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Ángel Garraza
Martes, 4 de febrero 2025, 13:25
Todos los futbolistas de la plantilla actual acaban contrato el 30 de junio con el Mirandés. Y el resto, son cedidos. Desde el club, en este sentido, ya se trabaja en el futuro. «Con los jugadores que terminan contrato y con los que se puede hablar ya se ha hablado. Pero el futbolista es, además, su entorno, su agente y sus expectativas y, evidentemente, es pronto aún para que te puedan contestar«, ha respondido Alfredo Merino ante la pregunta acerca de si ya han comenzado los contactos con los miembros de la plantilla que no están a préstamo para que puedan continuar la próxima campaña.
Es lo que sucede, asimismo, con el entrenador, Alessio Lisci. También termina su relación contractual y, como expone el director deportivo, «a todo el mundo nos gustaría que siguiese, pero es verdad que estamos en un mercado donde está llamando la atención». ¿Y Merino? También está en esa situación, aunque no quiso 'mojarse'. «En mi caso, yo trabajo todos los días como si me fuese a quedar toda la vida en el Mirandés. A mi no me importa lo que sea un contrato, sino intentar que algunos jugadores se queden, que será complicado».
Ni que decir tiene que, en este sentido, los próximos meses serán determinantes en el devenir deportivo de la entidad. Con la salvación ya prácticamente conseguida (sólo una hecatombe lo impediría) la clasificación, las sensaciones y el equipo invitan a la ilusión y a soñar. Se lo han ganado. De tal manera que dependerá mucho de la trayectoria que siga el equipo en estas últimas 17 jornadas.
Los jugadores se revalorizan en el club rojillo. Eso es incuestionable y ocurre cada temporada. Pero también se encuentran a gusto en Miranda, donde la presión es mucho menor que en otros lugares. Así lo admite el palentino. «El Mirandés es un escaparate, si alguien viene a por alguno se lo lleva pagando o si acaba contrato, pero también tiene muchas cosas buenas. Hay mucha gente que se siente cómoda, es una ciudad muy acogedora, la gente por la calle te ayuda, no te reprocha y no cuando el equipo va segundo o tercero sino cuando se juega no descender. Es un sitio muy agradable para vivir, pero el jugador es normal que piense en cotas mayores en cuanto a nivel salarial y de categorías».
Desde el área deportiva también se 'peina' el mercado de cara al futuro. Tiene cuestiones avanzadas, tal y como apunta su responsable. «Todos los fines de semana nos desplazamos una media de más de mil kilómetros para verlo. Pero si lo analizamos, ya vemos que ha habido tres traspasos de Primera RFEF a Segunda División: uno del Mérida, otro del Arenteiro y del Antequera. Ya hay clubes que empiezan a mirar a esa categoría, se han pagado traspasos y esto no ocurría antes en Segunda. Ahora, en este sentido, es muy parecido a lo que ocurre en Primera, lo que conlleva que nos tengamos que mover más rápido».
El Mirandés convive con esa circunstancia, con una renovación casi completa del equipo en verano. «Este año se ha acertado con todo, pero alguno igual puede que no sea así. Cuando veíamos en agosto los equipos que forman la categoría pensábamos 'dónde vamos a sumar los tres puntos' y llevamos ya 44. Ya tenemos toda la lista de jugadores que nos gustan y a partir de ahí, empezar a hablar con los clubes para que nos dejen a sus futbolistas».
Sea como fuere, mantiene que «hay mucho compromiso en esta plantilla y la gente tiene muchas ganas de hacer cosas grandes esta temporada, y eso te da tranquilidad«. Con esa frase del director deportivo se resume la ambición que muestran quienes forman parte actualmente del Mirandés, el club ideal para que las entidades grandes confíen en él para dar «el último paso» en el capítulo de formación.
«Es muy importante en el trabajo de cantera ese paso. Queremos seguir con esa labor, que los mejores clubes de Primera División nos cedan sus jugadores y piensen en nosotros el año que viene. Lo que demuestra la clasificación es que el Mirandés es el sitio ideal para que vengan estos jugadores en el último escalafón de su formación».
Nosotros, continúa, «debemos ir objetivo por objetivo y el primero son los cincuenta puntos. Pero quiero que la gente sueñe, si tenemos mil problemas en la vida y no nos ilusionamos con nuestro equipo... Veo la conexión que hay entre la gente y la plantilla y es que se comprueba que está deseando que llegue el día de partido».
Merino reconoce que «soy una persona intranquila, no puedo ver los últimos minutos de los partidos y pienso todavía que es mejor que el Levante, que está arriba, gane al Racing de Ferrol y no al revés, tal y como estamos nosotros en la clasificación». Si bien, ha podido corroborar lo que ya dijo en septiembre: «Con este equipo voy a cualquier batalla. Es que estoy deseando que llegue el partido de Granada porque me encanta ver a este equipo. Una de las cosas que hemos conseguido y que me parece muy importante es que hay mucha gente que se ha hecho del Mirandés».
«Los jugadores, porque ven que la gente del barro también sale adelante, ya que hay chicos de Primera, Segunda RFEF que están jugado en Segunda; los entrenadores, porque ven que el míster da una exhibición táctica cada siete días y gente que piensa que no hay que tener presupuestos gigantescos para competir...».
A su juicio, «uno de nuestros éxitos es que hay mucha gente que se ha hecho del Mirandés, quieren ver jugar a este equipo, por su forma de desenvolverse, por nuestra valentía y porque somos el pobre de la Liga y está ahí arriba. La gente es del Mirandés y eso, para mí, es lo suficientemente importante como para ponerlo en valor».
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