«Cada vez estamos peor en el hospital de Miranda»

«Me parece tremendamente molesto de cara a los ciudadanos mirandeses el tener que desplazarse hasta Burgos. Algo tan básico como hacerse una ecografía o pruebas complementarias de ella, en una ciudad como Miranda no tendría que haber ninguna necesidad de trasladarse», apuntaba la alcaldesa; consciente de un problema que ha vivido en primera persona al recibir una llamada del hospital privado Recoletas de Burgos para que acudiera allí a hacerse una prueba.

«Lo que tendrían que hacer es cubrir con médicos las plazas que tienen vacantes en el Santiago Apóstol, ya que es la Junta de Castilla y León la que tiene los recursos necesarios y las competencias», recalcaba Hernando.

Pero si no lo hace y para hacerse una prueba los enfermos mirandeses acaban siendo citados en un centro sanitario privado de la capital provincial en lugar de ser llamados desde el comarcal, les anima a presentar «una reclamación a la administración regional para que, por lo menos se abone el importe comprometido y se vea que es una situación muy molesta y perjudicial para esta ciudad».

Además, el equipo de Gobierno valorará también si el Ayuntamiento, como institución, presenta una protesta oficial ante Sanidad. Será algo que aborden en el seno de la coalición una vez que ya el responsable del área en la Comunidad Autónoma, Alejandro Vázquez, reconociera la dificultad para encontrar facultativos y amparara la derivación en que la ley permite hacerlo cuando se acredite la necesidad. «El Ayuntamiento, una vez obtenida la respuesta, deberemos transmitir la queja», incidió.

Fue a mediados de marzo cuando por procedimiento negociado sin publicidad y de manera urgente, por el «crecimiento exponencial» de la lista de espera, el Santiago Apóstol contrató con el Centro Diagnóstico Recoletas Castilla y León de Burgos la ejecución de 378 pruebas para reducir la demora.

Se acordó la realización de 126 ecografías musculares, otras tantas tiroideas y el mismo número de las de abdomen completo por 29.988 euros. Importe resultante de multiplicar el número de pruebas por el coste de cada una de ellas: 90 en el caso de las de abdomen y 74 en los otros dos casos.

Hay que tener en cuenta, tal y como el martes reconocía Vázquez, que de los seis radiólogos que conforman la plantilla de ese servicio en el hospital comarcal, hay tres que faltan (uno está de baja, otro en excedencia, uno más en comisión de servicios en el HUBU) y dos con una reducción de jornada del 25%.