
Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Ángel Garraza
Domingo, 25 de mayo 2025, 00:02
Todos llegan puntuales a la cita. No sólo se conocen sino que son amigos, esa amistad que forja el fútbol y que se cultiva para ... siempre. Algunos han coincidido sobre el verde defendiendo al Mirandés. Aurelio, Tomé, Pepe y Narsa son nuestros protagonistas, todos ellos exjugadores rojillos y, como el resto, fieles seguidores del club.
Los cuatro mirandeses (Pepe nació en Salamanca, pero lleva desde los cuatro años en Miranda, así que es un mirandilla más) son voces más que autorizadas para pasar un buen rato charlando sobre el pasado, el presente y el futuro inmediato de un Mirandés que, ahora más que nunca, acapara la actualidad. Son exfutbolistas de finales de los años setenta y 80 del siglo pasado; Aurelio, además, fue entrenador e incluso directivo y Narsa ejerce de técnico en el fútbol base. Todos viven con pasión lo que rodea al equipo jabato.
Son, como otros jugadores mirandeses, el vivo ejemplo de que el Mirandés viene del barro, ese término al que tanto se alude ahora para resumir la gesta que puede alcanzar la entidad.
Enseguida aparecen los recuerdos y lo mucho que ha cambiado el fútbol. Aurelio jugaba de lateral diestro, Narsa compatibilizaba el puesto de central, líbero (habitual décadas atrás) con el de centrocampista, una medular que 'ocupaban' Tomé y Pepe. «Entonces era complicado ocupar todo el centro del campo», apunta Aurelio. «Yo jugaba de medio y Beascoechea me ponía de extremo», añade Pepe. «Cuando me fueron retrasando y vi que iba a jugar hasta de portero dije 'hasta aquí'», lanza entre risas Tomé. Eran otros tiempos.
El Mirandés es el equipo modesto de Segunda División, aunque para barro el que 'sufrieron' estos cuatro en su época. «Date cuenta que entonces éramos amateur compensados. Había gente que cobraba, pero nosotros no», sostiene el exlateral. «Había muchas dificultades para cobrar lo que te decían», recuerda Tomé.
«Cuando empezamos en Segunda B, había algunos jugadores de fuera y tenían muy buenos sueldos, nosotros no. La diferencia era abismal», aclara Pepe. «Veníamos a rellenar, éramos los chavales de casa...Te pagaban al final de temporada una excursión. De hecho, a Aurelio, a Paco, a mí y a Zunzunegui, el primer año que estuvimos, nos pagaron con un viaje a Canarias al final de año», asegura. «No teníamos sueldo ni la oportunidad de pedirlo», agrega Aurelio.
Años después, «al no haber un duro, ya sí éramos todos de Miranda». A Narsa, que estuvo seis temporadas como jugador en el club, le dio tiempo para «pillar de todo. Un año que el club estaba en deudas y quitando cuatro jugadores de Vitoria todos éramos de aquí, en Tercera nos dijeron que nos pagaban por partido ganado. Si no ganábamos, no cobrábamos nada. Todos trabajábamos. Las primas nos suponían más que el sueldo».
A raíz del descenso a Tercera (1982), vinieron momentos muy duros, en los que el Mirandés estuvo a punto de desaparecer, lo que sirve para poner más en valor los tiempos actuales. «Ahí empezó todo el declive, desde Hermenegildo. Había una deuda tremenda. Nos llamaron después a los de Miranda», señalan.
El fútbol ha cambiado mucho. «De táctica no sabíamos nada. Empezamos un poco con Aurelio, pero hasta entonces no teníamos ni idea», afirma Tomé. «Y físicamente, tampoco», apostilla Pepe. «Hasta que vino Mateo, el preparador físico, al que le dejaban hacer algunas cosas; hasta entonces, cuatro vueltas y poco más».
De atender a cuestiones relacionadas con la alimentación ni se hablaba. Nada se sabía. «Ha cambiado todo a todos los niveles, para bien. En el actual aparcamiento de Anduva entrenaba el Mirandés, había alguna farola, pero apenas se veía». Ahora bien, «si nos preguntas, te diremos que todos hemos disfrutado muchísimo en el Mirandés», exclaman al unísono. «Disfrutamos en las categorías inferiores, nos conocemos todos, somos amigos, la mentalidad era jugar, no nos importaba tanto cobrar». «Yo disfruté mucho cuando éramos los de aquí porque cuando eran casi todos de fuera no eras tú, eras lo que te dejaban», subraya Tomé.
Narsa, actualmente técnico del fútbol base rojillo, añade que «ahora ya no te encuentras los campos que había antes, ni en categorías inferiores. Son nuevos, de hierba artificial. Nosotros éramos más de campa, ahora son más de padres». Todos tienen claro que ahora hay más profesionales enseñando a los pequeños y eso siempre es positivo. «Echo en falta una ciudad deportiva para el fútbol base», a lo que Pepe agrega «y gente profesional que te enseñe. En Miranda no hay mucha población, los jóvenes se van a estudiar, sí, pero si estuviese más profesionalizado todo se quedarían muchos en lugar de irse a otros clubes». La idea es invertir.
¿Dónde radica su éxito? Aurelio cree que «da la sensación de que hay muy buen vestuario y que hay chavales con muchas cualidades que han venido a trabajar por el club». Pepe continúa la conversación para indicar que «independientemente de eso, el entrenador tiene mucha culpa. El año anterior lo pasamos mal, pero desde lo poco que entiendes ahora, ya veías que maneja muchas cosas. Para mí es la pieza más importante. Si la cosa va bien, hay un buen vestuario siempre. Está muy bien trabajado este equipo».
«Se ve que en el campo hay buen rollo porque las ayudas son continuas, se apoyan y eso es fundamental. Es un conjunto muy homogéneo. Y el entrenador sabe lo que hace», expone Tomé. «Y es muy trabajador, pero también el resto del cuerpo técnico», sigue Narsa.
Los cuatro están convencidos de que los rojillos van a ganar los dos partidos que restan «y van a tener que hacerlo para subir». «La clave está en el partido ante el Almería», dice Narsa, quien sostiene que hay que reconocer al presidente, Alfredo de Miguel, su labor. Todos asienten.
¿Como entrenadores, qué mensaje se da en estos casos a los futbolistas? «Quitarles presión», estima Aurelio. «Hay que darles tranquilidad, no hablar mucho de Primera y pensar sólo en el Almería», considera Narsa.
«Pensábamos que íbamos a estar un año en Segunda... y se puede ascender a Primera. Nos encanta la gente joven», lanzan. Llegados a este punto, ¿nos vemos en Primera?, pregunta el periodista. «Sí, sí, seguro», responden todos a la vez. «Lo tenemos ahí», «ya lo tenemos», «los jugadores no tienen que pensar en eso, pero los aficionados, sí».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Noticias recomendadas
María de Maintenant e Iñigo Fernández de Lucio
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.