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Ángel Garraza
Sábado, 26 de abril 2025, 22:21
Anduva sigue siendo un territorio inexpugnable, prohibido para el Burgos. Todo son victorias cuando se enfrenta a este adversario en Segunda División en Miranda. La ... de ayer fue sin remontar, a diferencia de las anteriores, porque Panichelli adelantó a los rojillos. Después, Joel Roca desató la locura en un estadio entregado que se llevó la alegría más especial al ganar al vecino blanquinegro y seguir muy vivo para aspirar a todo. Sus 62 puntos le dan licencia para olvidar esos últimos marcadores.
Mirandés
Raúl Fernández; Hugo Rincón, Juan Gutiérrez, Postigo (Tomeo, m. 88), Egiluz, Iker Benito (Parada, m. 88); Gorrotxategi, Reina (Joel Roca, m. 73), Lachuer; Izeta (Butzke, m. 65) y Panichelli.
2
-
1
Burgos
Cantero; Pipa, Córdoba, Sierra, Miguel; Atienza (Mimbacas, m. 88), Marcelo (Morante, m. 62); David González (Íñigo Córdoba, m. 62), Curro, Sancris (Dani Ojeda, m. 81) y Fer Niño (Edu Espiau, m. 81)
Goles: 1-0, m. 50: Panichelli; 1-1, m. 55: Sancris; 2-1, m. 85: Joel Roca.
Árbitro: González Esteban expulsó por doble amarilla a Ramis, técnico del Burgos y amonestó con tarjeta amarilla a Panichelli (m.24), Lachuer (m. 24), Tachi (m.35) e Iker Benito (m. 80) y a los visitantes Sancris (m. 44), David (m. 54), Marcelo (m. 58), Ojeda (m. 88) y Miguel (90+6).
Incidencias: 4.963 espectadores se dieron cita en Anduva. Salvo unos asientos en el Fondo Norte, el resto del estadio estaba lleno. Los exrojillos Juanlu y Carlos Martín, entre otros, siguieron el choque como dos mirandesistas más desde el estadio.
Todo apuntaba a que el Mirandés iba a tener el balón y así fue. El Burgos esperaba en su campo, con un 4-3-3 o 4-4-2 en la salida de pelota de los rojillos, que fueron los únicos que proponían juego.
Iker Benito, a los diez minutos, estuvo a punto de abrir la lata, pero Cantero sacó una mano para evitar el gol. Una jugada ensayada a balón parado acabó con el chut alto de Gorrotxategi y tres acciones de Izeta, que no pudo concretar si bien en la última desde algunos sectores se cantó gol porque el cuero pegó en el lateral de la red, componían la producción de un equipo, el jabato, que era el único que realmente lo intentaba.
Todo ello en medio de la desesperación que exteriorizaban jugadores, técnicos e hinchada a causa de las decisiones arbitrales. Una vez más. En este caso, González Esteban. Ya había desesperado al mirandesismo en Huesca, en el anterior encuentro que pitó al Mirandés esta temporada.
Que los jugadores rojillos llevasen en el primer tiempo tres cartulinas amarillas, en concreto Panichelli, Lachuer y Tachi, los dos primeros son jugadores que sufren continuas tarascadas en cada partido y el tercero, estando en el banquillo, y los visitantes, después de hacer entradas en algunas ocasiones muy duras, no viesen la primera hasta el minuto 44 es digno de estudio. Incomprensible.
A todo esto se añadió que en la segunda y última vez que atravesó el rival la línea de medios en esos 45 minutos, Postigo 'cometió' penalti. Las cámaras de televisión revelan que no toca al atacante burgalesista. Ni se revisó en el VAR. Lo tiró Curro y Raúl, que arengó previamente a los rojillos ubicados en el Fondo Sur, lo paró para que Anduva estallara de júbilo. Se hizo justicia.
Si fuese por los merecimientos de uno y otro equipo, habría sido muy injusto que los foráneos se adelantaran en el electrónico porque se habían limitado a defender. Únicamente.Y sin contemplaciones.
Este Mirandés tiene mucho más. Quedaba, para seguir demostrándolo, una segunda parte por delante, que no pudo empezar de la mejor manera posible porque una jugada ya unas cuantas veces vista por estos lares supuso el gol de Panichelli. Apertura a banda derecha, Juan Gutiérrez puso uno de sus centros con música y el máximo goleador conectó un fenomenal testarazo para hacer inútil la estirada del meta rival. Merecido.
Sin embargo, no habían pasado cinco minutos, cuando en el 55, Sancris empató al recibir una asistencia lateral. Tiene miga que las dos únicas veces en las que se acercó el cuadro visitante a los dominios de Raúl las jugadas acabasen en penalti y en gol.
Vuelta a empezar con 35 minutos por jugar. Este último tanto tranquilizó a los hombres de Ramis, que pasaron a controlar el juego mientras Butzke reemplazaba a Izeta.
Lachuer lo probó de falta y en el rechace, pero en ambos casos tiró flojo. Un minuto después, lo volvió a intentar con la zurda, pero en encontró a un Cantero bien colocado.
El recién incorporado Íñigo Córdoba cruzó en exceso en una contra en el minuto 70: la tercera llegada al área de un Burgos que lo fiaba todo a las transiciones para asestar un golpe definitivo en el tramo final.
Los de Lisci no lo querían así. De hecho, se volvió a repetir el guión del primer tanto. En esta oportunidad, Juan centró con la zurda, aunque Panichelli no encontró el destino deseado.
Joel Roca sustituyó a Reina para jugar por el perfil diestro de la medular, por detrás de los dos puntas, el último cuarto de hora con el fin de buscar más ideas ofensivas.
El efectivo cedido por el Girona iba a resultar decisivo porque en un fallo defensivo del Burgos, quizás el único en todo el partido, lo aprovechó el futbolista que acababa de entrar para chutar desde fuera del área y superar al cancerbero. Anduva entró en erupción, como no podía ser de otra manera. Esta vez, fue el Mirandés el que marcó en los últimos minutos.
Tomeo y Parada dieron refresco a la zaga en los instantes finales, con 'Pani' buscando el tercero en una transición. Hubo que sufrir –en esta categoría nadie está exento de ello– ante el acoso en los últimos minutos por parte de un Burgos que ahí sí apretó. Pero era tarde. La fiesta fue únicamente rojilla.
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