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Cristina Ortiz
Domingo, 25 de mayo 2025, 00:02
El fútbol siempre es un buen aliciente para desplazarse hasta Miranda a disfrutar como aficionado de un partido en Anduva. Pero en esta ocasión, ya ... sea por la distancia (casi 900 kilómetros separan Almería de la ciudad), porque el último partido el equipo andaluz lo jugará en casa o porque el encuentro de hoy se vive aquí como una gran final de la que disfrutar en la calle, los restaurantes mirandeses no han notado un tirón especial.
De hecho, en Carbón y Bocca ayer aún tenían mesas libres y en La Vasca y Mima, aunque estaban llenos, no notaban nada diferente a cualquier otro fin de semana. Comuniones, reuniones familiares, amigos... nada que ver con el fútbol. «Normalmente, los sábados y los domingos, tenemos llenos siempre; así que no hemos notado la diferencia en esta ocasión», explicó Rocío Óñez.
Para ella la situación no tiene nada que ver con la de hace quince días. Entonces, pese a que también hay más de 500 kilómetros de distancia, «la mitad del comedor lo tenía lleno con gente venida desde allí. Ya te lo avisaban a la hora de reservar, para saber si podían venir con las camisetas, por ejemplo».
De todos modos, sí reconoce que en las últimas semanas «se nota más alegría, la gente está muy ilusionada y se palpa mucho».
Una sensación compartida por Iñigo Ruiz, propietario de La Vasca. Tiene claro que citas como la de hoy para la ciudad «están bien», pero en el restaurante no lo han notado. Su comedor está lleno hace tiempo, porque a la actividad normal, hay que sumarle ahora otros eventos como las comuniones. «No podemos hacer otra cosa que decir que no tenemos sitio, aunque Miranda sí que notará el tirón. Nosotros cuando el Mirandés juega fuera trabajamos igual».
Aunque sí reconoce que han notado que les perjudica la convocatoria de partidos a las dos de la tarde. Es un mal horario para que tanto los aficionados de casa como los de fuera se animen a comer. De hecho, a modo de ejemplo, recordaba como un grupo de 40 personas que le habían reservado mesa con bastante antelación la anularon al conocer el horario del encuentro en Anduva.
Pero al margen de los fines de semana sí reconoce que el hecho de que el Mirandés esté en Segunda hace que de lunes a viernes se den cita en su restaurante empleados del club, representantes, jugadores... «Pero el fútbol siempre aporta».
Aunque en esta ocasión, para el responsable de Bocca y Carbón, este domingo sea «un día raro», con menos demanda de la habitual. En su opinión porque hoy es «una jornada en la que la gente quiere estar en la calle» y tienen algún espacio libre aún.
Si bien, reconoce que esta temporada el Mirandés ha dado muchas alegrías futbolísticas y también económicas. «Nos ha permitido llenar muchos días», explicaba Jesús Conde; que también tiene en cuenta que, en su caso, el impacto viene también de que le ha tocado atender en Carbón a muchos de los equipos visitantes que han pasado por la ciudad y han pernoctado en el Ciudad de Miranda. Al final, cada quince días ha tenido prácticamente garantizadas desde el desayuno a la cena de un buen número de personas de equipos rivales
«El Mirandés da mucha riqueza a la ciudad. Durante el año el conjunto rojillo es un impulso salvaje». Si bien, Conde, reconocía que es un golpe muy duro cuando ponen los partidos a las dos de la tarde. «Menos mal que este año no ha habido muchos».
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