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Pequeños y mayores han vibrado con su equipo. Igor Martín

Muchas gracias por todo y ¡Claro que se puede!

Más de dos mil seguidores del Mirandés han protagonizado una celebración histórica junto a sus jugadores

Toni Caballero

Miranda de Ebro

Jueves, 5 de junio 2025, 23:06

Una fiesta acorde al hito logrado, una celebración para un Mirandés histórico que se ha colado en el playoff de Segunda y sigue vivo en la pelea por subir a la Primera División. Lo reclamaba Lisci antes del choque en Cartagonova, echaba en falta un acto que conmemorase el logro conseguido, se logre subir o no. Y la ceremonia ha cumplido con todas las expectativas de ambiente y unión.

Así las cosas, tres centenares de rojillos aguardaban por el autobús del club en los aledaños de la Comisaría de Policía Nacional, curiosidades de la vida. El humo y las bengalas no han tardado en hacer presencia en una suerte de serpiente colorada comandada por los más pequeños.

La parroquia ha custodiado al equipo hasta la Iglesia de Santa Casilda para posteriormente embocar la calle Cantabria junto Colegio de Anduva. Unión y los cánticos habituales, esos que se han grabado en la mente de toda la ciudad y que se repiten como una mantra desde hace semanas sin importar el lugar en el que te ubiques. Al grito de 'que sí joder, que vamos a ascender', muestra de una unión que probablemente esté viviendo sus mejores días, han ido avanzando hasta llegar al punto programado por la organización del evento.

Ya sobre el escenario habilitado para la celebración, el dj Alberto Ramos animaba al respetable hasta que se procedió a homenajear al equipo filial. El Mirandés B de Trejo también ha tenido su momento de gloria, tanto por lo mostrado sobre el césped como por la ayuda indispensable en el trabajo diario con los mayores. No hay mejor gasolina para crecer que la competencia y el aprendizaje.

Llegaba el momento de la verdad, más de dos millares de jabatos se han dado cita en la calle Cantabria para animar y agradecer a los suyos. Bajaban los jugadores, visiblemente animados, y se han topado con un pasillo de bengalas y humo, el pasillo del campeón. Y es que, pase lo que pase este mes, el equipo ya se ha ganado un palco vitalicio en el corazón de los seguidores.

Saludando a los aficionados agolpados en las vallas, fueron colocándose al lado del autobús festivo estacionado para la ocasión. Rostros de nerviosismo e ilusión en una plantilla y cuerpo técnico que se encontraban fuera de su hábitat natural. Con Sergio Pulgar de maestro de ceremonias, fueron subiendo por orden de dorsal al tablero para saludar individualmente a la familia mirandesista.

Desde Luis López, el 1, hasta Ale Gorrín, el tercer portero y con el 31 a la espalda, fueron agradeciendo por el trato recibido durante toda la temporada y emplazando al jugador número 12 para dentro de poco más de dos semanas. «Ojalá nos veamos aquí dentro de muy poquito celebrando de nuevo», han lanzado varios jugadores.

También han aprovechado para ir soltando varios de los cánticos más repetidos en el feudo de a orillas del Ebro. Un modo fácil de caldear el ambiente y salir del paso, en el caso de los más tímidos y también de los mayores incitadores del vestuario. Sonaron desde ' el que no anima al Mirandés, ¿a qué carajo vino?', posiblemente el hit de la temporada, hasta clásicos como 'el Mirandés es un sentimiento' e incluso Álex Calvo se ha atrevido a pedir el Bombo de San Juan del Monte con la histórica proclama, secundado por la marea rojilla.

Padres, madres, abuelos, abuelas, niños, niñas y personas de todas las edades, aficionados o no del equipo, se han unido a la marea para vivir una fiesta medida y con un mensaje claro: «Gracias por todo, ya hemos hecho historia todos juntos, pero ahora vamos a por todo».

Panichelli, uno de los más aclamados, hablaba de la importancia de que el aficionado de pie destine unas horas de su vida todas las semanas para acompañar al equipo. Postigo, por su parte, recordaría cuando visitaba Anduva como visitante y «lo difícil que es jugar aquí para el rival gracias a todos vosotros, que hacéis de esto algo muy especial y que el éxito no sea una casualidad».

Ander Martín, cedido por el Burgos, ha sido puesto en un amable aprieto con el cántico 'Burgalés el que no bote'. «Ya me lo veía venir», bromeaba. Todo en una tarde mágica e impregnada de sentimiento mirandesista.

Por último, tocó el capítulo del cuerpo técnico, coronado por Il Capitano. El «Lisci, quédate», ha sonado como un estruendo seguido de nuevo por el aliento de ascenso. «Claro que se puede», ha clamado el italiano a modo de respuesta, convencido de que «con este grupo y con todos vosotros está claro que podemos lograrlo».Abrazos, saltos y la morocha, cómo no, para poner punto final a una jornada histórica que con total seguridad se recordará en la posteridad de una afición y, lo más importante, de toda la ciudad.

De padres a hijos

Cabe subrayar que la fiesta también ha servido para que público de todas las edades disfrutara de una celebración nunca antes vista. El intenso calor no ha sido impedimento para que los más pequeños se pusieran la bufanda y, subidos a hombros, cantaran con los mismo héroes que ven cada dos domingos en Anduva.

Conscientes o no del hito deportivo que ha logrado el club, la emoción se desbordó, en ocasiones llegando a las lágrimas. Y es que el Club Deportivo Mirandés ya ha hecho historia, pero a nadie se le escapa que está a sólo dos pasos de lograr algo nunca antes visto en el fútbol mundial. «Lo de este año es un regalo, hay que celebrarlo y por eso estamos aquí, pero es evidente que todos estamos con el Racing en la cabeza ya. Esto es tan grande que ha llegado a opacar a las fiestas de San Juan del Monte, algo que un mirandilla es muy complicado que vea dos veces en la vida», sentenciaban Ramón San José y Alfredo Fernández, dos veteranos rojillos, junto al escenario.

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