Repintado del reloj de sol del Centro Cívico de Miranda
La Asociación Astronómica Orión se encarga de los arreglos
Toni Caballero
Domingo, 29 de junio 2025, 23:42
Un reloj de sol funciona utilizando la sombra proyectada a modo de gnomon (una barra o estilo) sobre una superficie marcada con las horas. El ... movimiento del sol a través del cielo hace que la sombra se desplace, indicando la hora en la superficie. Pues bien, se cumple ya un cuarto de siglo desde que la Asociación Astronómica Orión comenzara a instalar este tipo de cronógrafos por diferentes puntos de nuestra ciudad y no todos los mirandeses son conscientes de los elementos científicos que tienen al alcance de la mano.
De hecho, el presidente del colectivo, Javier Martín, y otros miembros han aprovechado los últimos días para dar una mano de pintura al reloj de sol ubicado frente al Centro Cívico 'Raimundo Porres'. Se trata de unos trabajos de conservación que acometen periódicamente cada dos o tres años con el objetivo de que siga funcionando en perfecto estado.
«Lo hicimos por el Año Internacional de la Astronomía, no molesta al mobiliario urbano porque no tiene relieve en la acera, está pintado con pintura plástica en el suelo utilizando una plantilla. Es el propio observador, la persona, el que hace de gnomon y su sombra marca la hora. Hay que posicionarse en el mes en el que se hace la observación y la sombra te marca la hora de invierno, porque en verano hay que sumar una hora más», advierte el especialista.
Este reloj se unió en 2009 a su homónimo del Polideportivo, de 400 kilos de peso y levantado con el inicio del segundo milenio, «que también lo construimos nosotros y es mucho más voluminoso. Nos inspiramos en uno que vimos en el Instituto Astrofísico de canarias y va a cumplir 25 años en la ciudad. Hay un cartel explicativo de cómo funciona y cada año solemos hacer algunas reparaciones para que siga en buen estado. Le he pedido al Ayuntamiento que rebaje la copa de algunos árboles que antaño no estaban porque, por la mañana, su sombra tapa al reloj, y necesita de la luz directa».
Tanto es así que se trata de una construcción en hormigón con tres piezas. «Está construido con forma de ocho, una forma que compensa el adelanto o retraso del sol, ya que no pasa exactamente por el mismo lugar al mediodía, no siempre es así. Todo por el movimiento elíptico de la tierra, que a veces va más despacio, cuando va por el afelio, y más rápido, por el perihelio», argumenta Martín para que sus paisanos entiendan mejor el funcionamiento del sistema que tantos años lleva instalado en el Poli y continúa siendo un gran desconocido para muchos.
Inclemencias
Pese a lo diferente de su naturaleza, ambos relojes necesitan de pequeñas intervenciones cada tanto. El paso del tiempo también hace mella en el reloj del centro Cívico, que hace uso del suelo como un elemento más en el que establecer las horas.
«Hay que agradecer que la gente ha respetado mucho el del Polideportivo, pero siempre hay que ir haciendo arreglillos. El del Centro Cívico, al estar pintado en el suelo, está sometido a inclemencias del tiempo, de la meteorología, por lo que tenemos que repintar los números cada cierto tiempo y el cuadro del calendario de los meses del año, para que la persona se sitúe en el mes que toca y pueda saber la hora».
Por último, en cuanto a proyectos futuros, Martín no esconde su ilusión por instalar un sistema solar a escala en la ciudad. «Colocando el sol en el templete del Machado, una bola de metro y medio de diámetro, y luego colocaríamos planetas a su distancia en escala. Mercurio estaría en la figura del Rey y Júpiter, por Anduva. Sería interesante».
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