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Ángel Garraza
Sábado, 3 de mayo 2025, 21:02
La celebración fue al final. El remate de Panichelli en el minuto 89 en el 98 cumpleaños del Mirandés (no deja de ser curiosa la ... coincidencia de las cifras aunque sean al revés) llevó el delirio a los más de 500 hinchas rojillos desplazados a Ipurua, que no lo tenían tan claro hasta ese momento porque después de una fenomenal media hora de juego, el equipo se mostró más desacertado cuando se quedó con un hombre más durante sesenta minutos. Pero el balón parado le dio el triunfo.
No supo jugar, ya sea por precipitación o falta de experiencia en estas lides por parte de jugadores (se notó, sobre todo, en algunos). Pero lo importante, lo fundamental, es que los tres puntos volaron hacia Miranda. Otras veces ha jugado mejor y se ha quedado sin puntuar. Fútbol.
Eibar
Magunagoitia; Cubero, Comas (Chema, m. 82), Arbilla, Cristian (Arrillaga, m. 79); Sergio Álvarez, Nolaskoain; Corpas (Arambarri, m. 82), Puertas (Javi Martínez, m. 62), Guruzeta (Pascual, m. 62) y Bautista.
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Mirandés
Raúl Fernández; Juan Gutiérrez, (Postigo, m. 46), Egiluz, Tomeo (Izeta, 61), Parada; Hugo Rincón, Gorrotxategi, Lachuer (Reina, m. 61); Joel Roca (Álex Calvo, m. 82), Iker Benito (Butzke, m. 75) y Panichelli.
Goles: 0-1, m. 89: Panichelli.
Árbitro: El valenciano Ais Reig expulsó con roja directa a Bautista (m. 34) y a Chema por doble amarilla (m 90+3 y 90+4) y amonestó con tarjeta amarilla al rojillo Juan Gutiérrez (m. 28) y a los locales Bautista (m. 31), Guruzeta (m. 39), Arambarri (m. 88) y Arbilla (m. 90).
Incidencias: 5.580 espectadores en Ipurua. Más de 500 rojillos, repartidos en la esquina visitante y por todo el estadio.
Tres novedades presentó Lisci con respecto al choque frente al Burgos: se sumaron Tomeo, en el eje de la zaga, Parada, por el perfil zurdo y Joel Roca, por ese costado pero más adelantado.
Este hecho constituyó un cambio de dibujo. Juan Gutiérrez actuaba más de lateral, con Hugo Rincón más adelantado por la banda derecha, aunque muy atento a labores de retaguardia. Iker Benito, por su parte, se desenvolvió cerca de Panichelli, en punta, por primera vez esta campaña. Todo muy elástico y dinámico en función de quién tenía el balón, pero se parecía más a un 4-4-2 que al 3-5-2 que ha empleado Lisci durante toda la temporada.
El Mirandés se plantó bien sobre el césped de Ipurua. A medida que transcurría el partido se hizo con el control de la pelota. Así es como en una contra casi perfecta, Parada, llegando desde atrás, chutó con mucha intención para que Magunagoitia desviara a córner.
Panichelli, en el saque de esquina posterior, cabeceó pero sin encontrar portería. Estaba bien el conjunto rojillo, aunque más allá de esas dos oportunidades no llegó con mucho más peligro al área del contrario. Menos aún el cuadro armero a los dominios de Raúl Fernández, que no tiró entre los tres palos en todo el primer tiempo.
A la media hora de juego se produjo la acción que tendría que ser clave en el duelo. La expulsión por roja directa de Jon Bautista, un jugador que acostumbra a marcar a los rojillos, pero esta vez no lo pudo hacer como consecuencia de una dura entrada a Lachuer. Vio, en un primer momento, tarjeta amarilla, pero el árbitro Ais Reig recibió el aviso desde el VAR. Cambió la cartulina por una roja. Muy clara en el fútbol actual.
El Mirandés tenía un jugador más, pero precisamente le vino peor. Es como si esta situación hubiera descolocado a los futbolistas porque el último cuarto de hora del primer tiempo fueron sus peores minutos. Ni llegó ni tuvo claridad de ideas. Es como si se le hubiese apagado la luz.
El Eibar, en el 44, lo intentó con Guruzeta y un disparo que se fue al lateral de la red. Había que volver a hablar en el descanso e impartir las instrucciones necesarias para hacer valer la ventaja numérica que tenían los rojillos y, a su vez, que era el conjunto que más se jugaba en el envite. Mucho más que su adversario, tal y como se podía comprobar en las gradas.
Postigo reemplazó a Juan Gutiérrez a la salida de vestuarios, el único efectivo amonestado por los jabatos. Había que evitar riesgos innecesarios con uno más sobre el verde.
Puertas chutó por primera vez entre los tres palos en el 48. A partir de ahí, su equipo reculó. Esperaba en su campo para defender. Se salvó cuando tras una fenomenal asistencia de Gorrotxategi al desmarque de ruptura de Iker Benito, el meta anfitrión se lució ante el tiro del de Miranda.
En una contra siguiente Iker cedió de cabeza pero Magunagoitia se adelantó a Panichelli. El entrenador mirandesista apostó en la última media hora por Izeta y Reina en detrimento de Lachuer y un central, Tomeo.
Le costaba penetrar en los dominios del buen portero local. Faltaba precisión y sobraban malos centros y que los jugadores de más calidad y con más uno contra uno interviniesen mucho más que los defensas, que en algunos casos se encargaban de subir el balón, sin tener la destreza de otros.
Butzke por Iker Benito a falta de quince minutos para el final y la entrada de Álex Calvo por fue la última sustitución, pero no aportaron nada. Totalmente deslavazado, salvo la llegada del principio el segundo tiempo no hubo más. Al contrario, el duelo acababa con el control del Eibar, que llevaba una hora con uno más.
Todo se encaminaba al 0-0. Sin embargo, en la recta final, lo que ha tenido en contra otras veces, le dio al Mirandés tres puntos de oro. Pelota que proyectó Postigo con la testa y Panichelli en el segundo palo y con el pie llevó el delirio a los más de 500 rojillos.
Las estadísticas, esta vez, se cumplieron. El Eibar encajó al final para satisfacción de todo el mirandesismo.
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