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Ángel Garraza
Jueves, 23 de mayo 2024, 00:01
«Con hambre, a morder y a por los tres puntos». Son palabras que están pronunciando estos días los jugadores del Mirandés ante la final que se avecina este domingo en el estadio Carlos Belmonte. El conjunto rojillo se la juega en Albacete. Ya se ... sabe que se contemplan dos oportunidades para salvarse porque le quedaría una segunda, el siguiente fin de semana en Anduva ante el Amorebieta. Pero nadie piensa en esa otra opción. Ni la hinchada rojilla ni los jugadores ni, a tenor de lo que dijo Alessio Lisci tras el duelo frente al Elche, el entrenador, quien aparcó su habitual prudencia y lanzó, esta vez sí, un mensaje más diáfano acerca de conseguir la victoria ante un rival que –posteriormente se ha confirmado– no se jugará nada a efectos clasificatorios.
Demostrar, en definitiva, quién es el que realmente se juega la vida. De ahí que lo único que tiene en mente todo el mirandesismo es que llegue la cuarta victoria lejos de Miranda de la temporada. Habría que esperar, si se diera, al resultado que coseche el conjunto vizcaíno, que debe medirse a un Espanyol al que aún le queda alguna opción (remota, porque se tienen que dar varias carambolas) para lograr el ascenso directo.
Pero ganar en Albacete supondría allanar mucho el camino: certificar la salvación o, en cualquier caso, no verse obligado a vencer a los vizcaínos siete días después y meter mucha presión a este adversario. «El equipo está trabajando bien, estamos sólidos y esperamos que eso se transforme en los tres puntos», mantiene Pablo Tomeo, el último goleador rojillo al marcar de cabeza un córner botado (de forma impecable) por Lachuer.
Solo vale el cuarto triunfo como visitante en una campaña en la que en el cómputo global, el equipo no se ha desenvuelto de la mejor forma posible cuando ha actuado lejos de Anduva. No obstante, uno de los capitanes, Barbu, considera que «si vamos con la actitud de los últimos días sacaremos los tres puntos. Trabajamos mucho en el día a día y si seguimos con ese sacrificio, nos vamos a salvar seguro».
6/0
Es el balance de los goles a favor y en contra en los tres partidos que ha ganado lejos de Anduva: 0-1 en La Romareda, 0-3 en La Cerámica y 0-2 en A Malata. Aunque no es definitivo, no encajar se antoja fundamental.
El plantel opta por tirar de positivismo. Entre otras razones porque el Mirandés depende de sí mismo para permanecer una temporada más en Segunda División. Los cuatro que se encuentran por debajo en la clasificación a buen seguro que se cambiaban por el conjunto jabato en estas dos finales que restan.
Hay un dato esclarecedor de cómo debe llegar ese cuarto triunfo. Con una premisa tan básica pero, al mismo tiempo, tan fiel a lo que ha sido el cuadro rojo y negro este curso fuera de casa. En los tres duelos en los que se ha adjudicado los tres puntos no recibió gol alguno. Dejó la portería a cero. Así que ya sabe por dónde tiene que empezar a hacerse con el partido.
Venció en La Romareda al Zaragoza por 0-1; posteriormente, al Villarreal B en La Cerámica por 0-3, ambos compromisos disputados en la primera vuelta; y, en fechas más recientes, el 0-2 obtenido en A Malata ante el Racing de Ferrol (ha quedado demostrado que esa victoria ha sido fundamental para no caer al pozo).
Seis dianas a favor y ninguna en contra es el bagaje de los tres envites que se han saldado de forma satisfactoria. Ese es el camino para buscar el único resultado que vale el domingo: la victoria.
Hay otro hecho que se puede añadir para redundar en el valor de mantener la puerta a cero. En la cita de ida que se jugó en el mes de diciembre, la última del año 2023 en el Municipal, los de Lisci ya superaron a su próximo oponente por un claro 2-0, con doblete de Carlos Martín. El segundo tanto, al transformar una pena máxima.
El cuadro entonces visitante se quedó sin ver la portería mirandesista en un duelo en el que selló un triunfo merecido. Ahora, le toca repetir signo en el Carlos Belmonte. Lo fundamental es ganar, da igual si el local consigue marcar, aunque no es menos cierto que el Mirandés sabe que si lo impide, tendrá mucho ganado en esta auténtica final, la primera, por la permanencia.
El Albacete buscará la victoria este domingo, como es lógico porque es su obligación, pero a nadie se le escapa que los tres puntos para el cuadro castellanomanchego no adquieren el mismo valor tras certificar la permanencia que sí tienen para el Mirandés. Allí han pasado a un segundo plano por mucho que quedar en un mejor puesto en la tabla suponga recibir una mayor cuantía económica (la diferencia entre acabar en una u otra posición es mínima para tratarse de fútbol profesional).
De entrada, de lo único que se habla es de despedir de la mejor forma posible a su capitán Manu Fuster, quien tras cinco años en el equipo del Carlos Belmonte abandonará este conjunto dentro de semana y media. «Para un partido especial, con protagonismo para un jugador muy especial, desde el club damos la posibilidad de vivirlo de manera única», indican en los medios oficiales del Albacete.
Han puesto, asimismo, a la venta mil entradas a 10 euros cada una en los fondos para acompañar a este futbolista e incluso en redes sociales, han cambiado la foto de perfil con el escudo del club para colocar en su interior una imagen de este jugador.
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