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Ángel Garraza
Miércoles, 22 de enero 2025, 00:01
No es fruto de la casualidad. No puede serlo después de 23 encuentros disputados. El Mirandés venía de caer en Huesca en un choque condicionado por las dos expulsiones que sufrió por las rojas directas a Lachuer y Parada. EL CORREO ya reflejó la semana ... pasada que nunca había perdido dos encuentros consecutivos, que siempre reacciona ante las adversidades ya lleguen en forma de derrotas, bajas o escasez de plantilla (el primer triunfo del campeonato ante el Córdoba con lo justo para formar un once inicial fue toda una advertencia para los contrarios de lo que vendría después)... y así continúa siendo al vencer al Málaga por 3 a 2.
Es una muestra más de la regularidad que ofrece un equipo que se ha colado entre los gigantes pese a que entraba en muchas quinielas de Segunda División para figurar en el pozo durante buena parte de la temporada. Por fortuna para el mirandesismo es todo lo contrario.
No sabe lo que es perder dos partidos seguidos y eso ya es mucho mérito tanto de los futbolistas como de los técnicos respecto al proceso de mentalización. Siempre se levanta cada vez que se cae. Eso es de conjunto grande como la remontada que certificó este lunes por la noche. Y es que contra el cuadro costasoleño, los rojillos obraron la segunda reacción completa, con final feliz al hacerse con el pleno de puntos, de la temporada.
Sabido es que se trata de una categoría en la que el que marca primero tiene mucho avanzado, no son fáciles de ver las remontadas. El Mirandés ya ha hecho dos y ambas culminadas en el tiempo de prolongación: en el minuto 93. Tanto ante el Levante como contra el Málaga.
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