«Si me dicen que Etxeberria va a jugar con 3 centrales sin extremos puros no te creo»

El entrenador de Elgoibar confiesa que no tiene, a día de hoy, destino y repasa lo que ha sido su estancia en el Mirandés.

–Acabada la Liga, es hora de hacer balance. Suponemos que positivo tras haber confirmado la permanencia tres semanas antes del final del campeonato.

–Sí, puedo hacerte una valoración de la temporada y también de lo que supone en mi carrera deportiva como entrenador haber estado aquí. Empecé en 2012 como técnico, son ya diez temporadas y, sin ninguna duda, es la temporada que más he aprendido a todos los niveles. Es verdad que es la que, con mucha diferencia, menos he dormido, yo que soy de dormir bien este año en algunos momentos me ha costado. Pero he aprendido muchas cosas.

–Adelante con ellas...

–Pues primero, a nivel humano. Porque no es fácil empezar mal, estar últimos, con gente joven, la mayoría debutantes en la categoría y ese compromiso que han tenido, primero con nosotros, que somos los entrenadores y, evidentemente, con el club. Ha sido fundamental ese compromiso. Por otro lado, a nivel deportivo, pues mira si a mí me hubiesen dicho que un equipo de Joseba Etxeberria iba a jugar con tres centrales, dos carrileros y gente en los costados sin que fueran extremos específicos habría dicho que era imposible, no te creo.

–El compromiso y la modificación del dibujo a partir del mes de octubre, ¿han sido los factores determinantes para cumplir el objetivo antes de tiempo?

–Dimos muchas vueltas para ver cómo podíamos potenciar a cada uno de los jugadores con un determinado rol, con y sin balón, para ser un equipo competitivo. Al final, nos decantamos por ese dibujo, trabajándolo mucho, hablando con los jugadores con el fin de convencer a cada uno de ellos de que era lo mejor. La predisposición de los futbolistas fue absoluta. Se le ha dado mucha importancia o se me ha dado mucho mérito a mí por el cambio de sistema y que, a partir de ahí, el equipo empezó a funcionar, pero esto es cosa y mérito de todos. Sin el compromiso de los jugadores, sin esa predisposición y calidad en el entrenamiento diario hubiese sido imposible.

–Confiesa que es la temporada que menos ha dormido. ¿Tan mal lo pasaron al principio?

–Ahora, pues bueno, es fácil decir que no, pero sí, evidentemente. Cuando estás sin ganar partidos que se nos han ido en los últimos segundos, que ha habido varios y recibes un golpe, otro golpe y otro... Al final, mi trabajo era transmitir a los jugadores energía para dar la vuelta a esto y a mí, esa energía me venía de la calle. A pesar de esos momentos jodidos, sólo encontraba mensajes de apoyo de la gente, por el centro de la ciudad y por Anduva. Por eso digo que ha sido un éxito de todos, no sólo de la gente que trabaja en el club. Ha sido un placer representar a la gente durante temporada y media.

–¿Qué se lleva de su estancia en

Miranda?

–Muchísimas cosas. Un muy buen recuerdo tanto en lo personal, por ese apoyo incondicional de Chema, del presidente y de la junta en momentos jodidos. Yo sé cómo es el fútbol profesional, donde no hay paciencia, pero aquí la ha habido. Además de respaldado, me he sentido muy valorado. Y después, afortunadamente, han venido los resultados. Cuando las cosas no funcionan, eso te obliga a exigirte para buscar soluciones y las hemos encontrado. Quién nos iba a decir en la jornada doce que nos iban a sobrar tres partidos para lograr el objetivo, pero el fútbol es tan maravilloso que te da estas oportunidades.

–¿Se ha encontrado un club y todo lo que está a su alrededor distinto de cómo se lo habían pintado?

–No. Desde fuera te informas un poco y te hablan de la cantidad de virtudes que tiene la ciudad, la gente de Miranda, el club y lo cierto es que ha superado con creces lo que me esperaba. Creo que este modelo que ha generado el Mirandés, principalmente enfocado en Chema Aragón, en detectar jóvenes talentos, cedidos de clubes importantes, sin ese compromiso de la gente y de la que trabaja en el club hubiera sido imposible.

–¿Es complicado inculcar compromiso en jugadores que están de paso?

–Es difícil con gente que está, entre comillas, de paso pero lo ha habido. Sin el compromiso humano de la gente que trabaja en el día a día, tanto en Anduva como en las oficinas y sin el de la afición, hubiera sido imposible. Eso ayuda mucho a que los jugadores se sientan comprometidos.

–¿Ese aprendizaje se puede hacer extensible a los que llegarán en cuanto a tener paciencia si las cosas no salen bien al principio?

–Era todo nuevo, en los diez años que llevo entrenando no había empezado el primer día con tan poca gente, nunca había estado tan expuesto al mercado de verano... y ha sido muy importante, para mí, la estabilidad y la paciencia del club, todos los medios que he tenido para trabajar aquí y, sobre todo, la autonomía. He tenido la potestad absoluta y con eso me quedo. Sin ese respaldo del club no lo habría podido lograr.

–Y con la evolución que han seguido esta temporada, muchos jugadores...

–La clave de todo es la pasión, pero lo que alimenta esa pasión es creer. El club cree en esta idea, sabes que tienes que pagar un peaje al principio, pero después se ha visto el rendimiento. Ha habido fases de partidos en los que me he sentido muy orgulloso de cómo ha jugado este equipo.

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