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Cristina Ortiz
Miércoles, 15 de enero 2025, 20:19
Colillas, vidrios, plásticos... hasta 30 bolsas con restos de diverso origen llenaron este miércoles los alumnos de 1º y 3º de ESO de Sagrados Corazones en la primera de las dos jornadas de SpoGomi, un reto de origen japonés que gana quien más residuos recoge ... en un área delimitada –en este caso, La Picota–, y en un tiempo, establecido, 55 minutos.
«Ha sido una actividad positiva y bastante productiva, porque hemos recogido un volumen importante de basura», explicó Julen Sáez, alumno de 1º de Bachillerato del centro, curso que ha sido el encargado de organizar, programar y coordinar una actividad que busca sensibilizar a los estudiantes, pero también a la ciudadanía en general, mediante la difusión de su actividad, de la importancia de cuidar nuestro entorno.
Premisa que, por obvia que pueda parecer, no todo el mundo atiende. De hacerlo, los alrededor de 200 jóvenes que peinaron esa zona, no hubieran llenado una treintena de bolsas en menos de una hora. Cada clase de Secundaria tenía asignados unos responsables de proyecto de bachiller, a los que dirigirse y entregar los sacos una vez llenos. Todos los recogedores sabían de antemano cómo proceder. Se lo habían detallado los coordinadores de la actividad, que han contado con el apoyo también de tutores y profesores en la que es la segunda edición de una iniciativa que estrenaron con notable éxito el curso pasado, lo que les ha llevado a repetir experiencia.
«Todos somos los que ensuciamos Miranda y todos debemos ser los que la limpiamos», valoró Julen, que destacaba la implicación del alumnado en la propuesta. No se tomaron mal la invitación a limpiar algunas de las zonas naturales próximas al colegio. «Se trata de concienciar a la gente de lo mal que está la ciudad y esperamos que sirva para que otros tomen ejemplo», incidió Julen; que el año pasado participó como recogedor y que aún recuerda la sorpresa que le causó encontrar en las orillas del Ebro «una silla, neumáticos... Esta vez, en La Picota, no hemos encontrado ese tipo de cosas raras»;pero la experiencia confía en que, como a él, les cambie la percepción sobre la necesidad de prestar más atención al entorno para conservarlo en buenas condiciones de cara al disfrute de todos. «Cualquier sitio debería estar cuidado lo máximo posible, pero si es una zona natural, aún más».
Este jueves, los alumnos de 2º y 4º, centrarán su atención en las riberas del Ebro, y el viernes tocará hacer una revisión y catalogación de residuos para analizar el impacto medioambiental, económico y social que tiene la basura recogida. También se determinará el grupo ganador y, a final de curso, habrá un premio para todos. El año pasado disfrutaron de un día de clase en la piscina, con almuerzo incluido.
«Como incentivo, no está mal», reconocía uno de los tutores de 1º de Bachillerato, Rodrigo Molinuevo; consciente, evidentemente, de que lo importante es la concienciación sobre la importancia de cuidar el Medio Ambiente y también el demostrar la capacidad para organizarse y llevar a cabo un proyecto.
«Las actividades de respeto mutuo, limpieza, cuidado natural... son cosas que trabajamos en el colegio en el día a día. No queremos que se circunscriba a una cosa puntual, sino que sea una tradición y una costumbre», zanjó.
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