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Raúl Canales
Sábado, 10 de mayo 2025, 23:31
La contratación de un inspector es una de las medidas propuestas por María Cueva para mejorar la limpieza en las calles. La concejala de Medio ... Ambiente ha tenido claro desde que asumió el cargo que ese puesto es necesario en el Ayuntamiento para llevar un control más exhaustivo de los servicios de su área, ya que tanto ella como los trabajadores actuales tienen que dedicarse a otras tareas y proyectos.
El inspector sería el encargado de revisar que la empresa cumple con todas las cláusulas de uno de los contratos más elevados y que más quebraderos de cabeza genera a la administración local, porque el estado de las calles suscita infinidad de quejas vecinales. Pero el trabajo del inspector abarca muchos más campos. Por ejemplo, podría hacer un seguimiento de los vertederos ilegales, otro de los grandes problemas medioambientales que tiene la ciudad ya que cada poco tiempo aparecen nuevos puntos en los que se arroja basura y es necesario acometer campañas de limpieza adicionales que suponen un fuerte desembolso para las arcas públicas. Sin ir más lejos, en los últimos días se ha detectado una escombrera en las inmediaciones del puente de Ircio.
Supervisar el Cemba sería otra de las competencias de inspector medioambiental, una figura que descargaría a los trabajadores y a la concejala, que ahora mismo cubren todos los frentes a costa de relegar otras cuestiones que afectan al día a día del departamento y a las que no pueden dedicar tanta atención.
Cueva está muy encima de todos los servicios pero ese control absorbe la mayor parte de su tiempo y no puede destinarlo a otras necesidades propias de su puesto o a plantear nuevos proyectos. Algo similar ocurre con la plantilla de Medio Ambiente, que tiene una carga adicional de seguimiento que impide que el departamento pueda avanzar en otras iniciativas.
Por este motivo, en su día Cueva ya activó una cláusula recogida en el contrato con PreZEro por la que la empresa encargada de la limpieza viaria es la que paga los 32.000 euros que cuesta un controlador, aunque la solución a medio plazo pasa por crear el puesto de inspector medioambiental dentro del Ayuntamiento.
La administración aprobó esa medida el año pasado, pero desde noviembre está frenada la convocatoria de oposiciones para cubrirla a la espera de que se convoque el examen. El retraso empieza a desbordar a la concejalía.
Hace unas semanas, tanto los sindicatos como la oposición, han denunciado el «desorden» que existe en la política de Personal y reclamado la cobertura de 20 plazas de forma urgente, entre las que se encuentra la del inspector medioambiental y personal administrativo para el departamento que dirige María Cueva. Para CGT o CSIF es fundamental reactivar los procesos de selección paralizados desde hace meses, algunos de ellos sin que se conozcan los motivos exactos por los que no avanzan, y estructurar mejor las cargas de trabajo para que no haya puestos saturados. También piden resolver las comisiones de servicio y que el Ayuntamiento no «improvise» en materia de Personal.
El retraso en la cobertura de las plazas vacantes afecta al funcionamiento diario de Medio Ambiente, sobre todo teniendo en cuenta que la ciudad ha ido sumando en los últimos años más zonas verdes sin que se haya reflejado en un incremento de plantilla o que hay nuevas dependencias como el Centro de Bienestar Animal que también requieren más recursos. Cueva confía en que la contratación se desbloquee en breve y poder contar con el demandado inspector.
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