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Ángel Garraza
Miércoles, 22 de enero 2025, 13:38
Es la demarcación que el Mirandés priorizaba reforzar después de la marcha de Santiago Homenchenko y de que se hayan incorporado Iker Benito y Adrián Butzke para reforzar tanto el carril diestro como la delantera, dos posiciones que presentaban falta de efectivos y que ya se dan por completadas. El club rojillo acaba de confirmar la llegada del centrocampista Carlo Adriano García (23 años, 1,85 metros de altura) cedido por el Villarreal.
«Es un jugador que ocupa la demarcación de volante ofensivo. El joven futbolista de 23 años es un centrocampista con gran llegada al área contraria y mucho carácter sobre el terreno de juego. Además, cuenta con un excelente manejo de su pierna diestra y mucha calidad», aseguran desde su equipo hasta el mes de junio.
¿Quién es este futbolista? Se trata de un canterano de la entidad groguet y natural de la localidad castellonense, que reúne todas las características que pretende el club mirandesista para su plantilla: jugadores jóvenes, con calidad, proyección, hambre y, además, que se integren rápidamente en el vestuario. Como lo han hecho los dos que acaban de 'aterrizar' y que ya se han unido a un plantel que presume de ser una familia. El carrilero y el punta son dos más y ahora la mintención es que Carlo Adriano siga el mismo camino.
71
partidos, 66 como titular, disputó el jugador (1,85 metros) que pertenece al club groguet las dos últimas temporadas en Segunda División. Era un hombre fundamental en la medular del filial del Villarreal.
Es de esos efectivos que no puede recalar en propiedad porque está fuera del alcance del Mirandés. Sus emolumentos son superiores a los que se pueden abonar desde la institución de la calle Francisco Cantera.
El club amarillo, por su parte, desea que una de las 'joyas de la corona' de su cantera se curta en el fútbol profesional y qué mejor que hacerlo en las filas del conjunto rojillo, como ya ha quedado demostrado con un sinfín de futbolistas durante todos estos años. Por si esto no fuera suficiente, la envidiable trayectoria que sigue el bloque de Alessio Lisci lo hace todavía más atractivo para que otros clubes depositen su confianza en el trabajo que se realiza a orillas del Ebro.
De hecho, todo apuntaba a que la temporada pasada Carlo pasara a engrosar las filas del primer equipo que entrena Marcelino y que compite en Primera División por entrar en posiciones europeas. Estaba llamado a formar parte del plantel en el que ya ha ido convocado e incluso ha debutado en temporadas anteriores. Lo hizo muy joven, entre los años 2020 y 2022, lo que corrobora las esperanzas que tienen depositadas en él en la población castellonense.
Estaba previsto que realizase allí la pasada pretemporada, pero una lesión que sufrió en mayo se lo impidió. Se rompió el ligamento cruzado de la rodilla derecha en el encuentro ante el Levante. Este jugador (1,85 metros) era una pieza vital en el segundo equipo del Villarreal, hasta el punto de que disputó 71 partidos, 66 como titular, las dos últimas temporadas en Segunda División.
Era un fijo en las alineaciones y un hombre fundamental en la medular del filial del Villarreal. En 36 encuentros de la categoría de plata intervino el curso anterior y en 35, en el 22/23, cuando anotó tres goles.
Tenía 19 años el mediocampista cuando debutó con el primer conjunto amarillo en un choque de Copa correspondiente a la campaña 2020/21. Fue ante el Leioa (0-6). En la 21/22 jugó dos: uno también copero (ante el Vitoria, 0-8) y otro de Liga en la recta final de la goleada que endosó su equipo al Levante (5-0). En tres duelos, por lo tanto, ha intervenido con la primera plantilla.
Ahora, ya recuperado según se asegura desde Castellón, todos han creído que lo más conveniente, una vez que la Primera RFEF se le queda pequeña, es que coja los minutos necesarios en el Mirandés, tercer clasificado de la Liga de plata al que, de paso, le ayudará en la sala de máquinas.
El medio, en definitiva, encaja a la perfección en la tropa de Lisci porque más allá de su brillantez futbolística, destaca también por su serenidad al compaginar muy bien la faceta futbolística y la personal. «Es un chico muy tranquilo y humilde, siempre ha ido despacio en sus etapas desde pequeño. Tiene el asesoramiento de su padre (Adriano García, con 200 partidos en este club) que es un emblema en el Villarreal. Cuando le van las cosas bien no es muy de celebrarlo y cuando le van mal tampoco es de hundirse, tiene calma. Y sobre todo la humildad por encima de todo», subrayan de él.
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