Raúl Fernández, Mati Solana y la Cofradía de San Antón son coronados con la txapela más mirandilla

Se sabía que iban a recibir la boina de gran vuelo Raúl Fernández, el guardameta del Club Deportivo Mirandés; Mati Solana,histórica responsable de Joyería Tito; y Manuel Pérez en representación de la Cofradía de San Antón. «Orgullo» fue la palabra más repetida por los homenajeados en el vestíbulo del Restaurante Carbón, sede de la gala, junto a un centenar de invitados que disfrutaba de las delgadillas y los caldos de Término de Miranda como aperitivo.

«Estoy muy contento de estar aquí y poder cruzar conversaciones con mucha gente de Miranda. Todo el mundo me transmite su cariño, es un orgullo recibir esta txapela. Ya estuve aquí hace 9 años, me ayudó mucho a crecer y ahora ha sido fácil tomar la decisión de volver. Estoy muy feliz de poder formar parte de la familia de Miranda», aseveraba el cancerbero rojillo antes de ser 'coronado' por la Alcaldesa de la ciudad, Aitana Hernando.

Seguidamente, una emocionada Mati Solana dedicaba el premio a Tito, «el amor de mi vida, mi compañero de camino y socio de trabajo», así como a sus hijas, al mismo tiempo que agradecía un reconocimiento para 53 años al frente de una joyería en la que los clientes acabaron tornándose en amigos. «Ha sido una sorpresa, no me lo esperaba. Un honor recibir el cariño de Miranda, la gente siempre estuvo con nosotros, desde el minuto uno», añadía. La regente de Tito también fue sorprendida por sus propias hijas, quiénes le entregaron un ramo de flores, y es que, como reconocían algunos de los presentes: «Se lo merece más que nadie porque es el reconocimiento a una vida de trabajo con todos nosotros, le puso los pendientes a mi hija hace años y no quiero ni imaginar con cuántas lo habrá hecho. Todo el mundo tiene una gran imagen de ella».

En tercer lugar, el mayordomo de la cofradía de San Antón, Manuel Pérez, recibió su txapela a manos de Jorge Castro, en representación de la Diputación de Burgos, y aprovechó la tesitura para recordar la importancia de reformar la ermita de La Nave, la joya de la entidad cofrade. «Es el edificio más antiguo de Miranda con más de 800 años, a ver si entre todos podemos reformar el tejado y dejar un legado para los que vienen. aprovechando que están aquí las instituciones, estamos abiertos ara todo el que quiera echar una mano», lanzó el representante de la cofradía más antigua de la ciudad, que cuenta con más de 200 usuarios en activo y en torno a 150 personas en lista de espera. «Ya han entrado las mujeres de pleno derecho, lo que es una gran noticia. Se lo merecen más que nadie y ojalá pueda sucederme una de ellas como mayordomo una vez lo deje», zanjaba.

El maestro de ceremonias, como no puede ser de otra forma, volvió a ser Jesús Fernández Urbina, presidente de la cofradía Mirandesa de Bilbao. Tan dicharachero como de costumbre, agradecía la presencia de las personalidades políticas y la buena predisposición de los premiados con una txapela que une Miranda con Bilbao, «porque dicen que los bilbaínos nacen dónde quieren, pero los mirandeses aún más». Así, también reconocía que esta edición «se ha organizado un poco con alevosía y rapidez para poder celebrarla antes de que acabase el año», lo cuán no ha resultado obice para que todos los asistentes hayan disfrutado de un evento festivo e identitario.