La plantilla de General Química continúa con las protestas en Miranda y se siente «engañada»

Los trabajadores de General Química han respaldado esta mañana una segunda jornada de huelga con diferentes reivindicaciones repartidas por toda la ciudad. Si durante el primer día de movilización el seguimiento de la huelga por parte de la planta de Lantarón se fijaba por encima del 95% de los trabajadores de la petroquímica, hoy este dato incluso se ha superado ligeramente al sumarse varios compañeros llegados desde otras plantas nacionales de Repsol.

«La huelga está desarrollándose de forma similar a la del jueves pasado, lo único que la semana pasada fue en la planta y, para esta ocasión, hemos venido hasta Miranda. Han venido otros compañeros de otras plantas de Repsol para apoyarnos, la nuestra es una fábrica que ha perdido muchos trabajadores y se ha quedado pequeñita, por lo que estamos más del 95% de la plantilla aquí. Ahora mismo somos unos 120 en plantilla, pero la gente que entra a trabajar ahora nunca consigue un contrato indefinido, va empalmando contratos temporales. Gente fija, por convenio, estaremos unos 90», explicaba Gabriel Muga, representante del comité de empresa.

La segunda jornada de huelga ha dado comienzo a las 5.30 horas con la instalación de piquetes informativos en las puertas de la factoría de Zubillaga. Posteriormente, pasadas las 8.00, una ruidosa caravana de coches ha recorrido el espacio que separa Lantarón del Estadio Municipal de Anduva por diferentes calles de la ciudad. y, en tercer lugar, los trabajadores han marchado desde el campo de fútbol hasta la Plaza de España para concentrarse frente a la Casa Consistorial, todo ello antes de cerrar las protestas con otro piquete, a las 13.00 horas, de nuevo en Lantarón.

Ya son varias semanas con los trabajadores de la petroquímica en pie de guerra y todavía no hay ningún tipo de replica por parte de la dirección de General Química.

«Nos gustaría que la empresa tuviera a bien el reunirse con nosotros. Nuestras exigencias son muy simples, son las mismas con las que se comprometió la empresa. Queremos lo mismo que el resto de plantas del grupo Dynasol y Repsol, un acuerdo marco que es el que nos rige. En 2019 fue el último año en el que tuvimos una subida de salario, desde entonces ha subido el IPC un 19% y nos están ofreciendo un 10%. Estamos muy lejos de poder llegar a estas cifras», argumentaba Muga.

Y es que, reiteraban los trabajadores, en las plantas de Repsol «les han subido un 11,73% de salario, más una paga de atrasos de 3,81% hasta 2023, mientras que a nosotros nos ofrecen un 10% y 2% de atrasos contando hasta 2024».

Con este escenario y respondiendo a una clara predisposición negociadora, Muga añadía que «nuestra factoría lleva dos años con malos resultados, por lo que nosotros hemos cedido hasta los atrasos, lo que supone entre 5.000 y 6.000 euros por trabajador. Eso lo hemos cedido pensando que con eso bastaría para que nos subieran las tablas salariales, es lo que nos dijo la empresa en un principio, pero no ha sucedido y nos sentimos un poco engañados».

Por otra parte, ante la aparentemente inamovible propuesta presentada por la compañía en el Consejo de Relaciones Laborales de Vitoria y el silencio administrativo de las semanas posteriores, la plantilla de General Química tiene claro que continuará con las protestas tanto en Miranda como más allá de las fronteras municipales.

«Tenemos pensado trasladar alguna protesta hasta Madrid, que es donde Dynasol y Repsol tienen sus sedes, y continuar haciendo aquí paradas también. En julio se para la planta de Lantarón por vacaciones, por lo que en agosto seguiremos en la misma onda si no cambia nada por parte de la empresa», zanjó Muga a la vez que aprovechaba para agradecer el respaldo del Ayuntamiento de Miranda porque «todo apoyo es bueno».