La mejoría defensiva sirve para sumar un punto

Jonathan Gómez, en el carril izquierdo y los regresos de Tachi en el puesto de pivote, Ilyas (desacertado y precipitado durante todo el partido) en una banda y Martón (desacertado también) en punta, fueron las novedades en un once en el que Lisci se decantó por los cuatro zagueros en lugar de una línea de cinco, que venía siendo habitual estas últimas semanas. Por parte visitante, el once esperado con la inclusión de dos puntas: los veteranos, curtidos en mil batallas, Ángel y Enric Gallego.

No podía comenzar mejor el encuentro porque no se había cumplido el segundo minuto de juego cuando tras una cabalgada de Gabri por el costado izquierdo, su asistencia no fue rematada en un primer momento por Martón, pero la pelota quedó suelta en el área y Álvaro Sanz, viniendo desde atrás, remató a placer. El meta Soriano la paró, sí, pero dentro de su portería.

Este tanto en la primera acción del choque, siempre positiva para el equipo que lo marca, propició que el Tenerife se hiciera dueño de la pelota. Pasó a controlar el cuero y a dominar por completo. El centro del campo mirandesista tenía muchas dificultades para sacar el balón jugado. Los tres efectivos que se movían por dentro, Tachi, Sanz y Baeza perdían muchos balones ante la presión intensa de los futbolistas rivales.

Al menos, los rojillos defendían bien y con orden. Eso sí, les duraba poco el cuero en los pies también porque sus intentos de progresar eran abortados por faltas tácticas. Alguna, ciertamente, merecedora de tarjeta pero el joven riojano debutante en la categoría Sesma Espinosa no estaba por la labor de llevarse la mano al bolsillo.

Los chicharreros, no obstante, estaban fallando en el último pase ante un cuadro jabato que esperaba atrás. Los centros de los blanquiazules, lo que más utilizaban cuando llegaban a línea de tres cuartos y una de sus armas favoritas, eran defectuosos.

El conjunto mirandesista hacía gala de una efectividad máxima porque en su único tiro entre los tres palos logró la diana. A punto estuvo de conseguir otra en su segundo acercamiento, pero Soriano adivinó la intención de Baeza y desvió su lanzamiento cruzado con el pie.

Una vez más, sin embargo, el Mirandés iba a encajar en los minutos cruciales. Lo hizo para los suyos Ángel, casi en el minuto 43 al batir por bajo a Ramón Juan. La veteranía es un grado y el Tenerife arriba tiene mucha.

Los locales protagonizaron varios arreones en la recta final por medio de Rubén Sánchez (uno de los mejores de los de casa) ante un rival que también tiraba de experiencia en la parte trasera. No hubo mayores consecuencias.

La segunda mitad comenzó con color rojillo. Los foráneos eran ahora los que esperaban en su campo, si bien nada trascendía en unos minutos de tregua con un Tenerife que exhibía siempre que podía su experiencia.

No se contabilizaban llegadas hasta que una nueva internada de Gabri, el más incisivo por parte local, continuó con una asistencia a Martón; se hizo hueco pero tiró muy alto en una buena ocasión desperdiciada justo después de que entrara Iosifov al campo, uno de los que había desaparecido en las últimas semanas de los planes de Lisci.

Durdov y Tomeo se incorporaron para refrescar la medular (Tachi había visto tarjeta) y la delantera frente a un adversario que ya llegaba poco. Reina y Godoy se sumaron en los instantes finales, pero nada varió. Faltaban fuerzas e ideas por ambos bandos y los cambios, realizados para intentar ganar, nada modificaron. Los rojillos no escatimaron un gramo de esfuerzo, pero la mejoría defensiva sólo sirvió para empatar.