La UBU realizará este mes una visita técnica al ITM para concretar las obras a realizar

Aunque en ese tema se ha ido avanzando. Una vez que se ha cumplido con el trámite formal de que la Curia de Roma dé el visto bueno a la cesión de espacios a la universidad por parte del ITM, que gestiona un centro propiedad de los Jesuitas, ambas entidades educativas ya han firmado el convenio de colaboración.

«El protocolo estaba definido y formalmente hablado y escrito; pero ahora ya lleva la firma de Ginés Clemente, como presidente del patronato del centro, y del rector de la UBU, Manuel Pérez Mateos», explicó Begoña Prieto, vicerrectora de Docencia y Enseñanza Digital.

Además, la universidad tiene reservada una partida económica de fondos propios que ronda los 150.000 euros para poder asumir la ejecución de las obras que se consideren más urgentes, mientras llega la financiación de la Junta para la implantación de un grado que en la memoria elaborada por la UBU fijaba una necesidad de inversión de 1.152.000 de euros para acondicionar las instalaciones que ocupará en el ITM.

Se ubicará en una zona que hasta ahora carecía de uso definido y a la que se accede por el mismo pasillo que a la Escuela de Cocina. Un área que es conocida internamente como «comunidad», ya que era la que utilizaban los religiosos de los Jesuitas.

De momento, para valorar la reforma y las instalaciones que se van a tener que hacer, personal de la universidad ya han acordado con los responsables del centro realizar una primera visita técnica en abril a las dependencias en las que se impartirá el grado. Si bien, el inicio de las obras, «no es una de nuestras preocupaciones, porque el centro dispone de espacios y podremos ir acometiéndolas a medidas que se vaya implantando un grado que, su principal necesidad, la centran los recursos informáticos». De hecho esa visita pondrá el foco en analizar las necesidades de redes para Internet y la instalación de equipos.

A lo largo de este mes confía también Prieto que llegue el informe favorable de la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Castilla (Acsucyl), que es quien debe dar el visto bueno a la creación del grado.

Es un trámite necesario y del que están muy pendientes en la UBU, donde confían en que no se demore, teniendo en cuenta que el plazo para la preinscripción en los grados que oferta la universidad se abre en junio. Mientras, siguen trabajando en las guías docentes, para que cuando llegue la confirmación, tanto los materiales como el profesorado estén preparados.

Un trabajo que se está llevando a cabo desde el departamento de Digitalización, creado a raíz de la aprobación de la memoria del grado, y del que ya forman parte, en estos momentos, 15 profesores a tiempo completo y, otros tantos, a tiempo parcial.

También se sigue avanzando en la firma de manifestaciones de interés con empresas mirandesas dispuestas a asumir esa parte de la formación dual en sus instalaciones. Son 15 las que se han comprometido a acoger a uno o dos alumnos. Por tanto, no habría problema para ubicar a los 25 estudiantes con los que se prevé empezar el próximo curso, si todos optaran por la opción dual, que no es obligatoria.

«Es un grado que está íntimamente ligado, desde su origen, con el tejido industrial de Miranda. Hay que ser prudente y ver cuál es la demanda que tiene el ciclo y la relación con las empresas; pero el entorno social y económico es muy favorable a que haya una inscripción conforme a lo que se oferte», concluyó.