Los apercibidos esquivaron la sanción y Lisci busca recuperar efectivos

Buenas noticias para Alessio Lisci, el preparador italiano del Mirandés, que ve como cada semana se convierte en un quebradero de cabeza a la hora de confeccionar su mejor once. Las lesiones vienen castigando al equipo desde el inicio de la temporada, el grueso de ellas por golpes o lesiones graves, no así tantas musculares o por exceso de esfuerzo, que ahora sí empiezan a proliferar por la carga de minutos que muchos jugadores llevan en las piernas.

Con todo ello, el Mirandés ha de echar un ojo a las tarjetas amarillas. Reina es un fijo en el once del italiano y Barbu viene contando con muchísimos minutos en el sistema de cinco atrás, sobretodo en la segunda vuelta del torneo local. Juan María, ahora reconvertido a lateral derecho, ha sorprendido a propios y extraños con su solvencia para defender el carril a pierna cambiada al mismo tiempo que siempre brinda buenos balones en ataque.

Todos ellos están apercibidos para Albacete, como también lo estaban el pasado viernes, y deberán andarse con ojo para no ver una quinta cartulina que daría por finalizada su temporada ya que sólo restaría la jornada frente al Amorebieta por disputarse.

El Mirandés, ahora mismo, baila con lo justo y pese a que el preparador italiano sostenga que «no hay ninguna baja, ni ningún problema que la táctica no solucione», es preferible contar con el máximo de soldados posible para las dos batallas que quedan por librar.

El esfuerzo de los jugadores está siendo encomiable, muchos de ellos arrastrando problemas físicos desde hace semanas, como Ramón Juan o el propio Barcia, e incluso adaptando sus posiciones para cubrir a un compañero más renqueante. Sea como fuere, el Mirandés necesita que sus jugadores echen el resto en las próximas dos semanas y en Albacete podrá contar con los apercibidos de nuevo.