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Cristina Ortiz
Domingo, 3 de octubre 2021, 04:04
No aumentará su producción, pero sí que le permitirá ganar flexibilidad a la hora de dar respuesta a las demandas de los clientes. Ése es el objetivo que persigue Polynt Composites Spain, la planta química situada en la parte posterior del parque Emiliano Bajo, con la instalación de dos nuevos diluidores y de una unidad de embidonado para separar diferentes resinas durante el envasado.
Tanto los dos depósitos, de 70 y 48 metros cúbicos de capacidad, así como la unidad de embidonado se montarán en un edifico anexo del que ya dispone la fábrica, por lo que la superficie total de la misma no se va a ver modificada.
La nueva instalación, con la que se busca ganar versatilidad y por tanto, optimizar la producción de la planta, va a suponer una inversión de 273.171 euros de presupuesto de ejecución material. La la empresa obtuvo esta semana licencia municipal con una rebaja del 95% del ICIO para una obra considerada de interés general para la ciudad.
La nueva dotación, tal y como apuntó el director de la planta, Rafael Cuesta, no implica un aumento de la capacidad nominal de la factoría, que se mantiene en 40.000 toneladas, pero sí la va dotar de una mayor flexibilidad a la hora de crear productos a demanda de sus diversos clientes, que cada vez solicitan productos más específicos, a la carta.
«Nosotros fabricamos nuestro compuesto en un reactor y luego esa resina alquídica la pasamos a un diluidor que nos hace mezclas finales. Una vez que tenemos esas resinas finales hacemos combinaciones entre ellas», detalló el responsable de la planta; al tiempo que especificaba que sumar esos dos nuevos diluidores va a permitir a Polynt Composites precisamente ganar capacidad de mezcla.
En principio, no está previsto que la nueva inversión vaya acompañada de un aumento del empleo, aunque no se descarta que se puedan crear uno o dos puestos más de trabajo. Pero que sea así será algo que dependa de la evolución del mercado en general. En estos momentos, la factoría tiene entre 87 y 91 trabajadores, el máximo necesario para su capacidad nominal de producción. Esas 40.000 toneladas con las que seguirán trabajando a futuro ya que, ahora mismo, no hay en previsión ninguna inversión destinada a ganar capacidad para dar respuesta a un mercado que no se ha resentido con el Covid-19.
«Tocamos sectores muy amplios: náutica, piscinas, palas eólicas... servimos resinas para muchos productos finales y hay sectores que con la pandemia, como puede ser el de las piscinas, han crecido mucho», apuntó.
La planta mirandesa duplicó su capacidad de producción en 2007, hasta cuando daba salida a 23.000 toneladas. Entonces contaba con 59 personas en plantilla.
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