Cumpliendo primaveras y sueños

Dos abuelos que hacen feliz a Miranda y a los mirandeses. Uno, ha cumplido 95 el pasado 8 de febrero, y el otro va a cumplir 37 el próximo jueves 13 de marzo. Y pocos días después nos llega la primavera. Uno, es el empresario más longevo y exitoso que se recuerde en la ciudad, además de un mirandés muy querido, y todavía en modo activo. El otro, es joven pero es el abuelo de la Segunda División en curso, parándolo todo, tras el mítico Santi Cazorla del Real Oviedo.

Tienen varias cosas en común. El apego al trabajo bien hecho es una de ellas, pero hay muchas más. Nuestro portero Raul Fernández tiene dos preciosas hijas y Jose Luis Solana, cuatro, y un quinto varón. Les gusta la familia bien armada, bien aliñada. Y los amigos. A Solana le paran tanto por la calle La Estación como por «el otro lado» como si fuese un influencer 2.0 de ámbito mundial. A Raúl, recientemente en Granada y en la visita a todos los campos de fútbol donde ha toreado con anterioridad, le hacen la ola. Le recuerdan y le quieren.

Su presencia y trabajo es bueno para la ciudad de Miranda. Nunca, en la historia de los 97 años del Club Deportivo Mirandés, a estas alturas de la competición, nos habían metido tan pocos goles. Solo 23 y eso, evidentemente es fundamental para estar arriba en la clasificación. La mejor de la historia del club. Y Raúl Fernández siendo propietario de la portería con elegancia y trabajo. José Luis Solana, siendo patrono de un humanismo mirandilla, muy compatible con la creación de trabajo e ilusiones para nuestra ciudad.

El abuelo José Luis, ojo que como bien sabrán muchos mirandillas también ha jugado en el Club Deportivo Mirandés. Eso sí, como presidente durante un mandato de cuatro años, de 1981 a 1985, sin grandes hazañas deportivas pero con una magnífica actuación para solucionar una contabilidad del Club que hacía aguas por todas las partes. O sea, que haciendo buenas paradas de balompié financiero.

Y otra sincronía entre Raúl y José Luis es la porteria. Ya que muchos recordarán a su hermano, Antonio Solana Sojo, fallecido hace un par de años, como uno de los grandes porteros de Miranda, junto con el apreciado Javier Bustamante. Antonio jugó también en Primera, como Raúl, en la temporada 71-72 en el Burgos.

El vital empresario galletero y el portero «paralo todo», representan algo que está Miranda actual no puede dejar de perder. Y que en ocasiones, si se mira un poco hacia atrás- aquellos dorados años de la llegada del ferrocarril, a finales del XIX, o los más cercanos 70 del puro desarrollismo de Miranda- parece que hay peligro. Ya saben, lo que hace grandes a las ciudades. El comercio, la industria y los servicios, junto con una buena población activa, en todos los sentidos.

El joven abuelo bilbaíno mirandilla Raúl y el mirandés abuelo patriarca José Luis, se merecen estar en Primera. Son de Primera.

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