronunció Alessio Lisci en la sala ... de prensa de El Alcoraz a la conclusión del partido Huesca-Mirandés va mucho más allá de una declaración de intenciones. Es una realidad. El dato y el relato aquí sí comparten la trayectoria del conjunto rojillo en una Liga 2024/25 que está siendo histórica para el mirandesismo.
Plantilla y cuerpo técnico se han ganado, con creces, el derecho a confiar en lo que dentro del vestuario ya denominan 'una familia'. El Mirandés, como es sabido, arrancó el campeonato con lo justo para confeccionar un once inicial y en su primer partido superó a un Córdoba que llegaba con la moral por las nubes al haber ascendido.
Ese triunfo elevó las dosis de autoestima del grupo. Fue la primera piedra, ya en la competición y en cuanto a resultados y sensaciones, que pusieron para firmar una trayectoria sobresaliente durante el primer tramo de la Liga.
Posteriormente, como en cada temporada, han ido llegando bajas por diferentes razones, algunas decisiones arbitrales, cuando menos discutibles en algunos duelos, y a todos estos contratiempos se ha sobrepuesto como ha quedado suficientemente demostrado tanto sobre el césped, al ser un conjunto que transmite a la grada más allá de cuestiones puramente tácticas, sistemas de juego y estados de forma, como en los marcadores.
11
puntos de 15 suma en la siguiente cita tras perder la anterior. Nunca cae dos veces seguidas. Ganó al Huesca (1-0) después de no puntuar en Elche (1-0); al Burgos (0-1) tras caer con el Granada (0-1); al Cartagena (3-1) tras sucumbir en Oviedo y empató con Cádiz y Sporting tras ir a Tenerife y Almería y salir derrotado.
Y es que cada vez que ha perdido un partido se ha repuesto, no ha caído dos veces de manera consecutiva después de sucumbir en un envite del torneo doméstico, lo que dice mucho de la mentalidad del colectivo y, por lo tanto, de su capacidad de reacción cuando ha sufrido un traspié en forma de derrota.
Los hechos y los datos: perdió por 1-0 en Elche el primer duelo de la temporada; acto seguido, jugó en Anduva y venció al Huesca por 1-0. Con los oscenses, en este sentido, tiene el golaveraje igualado a pesar de jugar este sábado en inferioridad numérica desde el minuto 12. Y con nueve desde el final del primer periodo.
La segunda vez que no pudo sumar (aunque mereció puntuar) fue frente al Granada en el Municipal. Ante el cuadro nazarí cayó por un solitario gol. En la siguiente jornada, dio una alegría a la hinchada jabata porque venció en el derbi provincial disputado en El Plantío al Burgos (0-1). Se rehizo.
La cita en el Carlos Tartiere se resolvió con un desfavorable 4-1. Un marcador demasiado abultado para lo que se vio sobre el verde porque, entre otras razones, algún gol de los locales no mereció quedar reflejado en el electrónico. Acto seguido, vuelta a casa para derrotar al Cartagena por tres goles a uno.
El desplazamiento a Tenerife se saldó con un 1-0 en contra en el, probablemente, peor encuentro del Mirandés en lo que va de Liga. La comparecencia siguiente terminó con empate a dos tantos en Anduva frente al Cádiz. A la derrota ante el líder y rival lanzado hacia Primera Almería (1-0) le siguió otro empate (Sporting, 1-1).
Ahora, llegará al lunes ante el Málaga tras perder en Huesca. Con bajas y la medular por rehacer. Pero esta plantilla se ha ganado el derecho a confiar en ella.
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