Gilsanz ve un duelo «incomodo» contra un Mirandés ganador de duelos

El Dépor llega a Miranda, como popularmente se dice, sin nada que perder. De hecho, lleva sin hacerlo desde el 16 de febrero, en Elda, y encadena siete jornadas consecutivas puntuando con triunfo en las últimas dos. Los gallegos atraviesan un gran momento de juego y resultados, quizá el mejor de toda la campaña, y ahora recalan en Anduva con la ilusión de pelear por los puestos de playoff en el último tramo de competición.

Los coruñeses son el segundo mejor equipo de Segunda a domicilio, han sumado 26 puntos en 17 choques, y se medirán al segundo mejor local de la categoría, ya que los rojillos han sumado 42 puntos en 17 partidos en casa (pueden colocarse líderes si ganan mañana). Con 6 unidades de desventaja respecto al sexto clasificado, el Dépor de Gilsanz ve el partido contra el Mirandés como una gran oportunidad de engancharse al sueño.

«Para mí es muy importante construir algo que vaya más allá de ganar un partido u otro; que se vaya generando un grupo, un colectivo que sea fuerte en todas las situaciones competitivas. La consecuencia será ganar partidos. Tenemos claro que hay que construir un equipo fuerte y que llegue al máximo. Y ahí el club nos pide ese máximo, que el equipo sea trabajador, que progresa, que vayamos a más porque la idea de este club es ir a más», señalaba Óscar Gilsanz en la rueda de prensa previa al duelo.

En este sentido, añadía hoy que los suyos tienen que afrontar el encuentro de Anduva «no pensando en los que nos puede suponer, sino pensando en el reto que supone el propio partido».

El de Betanzos también aclaraba que el choque «va a examinar nuestra capacidad que queremos que tenga el equipo, esa mentalidad fuerte de saber que hay momentos de los partidos en los que vas a estar incómodo. Y el Mirandés es ese equipo que hace los partidos muy incómodos los 90 minutos. Y tenemos esa ilusión, ese reto de ser capaces de que esa mentalidad fuerte que creemos que estamos construyendo se manifieste».

Asimismo, es sabedor de que la escuadra rojilla «hace los partidos muy difíciles por la incomodidad de tenerle que ganar duelos continuamente a un equipo que es el que más duelos gana en todas las zonas del campo; con lo cual tenemos que estar tan centrados en lo que va a pasar los 90 minutos que pensar en lo que nos pueda suponer».

En cuanto a lo estrictamente sistemático, Gilsanz avanzaba que «independientemente de su estructura, con tres centrales y dos carrileros, con tres futbolistas por dentro que juegan a diferentes alturas con mucha movilidad y dos delanteros de perfil distinto, es un equipo siempre añade situaciones de dificultad».

La buena inercia del equipo ha despertado una ilusión desbordada en una fiel afición deportivista que cada vez ve más cerca su retorno a Primera. Sin embargo, Gilsanz hace un llamamiento a la «tranquilidad», aunque ve «normal» que los deportivistas se emocionen con la posibilidad de jugar la promoción de ascenso.

«Es normal que la gente se ilusione cuando tienes buenos resultados. Evidentemente, los datos dicen que estamos a 6 del playoff y a 9 de los puestos de descenso, por eso veo normal esa ilusión. En el día a día también veo ambición en los entrenamientos», destacaba en rueda de prensa.

Confianza y ambición para completar la receta que, según él, puede llevarles a los puestos de arriba. «El mejor momento de un equipo es cuando tiene confianza, la sensación de que puede ganar a cualquiera, pero sabiendo dónde está y que cualquiera también te puede hacer daño. Los entrenamientos de esta semana me transmiten que el equipo está en un buen momento», concluía.

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