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Ángel Garraza
Domingo, 25 de mayo 2025
A buen seguro que Egiluz, Izeta, Hugo Rincón... se acordarán de las ocasiones falladas ante el Almería en un encuentro en el que el único ... que buscó la victoria con ahínco, de principio a fin, fue el conjunto de Alessio Lisci. No se les puede reprochar absolutamente nada a unos futbolistas que, algunos de ellos tras el partido, permanecieron abatidos tendidos sobre el césped. No se lo merecen ni ellos ni la afición.
El Mirandés perdió la ventaja, al depender de sí mismo hasta la penúltima jornada de Liga, con la que llegaba a este partido porque ahora tiene que ganar en Cartagena y esperar que pinchen Elche, que tiene dos puntos más, y Oviedo, que cuenta con los mismos 72, pero con el golaveraje ganado. Son los dos rivales que se han puesto por delante en la clasificación a falta de sólo 90 minutos de campeonato.
Tuvo las oportunidades más claras ante un contrario que apenas se acercó con peligro a los dominios de Raúl Fernández. Los de Rubi, de hecho, tan sólo dispusieron de una, a cargo de Luis Suárez, en todo el encuentro. Un escaso bagaje para un equipo de ese talante, con efectivos, casi todos, con experiencia en Primera División, pero que este domingo fue inferior a los jabatos, aunque eso no bastó para que los locales sumaran tres puntos y rozaran de haberlos conseguido el ascenso directo.
Está visto que en fútbol no gana quien más méritos contrae. Ayer fue el claro ejemplo. El Mirandés lo puso todo, jugó un notable duelo ante el millonario cuadro andaluz, pero no atinó con la puerta contraria. Ese fue el único problema que se encontró y que puede dejarle sin ascenso directo, aunque todavía queda una bala que deberá estar acompañada, eso sí, de varias carambolas.
Mirandés
Raúl Fernández; Hugo Rincón, Juan Gutiérrez, Egiluz, Tomeo, Parada (Iker Benito, m; 84) Gorrotxategi, Reina, Lachuer (Butzke, m. 79); Izeta (Joel Roca, m. 79) ) y Panichelli.
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Almería
Fernando; Pubill, Edgar, Arnau (Robertone, m. 63), Centelles; Lopy, Arribas (Lázaro, m. 84); Pozo, Baptistao (Selvi, m. 84), Chumi y Luis Suárez.
Goles: No hubo.
Árbitro: El navarro Galech Apezteguía mostró cartulina amarilla a los visitantes Lopy (m. 51) y Chumi (m. 80)
Incidencias: 5.122 espectadores se dieron cita en Anduva. Lleno, salvo unos asientos sin ocupar en el sector reservado a la afición del Almería.
El choque arrancó como se preveía. Se trataba del típico compromiso en el que se juegan tanto los dos contendientes. Con respeto, intensidad por ambos bandos, pero el conjunto de Lisci controlándolo en todo momento, mientras Fernando, el portero visitante, tardaba una eternidad en poner el balón en juego, lo que demostraba las intenciones con las que llegó el cuadro andaluz. Eso ocurrió desde prácticamente el pitido inicial. Su misión era intentar que no hubiera excesivo ritmo y enfriarlo lo máximo posible.
La primera gran ocasión llegó en el minuto 16, cuando Izeta fue dejando rivales dentro del área, hasta que se topó con el meta. Quizás tuvo que haber disparado con antelación porque dio la sensación de que tenía ángulo, si bien se entretuvo en demasía. El balón se paseó por el área pequeña en el córner posterior.
No había, en este primer periodo, muchas llegadas, pero quien estaba más cerca del gol era el Mirandés. Panichelli se cayó dentro del área y, acto seguido, se reclamó un penalti por mano. Siguió el juego sin más consecuencias.
La pausa de hidratación en el minuto 26 detuvo un envite en el que a balón parado siempre se esperaba algo de los rojillos, con alternativas al segundo palo para la incorporación, principalmente, del peligroso, en este tipo de acciones, Juan Gutiérrez.
El Almería tiraba de veteranía. Lo hizo todavía más en el segundo tiempo. Pérdidas de tiempo (las de su cancerbero eran exageradas), continuas caídas haciéndose los remolones sobre el verde con el fin de parar el juego, que no evitaron que el Mirandés por medio de Egiluz rematara de cabeza al larguero tras una falta botada por Reina. Segundos después, el central, con todo a su favor en el segundo palo lanzó de forma muy defectuosa, hecho que evidenció que el defensa no está acostumbrado a encontrarse en esas situaciones.
Los rojillos lo intentaban, merecían el gol frente a un adversario que ya no salía de su campo. Lo hizo en contadas ocasiones en los primeros 45 minutos y tras salir de vestuarios ya ni lo ocultaban. Se volvió a pedir un penalti tras una internada de Rincón. Sigan, dijo el colegiado navarro Galech Apezteguia. Izeta, en cinco minutos locos de acoso y derribo, conectó con la testa para que atrapara Fernando. Remató flojo. Tres jugadas muy claras. Los foráneos, que afrontaron el partido para no perder, estaban desbordados, pero no llegaba el gol.
Joel Roca y Butzke por Lachuer e Izeta y, a continuación, Iker Benito por Parada fueron los cambios. Los de Lisci lo intentaban e intentaban. Por insistencia y ocasiones merecían ir por delante. Como cuando Hugo Rincón recibió una asistencia dentro del área en su perfil diestro y chutó al lateral de la red.
El Almería no llegaba. En realidad no lo había hecho mucho durante todo el duelo. Vino a empatar y se llevó el punto. La afición rojilla despidió a los suyos con aplausos. Merecidos. Aún quedan batallas para alcanzar la gesta.
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