Los vecinos del Casco Viejo de Miranda ven positiva la peatonalización para «dar más vida al barrio»
La medida que se plantea la concejalía, al menos los fines de semana, genera más recelo entre quienes viven en El Crucero
Raúl Canales
Miranda de Ebro
Miércoles, 18 de junio 2025, 23:50
La peatonalización del Casco Viejo como medida para reflotar el barrio es una opción que ha estado varias veces sobre la mesa y que en ... los últimos días ha adquirido más fuerza ya que es una de las actuaciones que aconsejan los expertos dentro del plan de movilidad sostenible para la ciudad. La concejala María Cueva también ha planteado al resto de socios de gobierno la opción de hacer una prueba piloto los fines de semana.
La noticia ha sido bien recibida por los vecinos del casco histórico. La mayoría cree que limitar la circulación de coches supondría un avance aunque creen que solo es un primer paso para poner en marcha otras medidas que logren frenar el declive del barrio. «No creo que haya muchas zonas históricas en el mundo por las que pasen tantos coches», reflexiona Óscar, que tiene claro que para que lleguen actuaciones urbanísticas más profundas, primero hay que conseguir que el barrio vuelva a atraer a los mirandeses. Peatonalizarlo sería un reclamo «y la mejor prueba de ello es que cuando hay fiestas muy grandes, se corta el puente y la gente lo disfruta más».
La seguridad vial y las molestias son argumentos de peso a la hora de colocar en la balanza los beneficios y desventajas de restringir el tráfico. Según los informes, diariamente atraviesan la calle Real Aquende cerca de 5.000 vehículos, una densidad desmedida para una calle muy estrecha en la que no hay apenas distancia entre las fachadas de ambas aceras. «No es lo mismo venir con niños a tomarte algo a la plaza y estar pendiente de los coches a que ellos puedan estar jugando», asegura María, residente casi desde su nacimiento en la Parte Vieja, que como todos, echa de menos las épocas en las que el barrio tenía mucha vida social e infinidad de comercios. «Esos años no van a volver, pero tampoco podemos dejar que el casco histórico se caiga a pedazos. Ya se ha perdido mucho tiempo y coa adoptar medidas», reclama.
Entre los comercios y la hostelería hay división de opiniones, aunque son más los que aprueban la peatonalización. El miedo principal es que muchos clientes dejen de cruzar el río, aunque creen que el atractivo de poder caminar por la calle sin preocuparte de los vehículos a la larga tendría más valor. El espejo en el que se miran son las calles del centro de la ciudad que se han revalorizado tras peatonalizarse.
Aunque la propuesta es vista con optimismo, también tiene matrices. «Es imprescindible que dejen pasar a las ambulancias y al transporte público, porque lo que no podemos perder los vecinos son más servicios y sobre todo aquí, que muchos somos personas mayores y necesitamos el autobús para ir al hospital », afirma Begoña. Otros creen que es necesario ofrecer alternativas a los conductores y piden reflotar el proyecto de mejora de la carretera de las canteras además de mantener abierta calle La Fuente para los que acceden a la ciudad procedentes de carretera Orón. También están los que consideran acertada la propuesta de la concejala de prohibir los coches los fines de semana pero permitirla de lunes a viernes para no alterar tanto la circulación. «Creo que sería positivo para el barrio pero también un poco incómodo para los que traemos a los niños al colegio o solemos cruzar en coche», señala Javier mientras busca su turismo aparcado en Sagrados Corazones. «Si no hay sitio y tengo que ir a las Josefinas, ¿tendría que darme toda la vuelta por la Nacional?», se interroga.
En lo que coinciden todos es en que la peatonalización no servirá de mucho si se queda en una medida aislada. «Tiene que ser solo el primer paso de otro paquete de actuaciones como recuperar solares como zonas verdes o parques infantiles, invertir en viviendas públicas para fijar población o mejorar los servicios en el barrio. Solo así vamos a conseguir que poco a poco la gente venga a pasear a la Parte Vieja y con el tiempo sea un lugar más apetecible para vivir».
Dudas
La peatonalización genera más recelo entre los residentes en El Crucero. «Nos dejarían un poco aislados», lamenta Sonia, que reconoce que desde que eliminaron el paso a nivel, ahora sube y baja por la Parte Vieja. «El acceso de la N-1 nos ha hecho ganar en seguridad porque no cruzamos la vía del tren, pero perdemos tiempo. Son solo un par de minutos, pero por no dar tanto rodeo, al final vienes por la Parte Vieja», explica.
También Mario cree que antes de limitar el acceso por el puente Carlos III se deberían ofrecer otras alternativas a la Nacional. «El Crucero es uno de los barrios que más ha crecido y no podemos estrangularlo. Entiendo que quizá lo más apropiado no es pasar todos por la Parte Vieja porque además se forma atasco en el puente en las horas punta, pero hay que buscar una solución».
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