A la espera de confirmarse la marcha de Lisci del Mirandés

El Oviedo, en el conjunto de la eliminatoria, no demostró ser superior aunque sí tiró de una veteranía y un oficio en el duelo de vuelta que no tenía la mayoría de futbolistas rojillos. Si a eso se unen algunas decisiones arbitrales del logroñés Sesma Espinosa, tales como alguna expulsión perdonada a jugadores locales al principio del partido o el distinto rasero con el que midió otras acciones calcadas pero que se señalaron de forma distinta en una u otra área, etcétera... la opinión de la hinchada jabata se debatía entre la satisfacción por la temporada vivida y los lamentos por considerar que al Mirandés le han perjudicado agentes externos.

Como ya dejó entrever Alessio Lisci en la medianoche del sábado al domingo, un entrenador que en el estadio Carlos Tartiere ha dirigido su último partido como técnico del Mirandés.

«La noticia tiene que ser el Mirandés, que es un equipo espectacular, no yo», respondió cuando EL CORREO le preguntó el domingo si el de Oviedo había sido su último encuentro al frente del primer equipo jabato. Ni confirmó ni desmintió su salida a Osasuna (será presentado allí esta semana), anunciada hace días en el Diario de Navarra. Un hecho del que se está a la espera de confirmación oficial.

Según se publicó semanas atrás, el romano tenía la renovación automática en caso de ascenso a Primera División, tal y como aseguró entonces el presidente, Alfredo de Miguel. Desde el entorno del otro club rojillo, el de Pamplona, se indicó que se abonarían 400.000 euros para comprar su carta de libertad. No ha podido lograrse el sueño, de ahí que no tendrá que pagar cuantía alguna.

«Dar las gracias a toda Miranda y a todos los jugadores. Es un orgullo haber entrenado esta temporada a este equipo», indicó ayer en las que han podido ser sus últimas palabras como preparador rojillo (salvo que haya despedida oficial). «Este club es muy grande, con una gran filosofía y cada año dando muestras de superación. Lo seguirá siendo cuando esté o no esté yo y cuando esté o no Alfredo Merino».

Subrayó que «es triste porque hemos merecido más cosas a lo largo del año y porque hay situaciones que son difíciles de aceptar. Perder se pierde, pero me gustaría perder de otras formas; se perdió por detalles futbolísticos y extra futbolísticos, con siete u ocho situaciones (arbitrales) que se dieron, al igual que ha ocurrido durante el año».

Sea como fuere, los colores de su próximo equipo seguirán siendo rojillos, pero se mudará de localidad. Tal y como revelaron en Pamplona, «con Lisci está cerrado el acuerdo para las dos próximas temporadas, hasta 2027. Allí estiman que es una clara apuesta de la dirección deportiva por un entrenador joven y en continua proyección que ha sido la revelación de Segunda por haber llevado tan alto a un equipo que en pretemporada no tenía efectivos ni para jugar amistosos.

A los dirigentes de la entidad pamplonica ya les ha expresado el hambre que tiene por triunfar en El Sadar y en una estructura asentada, motivos por los que rechazó una oferta de un equipo de la Championship.

El italiano tenía el futuro decidido desde hace días, aunque siempre ha dejado claro que no hablaría ni confirmaría aspectos relacionados con su situación hasta el final de la temporada. Hasta ahora. Todo esto no ha sido óbice para que haya mostrado hasta el último segundo su fuerte compromiso de querer dejar al Mirandés en Primera. Su profesionalidad ha quedado fuera de toda duda.

En Anduva ha contado con cuatro hombres de confianza: el segundo entrenador (Darío Navarro), un preparador físico (Alberto Ginés), un entrenador de porteros (Luca Troilo) y un analista (Antxon Muneta). No todos le acompañarán.

Quien sí lo hará es un jugador que ha tenido a sus órdenes desde enero, que es cuando Iker Benito se incorporó en el mercado invernal a la disciplina mirandesista. El nacido en Miranda ha gozado de la confianza de su entrenador, lo que se convierte en una ventaja porque sabe a la perfección lo que le puede aportar en el que será su nuevo equipo.