Serabur espera recibir legumbres de 3.200 hectáreas y sumar 6 personas a la plantilla
Tiene previsto llegar al consumidor final con su marca 'Delaterra' y en un año estudiarán ampliar con hummus y precocinados
Centenares de sacos de mil kilos de legumbres se almacenan en el interior de las instalaciones de Serabur en Ircio, pero no tantos como se ... esperaban. La meteorología ha jugado en contra del desarrollo del proyecto y la última campaña se ha cerrado con unos 2 millones de kilos, uno menos de los previstos por la empresa, que espera alcanzar ya las 3.000 toneladas.
Así que el objetivo marcado se aplaza un año y con ello también se atrasa la contratación de personal. En estos momentos la planta cuenta con 8 trabajadores, una cifra que se confía casi en duplicar, llegando a los 14, para agosto, dentro de medio año, ya que con una campaña normal «habrá que doblar los turnos». Empleados a los que la firma de la industria de la alimentación tendrá que capacitar, como hizo en su momento con los que ya se han incorporado, porque al no ser el suyo un sector habitual en la ciudad no había gente cualificada a la que recurrir. «La no haber alguna industria similar en la zona no hay gente con experiencia en este tipo de máquinas y hay que formar la desde cero».
Menos problemas han tenido para convencer a los agricultores de que destinen una parte de sus tierras a la producción de legumbres. De ellas, el 70% de la superficie cultivada está en la provincia de Burgos y, el resto, se reparte entre Álava, Soria y Segovia.
Ahora, explicó Jesús María Fernández, uno de los responsables del proyecto, se empieza con la siembre de lenteja, a la que van a destinar unas 800 o 900 hectáreas; en marzo, continuarán con los garbanzos, a los que dedicarán unas 1.800 hectáreas; y para finalizar, entre mayo y abril se centrarán en las alubias, un cultivo para el que todavía no tienen cerrada la superficie, pero que estiman que estará entre 200 y 400.
«Nos iremos a unas 3.200 hectáreas, esperando coger una media histórica de mil kilos por cada una, con los que llegaríamos a los 3.000 millones de kilos que teníamos de inicio en nuestro programa negocio», valoró Fernández; que confía en que cada vez sean más los agricultores que apuesten por estos cultivos para cumplir con los requisitos de rotación marcados por la UE para poder acceder a los cobros de la PAC.
Proceso
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Recepción. Las legumbres, según son entregadas, son sometidas a un proceso de limpieza en el exterior de la planta en Ircio. Y es que del monto total de lo que llega, el 25% son impurezas. El 75% restantes es lo que se trata y se vende.
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En el interior. Alubias, garbanzos y lentejas son seleccionados en un proceso de limpieza mecánico, por movimiento, aire y vibración; y, después, por otro de haces de luz. El proceso finaliza en la pulidora, para dar brillo a los granos.
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Venta. Se da salida a la producción a través de las conserveras y del canal Horeca; aunque a futuro, con su marca 'Delaterra' esperan estar en tiendas y supermercados, con paquetes de kilo y medio kilo.
Cultivo y venta
«Es muy bueno que las legumbres vuelvan a ser las protagonistas del campo porque en España, en función de años, entre el 50% y el 80% de las 300.000 toneladas que se consumen al año, son de importación, básicamente de Canadá, EE UU, México y Argentina», explicó uno de los responsables de Serabur.
Pero además de incentivar el cultivo entre productores de proximidad, una vez procesados los granos en su planta, toca vender las legumbres, ponerlas en el mercado. Aunque ahí confían en no tener problema. Sus previsiones pasan por poder entregar el 50% a conserveras y el otro 50% distribuirlo a través de mayoristas para el canal Horeca -de restauración- tiendas y supermercados, en envases de un kilo y 500 gramos, con su propia marca.
Un capítulo este último, el de la venta bajo el nombre 'Delaterra' que «no tenemos prisa por desarrollar. Es algo que el consumidor tiene que ir viendo y aceptando. Esperemos que sigan confiando en comprar legumbres nacionales y, con ello, apoyar la economía local y luchar contra la despoblación del campo».
En ese objetivo, aunque más a largo plazo, Serabur no descarta producir hummus con los garbanzos partidos y establecer algún acuerdo con empresas para ofertar cocidos ya preparados, en latas o botes, listos para calentar. Es una opción que calculan que empezarán a analizar dentro de un año. «Es ahí hacia donde tiende el mercado y hacia donde tenemos que ir nosotros también», zanjó.
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