

Secciones
Servicios
Destacamos
Edición
Raúl Canales
Miranda de Ebro
Martes, 4 de marzo 2025, 00:03
En el tejido empresarial mirandés hay infinidad de negocios familiares que nacieron como un pequeño emprendimiento pero que se han consolidado con el paso del ... tiempo hasta llegar a ser, no solo referentes a nivel local, sino empresas punteras dentro de su sector. La gran mayoría están lideradas ahora por los hijos de los fundadores, un relevo natural que sin embargo no será fácil que se repita a futuro. Y es que implicar a la tercera generación es uno de los retos a los que se enfrentan muchas firmas cuyos propietarios no saben a quien van a poder dejar el timón cuando les llegue la edad de jubilarse. «Yo he trabajado codo con codo con mi padre toda la vida y casi sin querer vas aprendiendo», asegura Eduardo Sabando, que ha mamado el oficio de pastelero desde niño. «Si no hubiera sido así, quizá no hubiera montado este negocio». Por eso entiende que sus hijos tengan en mente otros futuros profesionales, igual que Silvia Boutefeu. «Mi hija está orientada a otro campo así que creo que nuestra empresa se acabará conmigo, pero tampoco es algo que me preocupe, porque es muy complicado mantenerse en el tiempo y además te llevas a casa muchos problemas del trabajo. Al final, es tu empresa y estás todo el día pensando en ella, asegura.
Seguir la inercia familiar era antes algo que se daba por hecho casi sin plantearse otras opciones. Se comenzaba por arrimar el hombro y poco a poco, sin forzarse, el relevo se iba dando. En Doherco los tres hermanos están implicados a partes iguales en diferentes áreas, aunque de jóvenes no tenían tan claro su camino. «No es vocacional pero la empresa estaba cogiendo tanto volumen que mi padre necesitaba ayuda, y nadie va a implicarse nunca tanto como la familia», explica Silvia Escobillas.
Sin perder la esencia, la segunda generación ha sabido adaptarse a los tiempos, conjugando modernización y tradición. «Siempre tratas de dar un toque para no estancarte porque hay que ir ampliando el mercado. La rueda no para de girar aunque la clave está en no perder nunca el espíritu que llevó a fundar la empresa», aseguran. Que los antecesores sepan soltar la mano y confiar también es importante. «En nuestro caso, nuestros padre supieron delegar cuando llegó el momento, pero no siempre sucede así. Trabajar en tu empresa es muy gratificante pero también es más duro, y la sociedad ha cambiado mucho. Hoy prima más el ganar dinero rápido que la cultura del esfuerzo que quizá tenían nuestros antepasados», admiten.
Tener un nombre reconocido en la ciudad ayuda pero el mercado es un gigantesco mar en el que no siempre es fácil mantenerse a flote. «La tendencia es hacia las grandes multinacionales, pero si innovas y estás muy encima, se puede competir», remarcan.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.