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Álex Calvo recibe la felicitación de sus compañeros tras marcar el último gol de la temporada.
Álex Calvo recibe la felicitación de sus compañeros tras marcar el último gol de la temporada. Avelino Gómez
Resistencia

Hacer posible lo imposible

Obligado a suspender un amistoso por falta de jugadores en agosto, el Mirandés completó la plantilla con cesiones y Lisci moldeó un equipo sólido que superó todos los límites. Ahora le espera el 'play off'

Jon Prada

Lunes, 2 de junio 2025, 14:51

El 2 de junio de 2024, Anduva se llenó para una 'final' por la supervivencia. El Mirandés, decimoctavo y fuera de los puestos de descenso, se medía al Amorebieta, decimonoveno, en un partido dramático. Si los rojillos perdían bajarían a Primera RFEF y se salvarían los vizcaínos. La presión era enorme, pero la moneda cayó de cara: 1-0 para los rojillos. El gol de Gabri les permitió conseguir la permanencia en Segunda. «Al equipo le pongo un sobresaliente, una nota altísima por todo lo que nos ha pasado este año. A cualquier otro bloque eso lo hubiera matado y hemos sabido ir por delante, a pesar de nuestras limitaciones económicas», resumió entonces Alessio Lisci. «El trabajo nunca miente. En lugar de darle la enhorabuena al equipo le he dado las gracias», añadió el entrenador italiano después de una agónica tarde que cambió la historia de ambos conjuntos para siempre.

Mientras el Amorebieta ha caído este curso a Segunda RFEF, el Mirandés peleará hasta el final la hazaña de subir a Primera División; el gran hito de sus 98 años de historia. Después de esquivar el infierno, los jabatos quieren hacer posible lo imposible.

Este camino hacia la máxima categoría era una utopía el pasado verano. Como cada curso desde que se instaló en el fútbol profesional, el Mirandés ha hecho de las cesiones su forma de vida. La lista de jóvenes que se han transformado en jugadores de primerísimo nivel tras su paso a préstamo por Anduva es extensa. Nico Jackson, Riquelme, Camello, Juanlu, Iván Martín, Vivian, Beñat Prados, Carlos Martín, Guridi... se curtieron como cedidos a orillas del Ebro con entrenadores de renombre como Andoni Iraola, Borja Jiménez o Joseba Etxeberria. Un plan de éxito que les ha permitido disputar once de las últimas trece temporadas en Segunda –seis de forma consecutiva– y mirar con ambición a Primera. Sin embargo, este 'modus operandi' tiene el peaje de la configuración tardía de sus plantillas. El Mirandés tuvo que suspender un amistoso ante el Mallorca en agosto por «la especial situación de ralentización que atraviesa el mercado de jugadores, sumado a la sobrecarga física de la plantilla». Es decir, por la falta de futbolistas.

Sin embargo, los jugadores acabaron llegando a Anduva. «Tenemos la plantilla que queríamos tener, con futbolistas polivalentes y de muy alto nivel», avisó Alfredo Merino. El director deportivo se mostró «encantado» después de un verano en el que las cesiones volvieron a nutrir al Mirandés, con futbolistas del Alavés (Panichelli y Parada), del Athletic (Izeta, Rincón y Eguiluz), de la Real Sociedad (Gorrotxategi), del Girona (Roca)... Todos han sido claves para pelear por el ascenso directo hasta la última jornada y lograr el pase al play off. «Cada vez tenemos más experiencia en la categoría. Estamos trabajando bien, parcheando lo que ha sido la pretemporada y el mercado tardío, tratando de competir a corto plazo en una situación como la nuestra», reconoció Lisci, que desde el primer momento sacó todo su 'jugo' a un equipo que ha llegado a tener hasta 15 cedidos.

Y mientras llegaban las piezas y se recolocaban en su tablero, el Mirandés comenzó a sumar puntos. «Estamos funcionando muy bien. El equipo es un tractor, no para nunca», llegó a describir el entrenador italiano. Firmaron el mejor arranque de su historia al lograr 18 puntos en las primeras 10 jornadas, situándose en puestos de ascenso directo después de derrotar (1-0) al Eibar. «Espero que la gente lo disfrute y lo celebre. Siempre he dicho que hay que vivir el momento. Estamos muy bien y hay que estar felices», avisó Lisci, consciente de que mantener el ritmo en una competición tan exigente y larga como la Segunda es muy difícil. Llegó después un pequeño bache que se subsanó a lo grande: con cuatro victorias seguidas y un triunfo (0-1) de calidad en El Sardinero frente al Racing, imparable en el arranque y que no había caído hasta entonces como local.

Una dupla letal

En otoño, la dupla formada por Panichelli e Izeta ya golpeaba con fuerza a las defensas rivales. El argentino y el vizcaíno han causado estragos en la división de plata, aunque ha sido el '9' cedido por el Alavés el faro de los rojillos. Comenzó aspirando a lograr «dos cifras» de goles y ha alcanzado los 20. «A priori, éramos un equipo para pelear abajo, pero lo estamos haciendo arriba. Vamos partido a partido, pero estamos disfrutando y haciendo algo muy lindo para el club, la afición y la ciudad», explicó Panichelli, que eligió creer en pisar el Olimpo: «Lisci nos dice en cada partido, sea cual sea el rival y el escenario, que podemos ganar. Somos gente joven, con mucha hambre y nos vamos a dejar la vida». Su golpe en la cabeza con Curbelo (Sporting) le impidió estar en Riazor. Y sin su referente ofensivo, el Mirandés dio un golpe sobre la mesa al golear (0-4) al Deportivo. Un ejemplo de la fe demostrada por los rojillos. Nunca se rindieron y siempre tuvieron esa chispa de suerte imprescindible en estas gestas, logrando victorias en los últimos minutos con asiduidad. Su solvencia en defensa hizo el resto.

En marzo, tras ganar (2-0) al Tenerife, superaron los 50 puntos y amarraron la salvación. Y en abril, tras empatar con el Dépor (2-2) en Anduva, igualaron su mejor puntuación en Segunda con 59. Entonces estaban sumidos en una pequeña crisis que hacía que sus opciones de ascenso directo –e incluso de 'play-off'– se tambalearan, encadenando cuatro jornadas sin ganar.

Sin embargo, todo cambió en el derbi frente al Burgos. Anduva vibró con un 2-1 balsámico. 'La Morocha' siguió sonando con fuerza y, a partir de entonces, el equipo cogió velocidad de crucero, encadenando triunfo tras triunfo hasta imponerse (1-2) en Córdoba asegurándose el 'play-off'. «Ya no hay palabras para definirlo. Los logros hay que celebrarlos y bien. Debemos dar mucho valor a entrar en la promoción. Es una temporada tan increíble que casi no tiene sentido», apuntó Lisci tras un gol de Tomeo en el minuto 90 que les llevó a un territorio desconocido.

Regularidad

El centrocampista aragonés, héroe en El Arcángel, es uno de los futbolistas en propiedad que han dado empaque al equipo junto a Reina, Gutiérrez y otros veteranos como Raúl Fernández o Postigo. Una mezcla que ha permitido al Mirandés soñar con el ascenso. Nunca bajaron del noveno puesto y estuvieron instalados en play off desde la decimosexta jornada.

Los rojillos deberán tomar el camino más largo, pero se resisten a renunciar a medirse desde agosto a algunos de los equipos a los que tumbaron ganándose el apodo de 'matagigantes' en las Copas del Rey de 2012 y 2020, cuando alcanzaron las semifinales. La ciudad que en agosto miraba con dudas a una temporada que arrancaba con la plantilla a medio hacer persigue un subidón histórico. Existen motivos para creer en la gesta. Las piezas encajaron, los cedidos funcionaron mejor que nunca y Anduva, que siempre «empuja con el alma», fue un fortín y dio alas a la hazaña 'jabata'. Tendrá que ser a través del 'play off'. Pero el bombazo sigue a tiro.

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